martes, 23 de junio de 2009

LLAMADO DEL PASTOR A LA OVEJA


Llamado del Pastor a la Oveja

“Jehová es mi pastor, nada me faltará”. Salmo 23:1


Hoy quiero dedicarte este escrito a ti ovejita que estás por descarriarte o que ya te fuiste a probar de los pastos que el mundo te ofreció. A ti que un día te marchaste y te fuiste alejando poco a poco en un viaje sin retorno. A ti que quisieras volver, pero el pecado pesa demasiado sobre tu vida y sientes que ya no obtendrás el perdón de Dios. A ti que se te hace difícil regresar a los rebaños de tu Pastor, aunque muy dentro de ti, ansías regresar al calor de su amor y cuidado. Porque aunque ante los demás finges estar muy bien y feliz, sabes que ya no es lo mismo y sientes en las noches un gran vacío.

Hoy el tierno Pastor te vuelve a llamar. Con voz armoniosa pronuncia tu nombre. Te invita a reposar y descansar a sus pies, luego de que has caminado errante por el mundo. A pesar de que muchas veces has ignorado Su llamado fingiendo que no es a ti a quien le habla. Él quiere sepultar y borrar aquello que te ha dañado. Las heridas que te han lastimado y aún te causan dolor. Él quiere vendar cada lastimadura, vendarte y cicatrizarte con su antibiótico celestial. Con su cayado promete volver a guiarte y conducirte por senderos del bien y del éxito si tú se lo permites.

Puede rechazarte o cuestionarte porque tiene él derecho, pero ha decidido en cambio, darte una nueva oportunidad de autodescubrirte y entrar en su presencia. Él te ofrece un nuevo comienzo, borrón y cuenta nueva. Quiere que descubras y veas quién eres para él. Tu gran valor como su valiosa creación. Pero también él desea que seas su criatura, que le pertenezcas, que puedas llamarte su hijo y cuidarte como un padre protector. Dios desea secar cada lágrima que derramas por los errores que has cometido, que aún te pesan y arrastras. Quiere darte un baño en su gracia fabulosa y desinfectarte con su agua y jabón celestiales. Él quiere perfumarte y renovarte para que vuelvas a sonreír, tener su sello especial y sentir la paz que hace tanto tiempo no experimentas.

No esperes más, deja de pelear contigo mismo, no escuches las voces que te dicen que no lo lograrás, que él ya no te ama más. Es mentira y falsedad que él ya no te recuerda y que te ha olvidado. Sigues estando presente como desde el principio. Acepta su invitación exclusiva para llenarte y refrescarte en sus prados.

Autora: Brendaliz Avilés

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