ABRÁZATE FUERTE A LAS PROMESAS DE DIOS
Abrázate fuerte a las promesas de Dios y aunque por un momento no veas nada, aférrate y cree que verás cumplirse todas y cada una de ellas. Habrá momentos en que la duda querrá reinar, pero no debes abandonar, porque al que cree todo es posible y no se concentra en barreras o limitaciones. Las dificultades las enfrenta porque las mira como desafíos. Cada tropiezo le acerca más a la meta.
Aunque la enfermedad toque a tu puerta y llegué a agobiar con sus dolores y malestares… A pesar de que se instale por mucho tiempo, sientas que ya no puedes más y la tristeza quiera imperar en tu panorama… Dios puede obrar la sanidad porque es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Ese problema no logrará sacarte de carrera, ni huir despavorido. En tu batalla contra la depresión si le crees a Dios y tienes ganas de luchar, saldrás hacia adelante victorioso y triunfante.
“La fe no es medicina ni ciencia”- dicen aquellos que no han visto a Dios obrar, pero hoy te digo amigo, la fe trasciende del mundo ordinario a obrar y moverse en lo extraordinario.
Recibe lo que Dios ha declarado para tu vida. Aquella bendición que sientes que es tuya. No pienses o cuestiones el cómo, cuándo, dónde y por qué lo lograrás. Medita en que fuiste determinado para alcanzar el éxito. No importa cuán lejos parezca la estrella o si la meta se ve distante. Resiste, sé perseverante, no desmayes que tú puedes. Agárrate enérgico de la mano de Dios porque cuando menos lo esperes o en el momento más insospechado recibirás una gran sorpresa al ver tu petición resuelta. Cantarás alegremente y lo testificarás que Dios es bueno todo el tiempo, fortalece a los que le buscan y los sostiene en el día de angustia.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito el 27 de junio de 2009.
Abrázate fuerte a las promesas de Dios y aunque por un momento no veas nada, aférrate y cree que verás cumplirse todas y cada una de ellas. Habrá momentos en que la duda querrá reinar, pero no debes abandonar, porque al que cree todo es posible y no se concentra en barreras o limitaciones. Las dificultades las enfrenta porque las mira como desafíos. Cada tropiezo le acerca más a la meta.
Aunque la enfermedad toque a tu puerta y llegué a agobiar con sus dolores y malestares… A pesar de que se instale por mucho tiempo, sientas que ya no puedes más y la tristeza quiera imperar en tu panorama… Dios puede obrar la sanidad porque es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Ese problema no logrará sacarte de carrera, ni huir despavorido. En tu batalla contra la depresión si le crees a Dios y tienes ganas de luchar, saldrás hacia adelante victorioso y triunfante.
“La fe no es medicina ni ciencia”- dicen aquellos que no han visto a Dios obrar, pero hoy te digo amigo, la fe trasciende del mundo ordinario a obrar y moverse en lo extraordinario.
Recibe lo que Dios ha declarado para tu vida. Aquella bendición que sientes que es tuya. No pienses o cuestiones el cómo, cuándo, dónde y por qué lo lograrás. Medita en que fuiste determinado para alcanzar el éxito. No importa cuán lejos parezca la estrella o si la meta se ve distante. Resiste, sé perseverante, no desmayes que tú puedes. Agárrate enérgico de la mano de Dios porque cuando menos lo esperes o en el momento más insospechado recibirás una gran sorpresa al ver tu petición resuelta. Cantarás alegremente y lo testificarás que Dios es bueno todo el tiempo, fortalece a los que le buscan y los sostiene en el día de angustia.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito el 27 de junio de 2009.
Bello mensabe brendaliz,si vamos prendidos de la mano de Dios, el se encarga de nuestras dificultades y en el momento menos esperado nos sorprende dandonos una luz y abriendonos nuevos caminos.
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