sábado, 23 de enero de 2010

¡TIENE PODER LO QUE DICES!


¡Tiene Poder lo que Dices!

“…Guardaré mi boca con freno…” (Salmos 39:1)

Estaba leyendo un libro y hubo una frase que llamó mi atención: “hay poder en lo que mis hijos declaran”. Entonces pensé, ¡cuán ciertas son esas palabras! Siempre he creído que lo que pronunciamos o decimos puede influenciar nuestro mundo y nuestras vidas de manera positiva o negativa. Porque esas cosas que decimos provienen de nuestra mente, quiero decir que lo que pensamos, las ideas que tenemos, lo que confesamos, cobra vida o toma acción en el reino espiritual. Con muchas de las cosas que hablamos demostramos o reflejamos lo que llevamos dentro y expresamos bendición o maldición.

Es por esto tan importante que tengamos cuidado con lo que decimos acerca de nosotros mismos y de los demás. Hay tantas personas que sin darse cuenta llaman al fracaso, al dolor, a las enfermedades con lo que dicen o proclaman sobre sus vidas. Tenemos que estar conscientes de que existe un enemigo que quiere tomar ventaja de todo lo que decimos. Que usa cualquier estrategia para tratar de destruirnos y aprovecharse. Esas palabras que decimos sobre nosotros mismos son las que a veces hacen que tengamos problemas con nuestra autoestima y que caigamos en depresión o nos sintamos deprimidos.

Mientras sigas confesando que eres feo, que no sirves, que otros son mejores que tú, que no vales nada, que eres insignificante, tú autoestima seguirá cada día empeorando. Seguirás creyendo esas mentiras que tanto mal te causan y no podrás avanzar hacia adelante. Mientras sigas declarando derrota, todo lo bueno que Dios quiere traer a tu vida, no lo vas a poder apreciar. Pues te vas a concentrar más en las cosas negativas que en las positivas. En lo que no tienes que en lo que si tienes.

El salmista decía: “atenderé a mis caminos, para no pecar mi lengua; guardaré mi boca con freno”. Y quiero concentrarme en este momento, en guardar nuestras bocas con freno y el freno es la prudencia, la sabiduría. El uso que le damos a eso que decimos, el empleo que damos a esas palabras y oraciones que pronunciamos es importante. Tenemos que atender con cautela nuestros caminos y parte de atenderlos, es poder están conscientes de qué en lo que confesamos y declaramos hay mucho poder, que se reflejará en nuestras vidas. No podemos permitir que el enemigo tome ventaja de esas palabras negativas que decimos a veces sin siquiera darnos cuenta.

El llamado hoy en claro y sencillo cuida lo que dices, porque como hijo de Dios cada palabra que emites debe tener sentido, valor y ser de bendición.

Autora: Brendaliz Avilés


Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
http://www.devocionaldiario.com/ y http://www.destellodesugloria.org/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario

Yo sé que me responderás

 ¡Dios mío alzo mis ojos a los cielos!  Solo a ti que eres el único que tiene misericordia de mí y puede ayudarme. A ti que ves aún en lo se...