Dios nos hace descansar en prados verdes cuando nuestras fuerzas necesitan ser renovadas. Siempre en su presencia hay un refrigerio espiritual para nuestras almas cansadas, cargadas y en más de una ocasión, agotadas.
Su gracia nos permite acceder a una paz que sobrepasa el entendimiento, las penas y las dificultades. Allí es donde nos hace comprender y recordar que lejos de él no podemos fluir igual. Porque nuestros corazones deben sincronizar con la voluntad de Dios.Autora: Brendaliz Avilés
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