Él Nunca Deja Su Obra Inconclusa
¿Deja un artista su obra inconclusa? ¿Traza sus líneas sin saber lo que va a hacer? ¿Acaso desconoce el fin en que ha de terminar lo que realiza? Él conoce lo que va a hacer aunque nosotros que somos la obra de nuestro Creador, desconozcamos muchos de sus planes y propósitos. Dios nunca termina de trabajar en nuestras vidas, siempre tiene nuevos retoques y matices que perfeccionan lo que somos.
Pero cuántas veces hemos estado tan perturbados y confundidos ante el dolor y la injusticia que exclamamos como Job: “¡Ya estoy harto de esta vida!”. Y como él damos rienda suelta a nuestra queja y desahogamos la amargura de nuestras almas. Es tan inexplicable la forma en que Dios opera en nuestras vidas. Pensamos ante la prueba que Dios no terminará o cumplirá aquello que nos ha prometido. Nos agitamos y echamos a perder nuestra vasija, agrietándola. Entonces Dios con su paciencia y amor tiene que rompernos y volver a comenzar el proceso.
En la oscuridad se nos hace difícil recordar las palabras que Dios nos dijo cuando todo era brillante. Sin querer o percatarnos minimizamos su Omnipotencia. En las noches largas, cuando todo a nuestro alrededor es caos y desorden, pensamos que las sombras se quedarán por siempre. Buscamos explicaciones, algo que justifique el por qué de eso que estamos viviendo. Y al no encontrar respuestas en nuestras mentes, creemos que estamos siendo castigados o lo que es peor que hemos sido olvidados por nuestro Creador.
Parece que se nos olvida que Job aunque las pasó bien difíciles, tuvo su momento de restitución. Que llegó el día en que todo lo que el enemigo le arrebató, Dios se lo devolvió con intereses. Job fue bendecido mucho más de lo que había sido anteriormente. Se nos olvida que después del llanto, vienen las sonrisas; que tras la noche vuelve a salir el día. Que tras el lamento, viene el baile y el gozo. Que llega el momento en que la obra es develada y es expuesta su belleza ante todo el público o audiencia. Que cuando esa obra aguanta y resiste todo lo que el gran Artista quiere hacer en ella, se convierte en una obra bella, especial, grandiosa. Todos sorprendidos admiran lo que ella es, finalizada. Todos desconocen el proceso al que fue expuesta, pero pueden reconocer y admirar el resultado.
Por eso, por más hondo y profundo que sea tu dolor. Por fuerte que haya sido la caída causada por la herida, debes recordar que Dios no ha terminado contigo ni tampoco conmigo. Que él te levantará, que te infundirá vigor y gracia. Él nunca se olvida de nosotros, porque su amor es incondicional y profundo. Aguarda tu momento con paciencia y perseverancia, pero mientras esperas, ¡no te rindas! ¡Sigue luchando, sigue creyendo!
Job no lograba entender cómo de la noche a la mañana a su vida había llegado tanta catástrofe; pero su amor hacia Dios siempre fue sincero. Pasó por el valle de las sombras y de la muerte, pero mientras lo atravesaba Dios iba justo a su lado, jamás lo abandonó. Lo ayudó a atravesar el túnel de la desesperación y de la oscuridad. Lo recompensó, lo auxilió y en sus momentos más desesperantes le dio las fuerzas para resistir el dolor tan grande que experimentaba. Lo ayudó a descubrir que había un propósito superior y a poder conocerlo más íntimamente. Porque esas experiencias que marcaron a Job lo hicieron madurar tan profundamente y le hicieron crecer espiritualmente y darse cuenta de que aunque él había amado y servido a Dios, tras su experiencia sus ojos habían podido percibir su grandeza y su boca testificar Sus proezas. Job aprendió a no depender de lo que estaba enfrente de sus ojos, sino a confiar aunque no tuviera la más mínima idea de lo que estaba sucediendo a su alrededor, porque sabía que Dios nunca lo desampararía.
Por eso, hermanos queridos, te invito a que respires profundo. Aspira la paz que Cristo quiere soplar sobre tu vida. Es una paz que sobrepasa todo entendimiento y que vuela por encima de la tempestad. Es un amor que excede y se sobrepone a todo. Ahora, calmadamente, abre tus brazos y deja que Él te inunde con su amor. Permanece quieto y confiado porque Dios nunca deja su obra inconclusa.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
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¡Bienvenidos! Este lugar ha sido diseñado con el propósito de bendecir, dar una palabra que estimule, restaure y aliente tu corazón. Que encuentres un mensaje de ánimo o una palabra de amor para compartir con otros. ¡Dios los Bendiga! Pido al Señor que de alguna manera toque tu corazón a través de esta página.
martes, 30 de marzo de 2010
lunes, 29 de marzo de 2010
UN REGALO PARA MI DIOS
Un Regalo Para Mi Dios
Si te consideras una persona que tiene la cualidad de ser detallista, imagino entonces que tomas tiempo para conocer los gustos de esas personas cercanas a ti que te rodean. Cuado vas a regalar algo, ¿tomas tiempo para escoger algo que pueda ser del agrado de quien lo va a recibir? ¿Lo haces con intención de realmente sorprender y causar un momento de felicidad o quizás por salir del paso?
Un día observé a mi hermana comprando un regalo de un precio más alto al que se había fijado en un sorteo. Inmediatamente le pregunté a qué se debía que hiciera eso. Su respuesta fue sencilla, pero acertada: “porque que uno no debe regalar lo que a uno no le gustaría que alguien le regale. Porque si yo fuera esa persona me gustaría que me regalaran algo que me guste”.
Pienso que si nos esforzamos por tratar obsequiar y de brindar los mejor de nosotros a los demás, ¡cuánta más dedicación debemos poner en las cosas y en los regalos que ofreceremos a nuestro Dios. ¿Qué tiempo de nuestras vidas estamos invirtiendo en conocer Su voluntad y estar en Su presencia? ¿Estamos ofreciéndole lo mejor de nuestra existencia o solo el tiempo que nos sobra? Cuando vamos ante su presencia, ¿con qué nos presentamos ante él? ¿Hay un genuino agradecimiento y un vivo interés por conocer las cosas que agradan y hacen feliz a nuestro Rey?
La excelencia hace la diferencia. Cuando conocemos a alguien y nos relacionamos, se va estableciendo una especie de intimidad y vínculo que permite que hagamos lo mejor por ella. Yo quiero regalarle a mi Dios lo mejor de mi tiempo y mis días. Mi juventud, todas mis energías, colocar en sus manos mis talentos, mi pasión y devoción. Quiero que él sonría al mirarme, que sienta orgullo por mí. Quiero entonarle mi mejor canción, dedicarle mis mejores letras. Quiero imprimirle calidad a cada cosa que haga para su gloria. Quiero sellarlo con amor, con el amor más genuino que él hace que de mi corazón brote.
¡Oh Señor en mi alma están escritas tus palabras!
En tu silencio más me convenzo de que cerca estás.
Mi amor por ti cada día es más profundo e intenso.
Por eso quiero regalarte lo mejor de mí.
Recibe cada cosa que yo haga con agrado.
Sale de un corazón dispuesto y sincero.
No hay nada que yo pueda hacer si tú me faltas.
Por eso quiero vivir cerca de ti.
Impregna en mi vida tu esencia,
graba en mi corazón tu voluntad.
Sopla sobre mí ser tu aliento.
Recibe mi alabanza y mi adoración plena.
Son para ti todos mis dones y talentos.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
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Si te consideras una persona que tiene la cualidad de ser detallista, imagino entonces que tomas tiempo para conocer los gustos de esas personas cercanas a ti que te rodean. Cuado vas a regalar algo, ¿tomas tiempo para escoger algo que pueda ser del agrado de quien lo va a recibir? ¿Lo haces con intención de realmente sorprender y causar un momento de felicidad o quizás por salir del paso?
Un día observé a mi hermana comprando un regalo de un precio más alto al que se había fijado en un sorteo. Inmediatamente le pregunté a qué se debía que hiciera eso. Su respuesta fue sencilla, pero acertada: “porque que uno no debe regalar lo que a uno no le gustaría que alguien le regale. Porque si yo fuera esa persona me gustaría que me regalaran algo que me guste”.
Pienso que si nos esforzamos por tratar obsequiar y de brindar los mejor de nosotros a los demás, ¡cuánta más dedicación debemos poner en las cosas y en los regalos que ofreceremos a nuestro Dios. ¿Qué tiempo de nuestras vidas estamos invirtiendo en conocer Su voluntad y estar en Su presencia? ¿Estamos ofreciéndole lo mejor de nuestra existencia o solo el tiempo que nos sobra? Cuando vamos ante su presencia, ¿con qué nos presentamos ante él? ¿Hay un genuino agradecimiento y un vivo interés por conocer las cosas que agradan y hacen feliz a nuestro Rey?
La excelencia hace la diferencia. Cuando conocemos a alguien y nos relacionamos, se va estableciendo una especie de intimidad y vínculo que permite que hagamos lo mejor por ella. Yo quiero regalarle a mi Dios lo mejor de mi tiempo y mis días. Mi juventud, todas mis energías, colocar en sus manos mis talentos, mi pasión y devoción. Quiero que él sonría al mirarme, que sienta orgullo por mí. Quiero entonarle mi mejor canción, dedicarle mis mejores letras. Quiero imprimirle calidad a cada cosa que haga para su gloria. Quiero sellarlo con amor, con el amor más genuino que él hace que de mi corazón brote.
¡Oh Señor en mi alma están escritas tus palabras!
En tu silencio más me convenzo de que cerca estás.
Mi amor por ti cada día es más profundo e intenso.
Por eso quiero regalarte lo mejor de mí.
Recibe cada cosa que yo haga con agrado.
Sale de un corazón dispuesto y sincero.
No hay nada que yo pueda hacer si tú me faltas.
Por eso quiero vivir cerca de ti.
Impregna en mi vida tu esencia,
graba en mi corazón tu voluntad.
Sopla sobre mí ser tu aliento.
Recibe mi alabanza y mi adoración plena.
Son para ti todos mis dones y talentos.
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sábado, 27 de marzo de 2010
DIOS: ¡ENSÉÑAME A VIVIR MIS DÍAS!
Dios: ¡Enséñame a Vivir mis Días!
“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría”. (Salmos 90:12)
Lo que queda en nosotros son los instantes rescatados que llamamos recuerdos. Lo que nuestra mente logra capturar con fragilidad y emoción son aquellas cosas que vivimos intensamente. Quedan impregnados en nuestro ser las marcas de las experiencias que nos han hecho crecer. Somos un conglomerado de nuestras vivencias, somos marcados por todo lo que recibimos en nuestro espacio exterior.
Creo que todas esas personas que escribieron los Salmos eran inteligentes y sensibles. Eran personas receptivas a lo que pasaba en su interior y a lo que les rodeaba. Pero David expresa una petición a Dios a través de este versículo que he utilizado para iniciar este devocional. Pide al Padre Celestial que le enseñé no tan solamente a él sino a todos los seres humanos a contar los días que vivimos de tal modo que traigamos al corazón sabiduría. Dios nos enseña, pero nosotros tenemos que estar receptivos a todo aquello que él nos quiere enseñar. Y para aprender tenemos que poner atención, cuidado Y practicar lo que aprendemos.
Debemos permitir que las experiencias nos maduren. No debemos pasar nuestros días desapercibidos. Cada día que inicia nos da la oportunidad de una nueva oportunidad y hay que disfrutarlo porque es Dios quien nos lo regala. Cuando uno va viviéndola, disfrutándola y percibiéndola, uno crece como persona y como ser humano. Nos llenamos de conocimiento, de cosas que necesitamos saber y que con el tiempo van trayendo a nuestras vidas sabiduría. El secreto no reside en tener muchos años, es en cómo se vive esos años que Dios le regala a uno. Lo que uno hace con esa vida
que Dios nos obsequia, las huellas que se dejan en los corazones de los demás, el trabajo que realizamos a favor de un mundo mejor.
Te invito a que reflexiones sobre cómo estás llevando tu vida y si está valiendo la pena lo que haces, si le encuentras sentido y amas cada instante que Dios te regala. Si quieres, puedes repetir esta oración: “Señor, a través del tiempo he aprendido que tu deseas que yo disfrute de cada instante que me has regalado y permitido respirar. A veces hay días que los siento como un desafío, días en los que pienso que sería mejor si no existiera. Pero luego viene a mi mente tú cálido y sabio consejo y recuerdo que tú has de ayudarme a vivir un día a la vez. Por eso hago mías las palabras del salmista, ayúdame y enséñame a vivir mis días de tal modo que cada día aprenda cosas nuevas. De modo que cuando llegue el momento de partir pueda sentirme satisfecha con la manera en que viví”.
Autora: Brendaliz Avilés
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“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría”. (Salmos 90:12)
Lo que queda en nosotros son los instantes rescatados que llamamos recuerdos. Lo que nuestra mente logra capturar con fragilidad y emoción son aquellas cosas que vivimos intensamente. Quedan impregnados en nuestro ser las marcas de las experiencias que nos han hecho crecer. Somos un conglomerado de nuestras vivencias, somos marcados por todo lo que recibimos en nuestro espacio exterior.
Creo que todas esas personas que escribieron los Salmos eran inteligentes y sensibles. Eran personas receptivas a lo que pasaba en su interior y a lo que les rodeaba. Pero David expresa una petición a Dios a través de este versículo que he utilizado para iniciar este devocional. Pide al Padre Celestial que le enseñé no tan solamente a él sino a todos los seres humanos a contar los días que vivimos de tal modo que traigamos al corazón sabiduría. Dios nos enseña, pero nosotros tenemos que estar receptivos a todo aquello que él nos quiere enseñar. Y para aprender tenemos que poner atención, cuidado Y practicar lo que aprendemos.
Debemos permitir que las experiencias nos maduren. No debemos pasar nuestros días desapercibidos. Cada día que inicia nos da la oportunidad de una nueva oportunidad y hay que disfrutarlo porque es Dios quien nos lo regala. Cuando uno va viviéndola, disfrutándola y percibiéndola, uno crece como persona y como ser humano. Nos llenamos de conocimiento, de cosas que necesitamos saber y que con el tiempo van trayendo a nuestras vidas sabiduría. El secreto no reside en tener muchos años, es en cómo se vive esos años que Dios le regala a uno. Lo que uno hace con esa vida
que Dios nos obsequia, las huellas que se dejan en los corazones de los demás, el trabajo que realizamos a favor de un mundo mejor.
Te invito a que reflexiones sobre cómo estás llevando tu vida y si está valiendo la pena lo que haces, si le encuentras sentido y amas cada instante que Dios te regala. Si quieres, puedes repetir esta oración: “Señor, a través del tiempo he aprendido que tu deseas que yo disfrute de cada instante que me has regalado y permitido respirar. A veces hay días que los siento como un desafío, días en los que pienso que sería mejor si no existiera. Pero luego viene a mi mente tú cálido y sabio consejo y recuerdo que tú has de ayudarme a vivir un día a la vez. Por eso hago mías las palabras del salmista, ayúdame y enséñame a vivir mis días de tal modo que cada día aprenda cosas nuevas. De modo que cuando llegue el momento de partir pueda sentirme satisfecha con la manera en que viví”.
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jueves, 25 de marzo de 2010
EL SECRETO CONSISTE EN ANDAR CON JESÚS
El Secreto Consiste en Andar con Dios
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (San Juan 15:5)
Son demasiadas las veces en que queremos desgastarnos y hacer mucho a favor del reino de Dios. Y que sintamos esa pasión y deseo es algo maravilloso, porque Dios nos llama a hacer todo lo que este a nuestro alcance como si fuera para él. Pero con demasiada frecuencia nos concentramos tanto en aquellas tareas y proyectos que queremos realizar, que si nos olvidamos por un momento de la clave, que consiste en estar conectados y bien relacionados con Dios, fallaremos.
Es vital y demasiado importante tener comunión con nuestro Señor. Porque de esa comunión que tengamos con él dependerá que todas las demás cosas comiencen a fluir bien. Cuando tenemos un vínculo estrecho con nuestro Creador, vienen pruebas que intentan separarnos de su presencia y de su amor. Pero si ese lazo esta bien atado a Dios, difícilmente el enemigo podrá desatarlo. Si estamos sujetos y asidos de su mano, todo lo malo que nos rodea e intenta dañar, tendrá que irse.
Cuántos ministerios y líderes se han destruido o han tenido que levantarse de una fuerte caída porque en algún momento han querido hacer mucho para Dios pero se han desconectado de su presencia. Se les va el tiempo en tantas cosas, que dejan de orar y leer la Biblia. Enoc vivió una vida agarrado de Dios, Job pudo resistir la dura prueba que atravesó porque conversaba con Dios. Y Moisés fue un ser humano que vivió rodeado de la presencia de Dios de tal manera que Dios conversaba con él directamente. Él pudo escuchar audiblemente la voz de Dios. Camino por el desierto la mayor parte de su vida, pero él sabía que no iba solo, sabía que Jesús iba en frente de él guiándolo y dirigiéndolo. Él único que pudo ayudar a Moisés a resistir la presión de dirigir a un pueblo tan rebelde y ambivalente como el pueblo de Israel, fue Dios, mediante ese trato personal que tenía con él.
Separados de Dios nada podemos hacer. Nuestros esfuerzos se vuelven inútiles cuando nos olvidamos de que todo lo que hacemos gira en torno a ese amor y comunicación que tenemos con Dios. Él es quien nos da la sabiduría para equilibrar nuestro tiempo, nuestras vidas y que todo lo podamos hacer en un balance donde todo pueda fluir en armonía. Donde haya tiempo para hacer las cosas que competen al reino de Dios, pero donde haya tiempo para la familia, los amigos, nosotros mismos y todo lo demás.
Autora: Brendaliz Avilés
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“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (San Juan 15:5)
Son demasiadas las veces en que queremos desgastarnos y hacer mucho a favor del reino de Dios. Y que sintamos esa pasión y deseo es algo maravilloso, porque Dios nos llama a hacer todo lo que este a nuestro alcance como si fuera para él. Pero con demasiada frecuencia nos concentramos tanto en aquellas tareas y proyectos que queremos realizar, que si nos olvidamos por un momento de la clave, que consiste en estar conectados y bien relacionados con Dios, fallaremos.
Es vital y demasiado importante tener comunión con nuestro Señor. Porque de esa comunión que tengamos con él dependerá que todas las demás cosas comiencen a fluir bien. Cuando tenemos un vínculo estrecho con nuestro Creador, vienen pruebas que intentan separarnos de su presencia y de su amor. Pero si ese lazo esta bien atado a Dios, difícilmente el enemigo podrá desatarlo. Si estamos sujetos y asidos de su mano, todo lo malo que nos rodea e intenta dañar, tendrá que irse.
Cuántos ministerios y líderes se han destruido o han tenido que levantarse de una fuerte caída porque en algún momento han querido hacer mucho para Dios pero se han desconectado de su presencia. Se les va el tiempo en tantas cosas, que dejan de orar y leer la Biblia. Enoc vivió una vida agarrado de Dios, Job pudo resistir la dura prueba que atravesó porque conversaba con Dios. Y Moisés fue un ser humano que vivió rodeado de la presencia de Dios de tal manera que Dios conversaba con él directamente. Él pudo escuchar audiblemente la voz de Dios. Camino por el desierto la mayor parte de su vida, pero él sabía que no iba solo, sabía que Jesús iba en frente de él guiándolo y dirigiéndolo. Él único que pudo ayudar a Moisés a resistir la presión de dirigir a un pueblo tan rebelde y ambivalente como el pueblo de Israel, fue Dios, mediante ese trato personal que tenía con él.
Separados de Dios nada podemos hacer. Nuestros esfuerzos se vuelven inútiles cuando nos olvidamos de que todo lo que hacemos gira en torno a ese amor y comunicación que tenemos con Dios. Él es quien nos da la sabiduría para equilibrar nuestro tiempo, nuestras vidas y que todo lo podamos hacer en un balance donde todo pueda fluir en armonía. Donde haya tiempo para hacer las cosas que competen al reino de Dios, pero donde haya tiempo para la familia, los amigos, nosotros mismos y todo lo demás.
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martes, 23 de marzo de 2010
RINDIENDO MI TALENTO CONQUISTARÉ LAS NACIONES
Rindiendo mi Talento Conquistaré las Naciones
La Asociación de Jóvenes Embajadores de Cristo, Distrito del Pepino, utilizó como lema para su noche de talentos: “Rindiendo mi Talento Conquistaré las Naciones”. A veces cuando pensamos en conquistar, imaginamos una multitud de personas o soldados en nuestras mentes. Cuando tratamos de imaginar lo que es el avivamiento aparecen imágenes en nuestras cabezas y visualizamos mucha gente. Lo que a veces, no se nos ocurre pensar es que la conquistar y el avivamiento se pueden producir a causa de un individuo o un grupo pequeños de personas.
Gedeón ganó la batalla con sus 300 valientes. David comenzó su conquistar personal cuidado sus ovejas, arrebatándolas de los lobos, leones y bestias salvajes. Luego enfrentas al gigante Goliat y de ahí en adelante a miles de soldados de ejércitos neighs. Sansón con la fortaleza de Dios obtuvo victorias increíbles porque era Dios quien lo había llamado y lo espalda.
Estamos tan llenos de conceptos que cuando pensamos en dones, talentos o ministerios; pensamos en predicadores, pastores, evangelistas, misioneros, maestros y cantantes, entre otros. Entonces muchas personas se sienten mal, insignificantes, poca cosa o ineficaces porque cuando se comparan y piensan en qué talento ellos poseen, no tienen esos dones o no cumplen con ciertos estándares que los demás le exigen. Sin embargo los ministerios que tienen esas personas que hemos mencionados dependen de aquellos que muchas veces están tras vastidores. De aquellos héroes anónimos o invisibles. Porque sin analizamos bien podemos percatanos e identificar aquellos que en oración interceden, los que apoyan y respaldan, los que organizan. Aquellos que tienen el talento de hablar a los que todavía no han conocido a Cristo. Esas personas que cocinan, cocen, que ayudan a los perambulates o necesitados. Esos que tienen la cualidad de animar o de poner la paz en el grupo para que todos lleguen a un acuerdo. Los que escriben hermosas canciones, poesías, ensayos, dramas, cartas, etc. Aquellos que cuidan a los enfermos y visitan a los enfermos.
Pablo decía que así como todos los miembros de nuestro cuerpo por más pequeños e insignificantes que parezcan son vitales y necesarios, así también cada uno de nosotros es importante y tiene su lugar y posición en el reino de Cristo. El amor es demostrado a través de las obras que hacemos, de los actos que realizamos. Pequeños detalles son los que hacen la diferencia. Acciones sencillas pueden provocar gandes cambios y Milagros. El que en lo poco es fiel y obediente en lo mucho es recompensado. Todos somos necesarios e importantes en este mundo. Este mundo no sería igual si tu no estuvieras en él. Pero si todos somos importantes en este mundo, mucho más lo somos cuando servimos a favor del reino de Dios. Lo que Dios mira es nuestra intensión y disposición, lo que sale de nuestro corazón y lo que hacemos para glorifiable.
A mí me hubiera gustado ser una gran cantante cristiana y poder tocar muchos instrumentos. Pero aunque no tengo el don de hacer música, Dios me llenó con otros talentos. Y cada cosa que hacemos para él con amor es especial, particular y agradable a sus ojos. La clave consiste en rendir todo lo que tenemos a sus pies. Porque lo que para nosotros puede parecer poca cosa o insignificante puede ayudar a que alguien sea transformado. Y a su vez la cadena se va expandiendo de tal forma que cuando miramos a nuestro alrededor, veremos que hay conquistar y avivamiento.
Tal vez yo nunca logre ser como Billy Graham, Joyce Meyer, Dante Gebel o muchos otros grandes siervos y siervas de Dios. Pero si hago mi labor, si realizo lo que sé hacer bien, estoy segura que alcanzaré almas para Cristo. Mirar a los demás y compararme me limita, pero fijar mi vista en Cristo y concentrarme en lo que si soy buena y realizarlo, produce que yo sea eficaz, efectiva y poderosa en el reino de Dios y que produzca en este mundo algún cambio positivo. Por eso no me presentaré ante mi Dios con manos vacías porque él las ha llenado con amor, gracia y talentos. Siempre habrá algo bueno que pueda hacer.
Autora: Brendaliz Avilés
martes, 16 de marzo de 2010
NO TE PRESENTES CON MANOS VACÍAS
NO TE PRESENTES CON MANOS VACÍAS
“¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo?” Miqueas 6:6
Anoche una ancianita llegó al servicio de la noche tarde, pero llamó mi atención que aunque ya habían recogido la ofrenda, ella no dejó de dar su ofrenda. Ella no se llevó su ofrenda nuevamente a su casa, dejó lo que llevaba. Inmediatamente pasó por mi mente un fragmento del himno de René González que dice: “no me presentaré con manos vacías porque abundante estoy de gracia y amor”.
Y el gesto de esa ancianita tan bonita también me hizo pensar que no podemos ir a la iglesia y llevarnos a nuestra casa nuevamente la adoración que debimos haber entregado a nuestro Padre Celestial. No es tan solo dejar nuestra aportación monetaria, sino que nuestro corazón y nuestro espíritu deben estar conectados a Dios para poder entregarle esa ofrenda que queremos regalarle.
Entónale tu canción, recítale nuevos versos, tócale un instrumento, hazle saber que él es tu amor eterno. Habla con él en oración, entusiásmate y regocíjate al estar en su presencia. Encuentra a través de su Palabra la verdad y el conocimiento. Acepta su instrucción y obedece sus mandamientos. Alábale con las manos, con los pies, con tu voz y con tu alma. Porque si has llegado hasta su casa no debes presentarte con manos vacías porque él te ha bendecido. Ha llenado tu vida de tantas cosas hermosas.
Ya sea que los demás te escuchen y te vean o no, dedícale tu vida, despréndete de tu yo ofrendándoselo y rindiéndote con plenitud en obediencia, sumisión, reverencia y amor. Él te ha dado la vida y te llenado con tantos talentos. De la forma en que sepas y puedas, conforme a la capacidad que él te ha obsequiado, haz todo aquello que lo glorifique y exalte. Aún haciendo el bien y ayudando a tus hermanos lo estarás glorificando y exaltando. Porque si existe una cosa que a Dios le agrade son los corazones de aquellos agradecidos que depositan todo lo que tienen a Su servicio con corazones sinceros y dispuestos.
Autora: Brendaliz Avilés
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“¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo?” Miqueas 6:6
Anoche una ancianita llegó al servicio de la noche tarde, pero llamó mi atención que aunque ya habían recogido la ofrenda, ella no dejó de dar su ofrenda. Ella no se llevó su ofrenda nuevamente a su casa, dejó lo que llevaba. Inmediatamente pasó por mi mente un fragmento del himno de René González que dice: “no me presentaré con manos vacías porque abundante estoy de gracia y amor”.
Y el gesto de esa ancianita tan bonita también me hizo pensar que no podemos ir a la iglesia y llevarnos a nuestra casa nuevamente la adoración que debimos haber entregado a nuestro Padre Celestial. No es tan solo dejar nuestra aportación monetaria, sino que nuestro corazón y nuestro espíritu deben estar conectados a Dios para poder entregarle esa ofrenda que queremos regalarle.
Entónale tu canción, recítale nuevos versos, tócale un instrumento, hazle saber que él es tu amor eterno. Habla con él en oración, entusiásmate y regocíjate al estar en su presencia. Encuentra a través de su Palabra la verdad y el conocimiento. Acepta su instrucción y obedece sus mandamientos. Alábale con las manos, con los pies, con tu voz y con tu alma. Porque si has llegado hasta su casa no debes presentarte con manos vacías porque él te ha bendecido. Ha llenado tu vida de tantas cosas hermosas.
Ya sea que los demás te escuchen y te vean o no, dedícale tu vida, despréndete de tu yo ofrendándoselo y rindiéndote con plenitud en obediencia, sumisión, reverencia y amor. Él te ha dado la vida y te llenado con tantos talentos. De la forma en que sepas y puedas, conforme a la capacidad que él te ha obsequiado, haz todo aquello que lo glorifique y exalte. Aún haciendo el bien y ayudando a tus hermanos lo estarás glorificando y exaltando. Porque si existe una cosa que a Dios le agrade son los corazones de aquellos agradecidos que depositan todo lo que tienen a Su servicio con corazones sinceros y dispuestos.
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lunes, 15 de marzo de 2010
UN DÍA A LA VEZ
Un Día a la Vez
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” (San Mateo 6:25-31).
A veces vivir un día a la vez se nos hace difícil, andamos siempre corriendo tras un futuro que no vemos llegar, pero que con el transitar del tiempo lo vemos pasar sin remedio y sin poder hacer nada por rescatar ese tiempo invaluable que hemos perdido.
No es fácil tener la suficiente sabiduría como para saber apreciar el pasado salvando todo lo bueno que viviste y aprendiste, sin permitir que este te estanque o te marque de forma negativa, sino que más bien sea lo que nos impulse a salir hacia adelante.
A veces las 24 horas que trae el día se nos pasan tan rápidamente y perdemos tantos detalles valiosos y significativos que deberían ser parte de lo que compone nuestra existencia. Nos afanamos por el día de mañana y no sacamos muchas veces ese espacio que necesitamos para aspirar y transpirar, para disfrutar del esplendor de las cosas sencillas y cotidianas.
Pasan por mi mente dos cosas: 1. el himno que dice: “el día de hoy mi Cristo es lo que vengo a pedir las fuerzas me des para yo hacer lo que debo hacer”. 2. Y esta porción bíblica que he utilizado el día de hoy, donde Dios nos hace un llamado a ponerle freno al acelerador de nuestras vidas, a no permitirnos sentirnos afanados, turbados y preocupados porque él tiene el control absoluto de todo cuanto sucede en nuestras vidas. Si protege a las flores y a los animales, cuánto más a nosotros que somos su máxima creación. Existe algo de lo que podemos estar completamente seguros y es de la fidelidad y el cuidado de Dios para con sus hijos. Por tanto, tomate una pausa y descansa en las promesas de que Dios no te dejará ni te desamparará.
Autora: Brendaliz Avilés
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“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” (San Mateo 6:25-31).
A veces vivir un día a la vez se nos hace difícil, andamos siempre corriendo tras un futuro que no vemos llegar, pero que con el transitar del tiempo lo vemos pasar sin remedio y sin poder hacer nada por rescatar ese tiempo invaluable que hemos perdido.
No es fácil tener la suficiente sabiduría como para saber apreciar el pasado salvando todo lo bueno que viviste y aprendiste, sin permitir que este te estanque o te marque de forma negativa, sino que más bien sea lo que nos impulse a salir hacia adelante.
A veces las 24 horas que trae el día se nos pasan tan rápidamente y perdemos tantos detalles valiosos y significativos que deberían ser parte de lo que compone nuestra existencia. Nos afanamos por el día de mañana y no sacamos muchas veces ese espacio que necesitamos para aspirar y transpirar, para disfrutar del esplendor de las cosas sencillas y cotidianas.
Pasan por mi mente dos cosas: 1. el himno que dice: “el día de hoy mi Cristo es lo que vengo a pedir las fuerzas me des para yo hacer lo que debo hacer”. 2. Y esta porción bíblica que he utilizado el día de hoy, donde Dios nos hace un llamado a ponerle freno al acelerador de nuestras vidas, a no permitirnos sentirnos afanados, turbados y preocupados porque él tiene el control absoluto de todo cuanto sucede en nuestras vidas. Si protege a las flores y a los animales, cuánto más a nosotros que somos su máxima creación. Existe algo de lo que podemos estar completamente seguros y es de la fidelidad y el cuidado de Dios para con sus hijos. Por tanto, tomate una pausa y descansa en las promesas de que Dios no te dejará ni te desamparará.
Autora: Brendaliz Avilés
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SI DE VERDAD QUIERES CRECER
Hoy leyendo una reflexión encontré estas palabras que tengo entendido que son la letra de una canción. Me gustaron tanto que por eso las comparto con ustedes.
"Si de verdad quieres crecer y no envejecer nunca vayas deprisa ni tampoco lento el secreto es ir a la inversa del tiempo pero nunca deprisa ni tampoco lento sólo hay que ir a la velocidad del tiempo para así comenzar a crecer y no envejecer. El que acelera el paso descubre la nostalgia el que se queda en el momento se queda mas el que decide crecer conservando al niño avanza hacia atrás recuperando su inicio y los recuerdos que traspasan el ombligo Si de verdad quieres crecer y no envejecer recuerda que el juego es el principio de todo y recuerda que ser parte es el único modo pero es necesario que recuerdes ante todo que sin arrugas nunca encontrarás el modo de retomar las huellas para no envejecer...
Desconozco el Autor
"Si de verdad quieres crecer y no envejecer nunca vayas deprisa ni tampoco lento el secreto es ir a la inversa del tiempo pero nunca deprisa ni tampoco lento sólo hay que ir a la velocidad del tiempo para así comenzar a crecer y no envejecer. El que acelera el paso descubre la nostalgia el que se queda en el momento se queda mas el que decide crecer conservando al niño avanza hacia atrás recuperando su inicio y los recuerdos que traspasan el ombligo Si de verdad quieres crecer y no envejecer recuerda que el juego es el principio de todo y recuerda que ser parte es el único modo pero es necesario que recuerdes ante todo que sin arrugas nunca encontrarás el modo de retomar las huellas para no envejecer...
Desconozco el Autor
viernes, 12 de marzo de 2010
UN ATAQUE DE IDENTIDAD
Un Ataque de Identidad
…”El Adversario lo dejó entonces, y he aquí, se acercaron ángeles y le ministraban”. (San Mateo 4:11, Biblia Peshitta).
La Biblia no detalla mucho sobre la niñez de Jesús, pero si nos indica que anhelaba cumplir con la voluntad de su Padre y que conforme pasaba el tiempo crecía en gracia y sabiduría de tal manera que los grandes eruditos se asombraban del conocimiento que había en él.
El capítulo 4 de Mateo comienza diciéndonos que Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser puesto a prueba por el Adversario. Y que luego de haber ayunado durante 40 días y 40 noches, sintió hambre. Este era un momento en que Jesús estaba fuerte espiritualmente, pero debilitado físicamente. Un punto importante que debemos conocer es que el diablo intentará atacar tu vida en un momento en que estés vulnerable en cualquier área de tu vida. En el caso de Jesús era necesario que pasara por esta prueba, el Espíritu Santo lo había llevado a ese desierto. Pero en nuestras vidas debemos estar conscientes de que el enemigo tratará de aprovechar cualquier área o punto vulnerable de nuestras vidas para atacarnos.
A través del pasaje observamos otro detalle sumamente importante, pues el mismo diablo sabiendo que Jesús era el hijo de Dios, se atreve a tentar a Jesús y emite dos oraciones desafiantes, insinuantes y provocativas. Primero le dice: “si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Y luego, si eres el Hijo de Dios, lánzate abajo, porque está escrito”. El enemigo intentó probar su identidad aunque conocía perfectamente que Jesús era el Hijo de Dios. Así mismo el enemigo también tratará de causar una crisis de identidad en nosotros porque él sabe que un ataque a nuestra identidad puede provocar daños a nuestras emociones. El siempre intenta lanzar dardos a nuestra autoestima, coloca situaciones para que caigamos en tentación y cedamos ante el pecado para luego acusarnos e intentar hacernos sentir miserables. Porque cuando olvidamos quiénes somos en Jesús y que él nos trajo a este mundo con un propósito, bajamos la guardia. Porque cuando nos permitimos entrar en una crisis emocional, esto nos puede agotar física, emocional y espiritualmente al grado que podemos experimentar una especie de depresión. Y cuando una persona esta deprimida no tiene ánimos de hacer nada, entonces el enemigo tratará de ganar más territorio.
Otro factor importante a considerar es el lugar donde Jesús fue tentado. El desierto, un lugar que me parece que a nadie le gusta, pero que a veces es necesario pasar por él para aprender muchas cosas. Si nuestro Señor Jesucristo tuvo que pasar por él, cuánto más nosotros mismos que somos humanos y de naturaleza pecadora. En el desierto solo dos cosas pueden pasar: sobrevives o te mueres. Eres atacado y vencido o eres atacado pero sales victorioso. Todo dependerá de cuánto conozcas a tu adversario y de cómo apliques la armadura espiritual que Dios te ha dado. El enemigo cito la palabra de Dios pero con la misma palabra Jesucristo lo contrarrestó. ¿Conoces lo suficiente la palabra de Dios? ¿La aplicas en tu vida? ¿La haces real en ti, la crees y la declaras?
El último punto que quiero considerar en esta reflexión es el de las ofertas atractivas. Es tan sarcástico el Adversario que se atreve a ofrecerle en medio de esa tentación a Jesús, le muestra y le dice: “todo esto te daré si postrado me adorares”. Si es el tronco y nosotros somos las ramas, el enemigo nos tiene la guerra declarada. Por tanto él nos presentará cosas que a nuestros ojos sean atractivas para que pequemos. Pero nosotros debemos actuar con inteligencia y estar llenos de la presencia de Dios.
Solo cuando tenemos un completo conocimiento de quiénes somos como hijos de Dios podremos vencer las pruebas. Entonces, tendremos la autoridad para resistir, reprender al diablo y salir airosos del desierto y de la prueba, porque sabremos que somos propiedad de Dios y con los hijos de Dios nadie se mete porque Jehová pelea por ellos. Por tanto no dejes que en enemigo juegue con tu identidad, conoce quién eres y véncelo.
Autora: Brendaliz Avilés
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…”El Adversario lo dejó entonces, y he aquí, se acercaron ángeles y le ministraban”. (San Mateo 4:11, Biblia Peshitta).
La Biblia no detalla mucho sobre la niñez de Jesús, pero si nos indica que anhelaba cumplir con la voluntad de su Padre y que conforme pasaba el tiempo crecía en gracia y sabiduría de tal manera que los grandes eruditos se asombraban del conocimiento que había en él.
El capítulo 4 de Mateo comienza diciéndonos que Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto para ser puesto a prueba por el Adversario. Y que luego de haber ayunado durante 40 días y 40 noches, sintió hambre. Este era un momento en que Jesús estaba fuerte espiritualmente, pero debilitado físicamente. Un punto importante que debemos conocer es que el diablo intentará atacar tu vida en un momento en que estés vulnerable en cualquier área de tu vida. En el caso de Jesús era necesario que pasara por esta prueba, el Espíritu Santo lo había llevado a ese desierto. Pero en nuestras vidas debemos estar conscientes de que el enemigo tratará de aprovechar cualquier área o punto vulnerable de nuestras vidas para atacarnos.
A través del pasaje observamos otro detalle sumamente importante, pues el mismo diablo sabiendo que Jesús era el hijo de Dios, se atreve a tentar a Jesús y emite dos oraciones desafiantes, insinuantes y provocativas. Primero le dice: “si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Y luego, si eres el Hijo de Dios, lánzate abajo, porque está escrito”. El enemigo intentó probar su identidad aunque conocía perfectamente que Jesús era el Hijo de Dios. Así mismo el enemigo también tratará de causar una crisis de identidad en nosotros porque él sabe que un ataque a nuestra identidad puede provocar daños a nuestras emociones. El siempre intenta lanzar dardos a nuestra autoestima, coloca situaciones para que caigamos en tentación y cedamos ante el pecado para luego acusarnos e intentar hacernos sentir miserables. Porque cuando olvidamos quiénes somos en Jesús y que él nos trajo a este mundo con un propósito, bajamos la guardia. Porque cuando nos permitimos entrar en una crisis emocional, esto nos puede agotar física, emocional y espiritualmente al grado que podemos experimentar una especie de depresión. Y cuando una persona esta deprimida no tiene ánimos de hacer nada, entonces el enemigo tratará de ganar más territorio.
Otro factor importante a considerar es el lugar donde Jesús fue tentado. El desierto, un lugar que me parece que a nadie le gusta, pero que a veces es necesario pasar por él para aprender muchas cosas. Si nuestro Señor Jesucristo tuvo que pasar por él, cuánto más nosotros mismos que somos humanos y de naturaleza pecadora. En el desierto solo dos cosas pueden pasar: sobrevives o te mueres. Eres atacado y vencido o eres atacado pero sales victorioso. Todo dependerá de cuánto conozcas a tu adversario y de cómo apliques la armadura espiritual que Dios te ha dado. El enemigo cito la palabra de Dios pero con la misma palabra Jesucristo lo contrarrestó. ¿Conoces lo suficiente la palabra de Dios? ¿La aplicas en tu vida? ¿La haces real en ti, la crees y la declaras?
El último punto que quiero considerar en esta reflexión es el de las ofertas atractivas. Es tan sarcástico el Adversario que se atreve a ofrecerle en medio de esa tentación a Jesús, le muestra y le dice: “todo esto te daré si postrado me adorares”. Si es el tronco y nosotros somos las ramas, el enemigo nos tiene la guerra declarada. Por tanto él nos presentará cosas que a nuestros ojos sean atractivas para que pequemos. Pero nosotros debemos actuar con inteligencia y estar llenos de la presencia de Dios.
Solo cuando tenemos un completo conocimiento de quiénes somos como hijos de Dios podremos vencer las pruebas. Entonces, tendremos la autoridad para resistir, reprender al diablo y salir airosos del desierto y de la prueba, porque sabremos que somos propiedad de Dios y con los hijos de Dios nadie se mete porque Jehová pelea por ellos. Por tanto no dejes que en enemigo juegue con tu identidad, conoce quién eres y véncelo.
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miércoles, 10 de marzo de 2010
DON´T STOP SMILING!
Don't stop smiling!
"Yet it will fill your mouth with laughter and your lips full of life and light"(Job8:21)
Smile while you wait that which you hope for and that soon will come.
Smiling encourages, gives new strength and hope.
Smiling demonstrate faith and confidence and even this moment nothing is happening, soon you
will be surprised.
will be surprised.
Smiling makes one look beautiful, radiant and full of life and light.
Smile, that new adventures await you, a world with things to live for.
Wash those tears from your eyes because what you wish for are coming.
Smile, that new adventures await you, a world with things to live for.
Wash those tears from your eyes because what you wish for are coming.
Don't lose your optimism, assume a good attitude.
Smile because Ana saw her miracle in Samuel; Abraham and Sarah in Isaac.
Josue while conquering; Moses while crossing the Red Sea.
Smile because Ana saw her miracle in Samuel; Abraham and Sarah in Isaac.
Josue while conquering; Moses while crossing the Red Sea.
For that widow came the oil and for the surprise of Martha and Maria her brother Lazarus was resucitated. Bartimeo was able to see with his own eyes the sanity that God made in him.
Only be patient and while you wait, don't stop smiling.
Only be patient and while you wait, don't stop smiling.
Author: Brendaliz Avilés
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¡No Dejes de Sonreír!
¡NO DEJES DE SONREÍR!
“Aún llenará tu boca de risa, Y tus labios de júbilo”. (JOB 8:21)
Sonríe, mientras esperas eso que tanto anhelas y que pronto llegará.
Sonreír alienta, da nuevas fuerzas y esperanzas.
Al sonreír demuestras fe y confianza porque aunque en el momento no estás viendo nada, muy cerca está el momento en que recibirás esa sorpresa.
Sonreír te hace lucir más hermoso, radiante, lleno de vida y de luz.
Estás exhibiendo certeza y proyectando luz.
Sonríe que nuevas aventuras te esperan, un mundo de cosas por vivir.
¡Limpia esa lágrima de tus ojos que lo que tanto deseas ha de venir!
No pierdas tu optimismo, asume una buena actitud.
Sonríe, porque Ana vio su milagro en Samuel; Abraham y Sara en Isaac.
Josué mientras conquistaba; Moisés mientras cruzaba el Mar Rojo.
Para aquella viuda llegó el aceite y para sorpresa de Marta y María su hermano Lázaro resucitó.
Bartimeo pudo ver con sus ojos la sanidad que Dios hizo en él.
Solo ten paciencia y mientras esperas, ¡no dejes de sonreír!
Autora: Brendaliz Avilés
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“Aún llenará tu boca de risa, Y tus labios de júbilo”. (JOB 8:21)
Sonríe, mientras esperas eso que tanto anhelas y que pronto llegará.
Sonreír alienta, da nuevas fuerzas y esperanzas.
Al sonreír demuestras fe y confianza porque aunque en el momento no estás viendo nada, muy cerca está el momento en que recibirás esa sorpresa.
Sonreír te hace lucir más hermoso, radiante, lleno de vida y de luz.
Estás exhibiendo certeza y proyectando luz.
Sonríe que nuevas aventuras te esperan, un mundo de cosas por vivir.
¡Limpia esa lágrima de tus ojos que lo que tanto deseas ha de venir!
No pierdas tu optimismo, asume una buena actitud.
Sonríe, porque Ana vio su milagro en Samuel; Abraham y Sara en Isaac.
Josué mientras conquistaba; Moisés mientras cruzaba el Mar Rojo.
Para aquella viuda llegó el aceite y para sorpresa de Marta y María su hermano Lázaro resucitó.
Bartimeo pudo ver con sus ojos la sanidad que Dios hizo en él.
Solo ten paciencia y mientras esperas, ¡no dejes de sonreír!
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martes, 9 de marzo de 2010
SEAMOS MINISTROS COMPETENTES
Seamos Ministros Competentes
“Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica”. (2 Corintios 3:4-6)
Si hay alguien que fue sabio, que tuvo amplio conocimiento de la vida y de las cosas fue el proverbista Salomón. Salomón, hijo de David y rey de Israel dijo que: “el principio de la sabiduría es el temor a Jehová”. Y aunque este hombre tuvo un buen comienzo por cuanto había pedido a Dios sabiduría y buscaba Su presencia; no tuvo un final tan exitoso como se hubiera esperado, pues se duda de su salvación. Esto porque inclinó su corazón a las mujeres e hizo altares para dioses paganos. En el libro de Eclesiastés podemos observar un panorama de un hombre cansado de tanto análisis y hastiado de tantos placeres. Parece que olvidó que la fuente y el principio de todo conocimiento provienen de Dios cuando le buscamos.
Pablo, escribiendo su carta a los corintios, les habla sobre ser ministros de un nuevo pacto y ese nuevo pacto implica la gracia de Dios para salvación eterna por medio de nuestro Señor Jesucristo, quién nos reconcilió con nuestro Padre Celestial. Pero, ¿qué conlleva ser ministros? En este caso la palabra ministro significa: “persona que ejecuta las ordenes de otra”. Lo que quiere entonces decir que tenemos que obedecer y seguir al pie de la letra las instrucciones que Dios nos da y más aún, vivir conforme a Su voluntad. No es hacer lo que nos parezca, convenga o guste, sino que hay que estar dispuestos a morir a nuestro “yo” para que reine y se imponga Cristo.
Muchas personas piensan que porque tienen un amplio conocimiento en sus estudios seculares o académicos, o porque han leído la Biblia del Génesis al Apocalipsis y la saben de memoria, que están actos para esta competencia. ¿Cuántos teólogos herejes existen y se saben la Biblia de memoria más le falta la vivencia y la revelación de Dios a sus vidas? ¡Cuán equivocados están quienes piensan de esta manera! Porque el conocimiento, la inteligencia sin la sabiduría y la unción que provienen de Dios, es hueco, vacío, poco profundo, vano. Pero un ministro competente es alguien experto que conoce una disciplina (en este caso espiritual o divina). Es una persona capacitada y con aptitudes para poder ocuparse de esa disciplina y poseer aptitudes para poder ocuparse en ella. Cuando se tienen aptitudes implica que hay una capacidad y una buena disposición para ejercer o desempeñar una determinada tarea, función, misión, etc.
Ciertamente el conocimiento trae luz, autoridad, propiedad y poder. Pero nuestra misión más que nada e instruirnos para poder educar y traer a las almas al arrepentimiento y conocimiento de Cristo. No un conocimiento mero, sino que el Espíritu Santo nos va capacitando continuamente, día tras día, para que la Palabra tome forma y de vida a nuestro ser. Es un conocimiento que va más allá de la letra que mata, es un conocimiento del Espíritu Santo que nos hace ministros de un pacto que vivifica, produce cambios en nuestras vidas y comportamiento, nos renueva y nos hace crecer continuamente en la comprensión y el amor de Cristo.
AUTORA: Brendaliz Avilés
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“Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica”. (2 Corintios 3:4-6)
Si hay alguien que fue sabio, que tuvo amplio conocimiento de la vida y de las cosas fue el proverbista Salomón. Salomón, hijo de David y rey de Israel dijo que: “el principio de la sabiduría es el temor a Jehová”. Y aunque este hombre tuvo un buen comienzo por cuanto había pedido a Dios sabiduría y buscaba Su presencia; no tuvo un final tan exitoso como se hubiera esperado, pues se duda de su salvación. Esto porque inclinó su corazón a las mujeres e hizo altares para dioses paganos. En el libro de Eclesiastés podemos observar un panorama de un hombre cansado de tanto análisis y hastiado de tantos placeres. Parece que olvidó que la fuente y el principio de todo conocimiento provienen de Dios cuando le buscamos.
Pablo, escribiendo su carta a los corintios, les habla sobre ser ministros de un nuevo pacto y ese nuevo pacto implica la gracia de Dios para salvación eterna por medio de nuestro Señor Jesucristo, quién nos reconcilió con nuestro Padre Celestial. Pero, ¿qué conlleva ser ministros? En este caso la palabra ministro significa: “persona que ejecuta las ordenes de otra”. Lo que quiere entonces decir que tenemos que obedecer y seguir al pie de la letra las instrucciones que Dios nos da y más aún, vivir conforme a Su voluntad. No es hacer lo que nos parezca, convenga o guste, sino que hay que estar dispuestos a morir a nuestro “yo” para que reine y se imponga Cristo.
Muchas personas piensan que porque tienen un amplio conocimiento en sus estudios seculares o académicos, o porque han leído la Biblia del Génesis al Apocalipsis y la saben de memoria, que están actos para esta competencia. ¿Cuántos teólogos herejes existen y se saben la Biblia de memoria más le falta la vivencia y la revelación de Dios a sus vidas? ¡Cuán equivocados están quienes piensan de esta manera! Porque el conocimiento, la inteligencia sin la sabiduría y la unción que provienen de Dios, es hueco, vacío, poco profundo, vano. Pero un ministro competente es alguien experto que conoce una disciplina (en este caso espiritual o divina). Es una persona capacitada y con aptitudes para poder ocuparse de esa disciplina y poseer aptitudes para poder ocuparse en ella. Cuando se tienen aptitudes implica que hay una capacidad y una buena disposición para ejercer o desempeñar una determinada tarea, función, misión, etc.
Ciertamente el conocimiento trae luz, autoridad, propiedad y poder. Pero nuestra misión más que nada e instruirnos para poder educar y traer a las almas al arrepentimiento y conocimiento de Cristo. No un conocimiento mero, sino que el Espíritu Santo nos va capacitando continuamente, día tras día, para que la Palabra tome forma y de vida a nuestro ser. Es un conocimiento que va más allá de la letra que mata, es un conocimiento del Espíritu Santo que nos hace ministros de un pacto que vivifica, produce cambios en nuestras vidas y comportamiento, nos renueva y nos hace crecer continuamente en la comprensión y el amor de Cristo.
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domingo, 7 de marzo de 2010
METAMORFOSIS
¡Dios les Bendiga Enormemente!
Hoy dejo ante ustedes una reflexión que escribió mi mejor amiga Janet Patricia Rosa. El mismo me pareció hermoso. Es sencillo pero a la vez profundo, espero que sea de mucha bendición a sus vidas y como siempre pido respeten los derechos de autor.
Metamorfosis
La palabra metamorfosis significa “cambios de forma”. Podemos decir que es una transformación, una mudanza que hace alguien o algo de un estado a otro.
Cada persona a lo largo de toda su vida experimenta cambios o etapas. Como mujeres experimentamos cambios emocionales, físicos y el ciclo de vida de las mariposas es un excelente ejemplo de esto.
Creo que a todas nos gustan las mariposas, contemplar sus colores que adornan las flores durante la primavera. Pero antes de llegar a ser una mariposa, tuvo que pasar un proceso de transformación.
¿Cuáles son las etapas de la mariposa?
1. Primero, la mariposa mamá deja muchos huevos en las hojas de las plantas y árboles. Tú y yo hemos sido concebidas en el corazón de Dios con propósitos. El nos escogió antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santas y sin mancha delante de El. En amor nos predestinó para adopción como hijas para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotras en el Amado (Efesios 1:4-6).
Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
Salmo 139:13-14
2. Segundo, de los pequeños huevos salen los bebés llamados larvas u orugas, las cuales son una máquina de comer. Cuando llegamos al Señor somos como niños recién nacidos. La Palabra nos dice que deseemos como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación (1 Pedro 2:2). Tenemos que alimentarnos con la Palabra, porque ella es la que produce cambios en nuestro corazones, por medio de ella somos transformadas, renueva nuestro entendimiento, nos llena de fe, imparte sabiduría, ella nos guía a toda verdad.
La larva come mucho y crece muy rápido, su piel se abre y debajo hay una nueva con gran espacio para crecer. Dios anhela que te alimentes con Su Palabra y que nos despojemos del viejo hombre, que te vistas del nuevo creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Constantemente estaremos en etapas donde tendremos que despojarnos de cosas que no nos ayudan a crecer, será doloroso, pero traerá un fruto hermoso.
…que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad.
Efesios 2:22-24
3. Tercero, cuando las orugas son grandes, fabrican una cubierta dura llamada capullo, pupa o crisálida. El capullo es como una caja fuerte que mantiene el cuerpo del insecto sano y salvo mientras cambia de forma. En esos momentos de cambios, de transformación nos p0demos sentir solas, pero es importante saber que no es así, Dios está con nosotras en cada etapa de nuestras vidas. Es necesaria una buena actitud ante los cambios que Dios produce en nosotras y someternos a ello, entendiendo que la voluntad de Dios es perfecta. Recuerdas vas camino a ser una hermosa mariposa en las manos de Dios, te está transformando de adentro hacia afuera.
Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
1 Juan 2:16:17
4. Por último, el capullo lentamente se transforma en una mariposa. Cuando sale ya completa, sus alas son suaves y tienen que secarse con la luz del sol para poder volar. Vemos que el capullo lentamente transforma en una mariposa. Hay cosas que van a tomar tiempo, pero es el tiempo de Dios y no el nuestro. Constantemente nos desesperamos porque no vemos lo que anhelamos e incluso creemos que nuestro tiempo pasó y no habrá oportunidad para alcanzar lo que soñamos. Recuerda que El anhela completar su obra en ti, que sobre ti resplandezca Su gloria y puedas volar, alcanzar todo aquello que está en Su corazón para ti. No desmayes, confía, cree en El.
Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Isaías 40:30-31
Las mariposas pasan este proceso de cambio una sola vez en su vida, pero en nuestro caminar como mujeres de Dios, para poder avanzar hacia un nuevo nivel o etapa, seremos transformadas constantemente. No sé en qué etapa estarás hoy, pero quiero motivarte a que sigas dejándote moldear por Dios. No hay satisfacción más grande, que sabe que estas caminando, viviendo en Su voluntad. Déjate guiar por Su Palabra, se sensible a la voz del Espíritu Santo, recibe y sigue el consejo de tus pastores y líderes, de aquellos que velan por ti. Recuerda que has sido destinada para alcanzar los propósitos de Dios, llegó tu primavera, llegó tu tiempo de volar.
Autora: Janet Patricia Rosa
Puerto Rico
miércoles, 3 de marzo de 2010
DIOS: ¡YO QUIERO SER TU REGALO!
Dios: ¡Yo Quiero Ser Tu Regalo!
Señor:
Tú naciste un día en un pesebre, pero también un día naciste en mi corazón. Por eso cada día y cada cosa que pasa tiene sentido para mí, porque aunque a veces no logro entender tanto amor que no merecía, puede mi alma comprender lo mucho que te necesitaba.
Tú eres mi mayor regalo, mi mejor bendición. Y día a día, aún en medio de las dificultades que pueda tener, intento ser un regalo para ti. Una ofrenda de olor grato que recibas con agrado. Un obsequio que te sorprenda y te complazca. Aún cuando mi vasija en ocasiones se agrieta y mi alma fatigada, cansada y cargada, gime desesperada por tu presencia. Aún cuando mi vida hambrienta de tus palabras se turba por instantes, ¡YO TE AMO TANTO!
Mientras otros buscan otros caminos, diferentes cosas, mi velero en medio de la mar se dirige hacia tu puerto. Tú eres la ola que me inunda, que me acaricia con su perfecta gracia, que me envuelve en tu sublime amor. Por eso es que en medio del silencio mis pensamientos se elevan a ti y en medio del bullicio busco refugiarme en tu grandiosa paz. Tú eres el lucero que me cautiva. Quiero por siempre sumergirme en las profundidades de tu corazón. Quiero por siempre vivir llena de ti. Transpirar tu aire, recibir tus palabras. Tú lo llenas todo, cada espacio y célula de mi ser te añoran. Haz que yo pueda por siempre vivir apegada a tu voluntad y rodeada de tu presencia. Quiero ser el motivo por el que siempre sonrías. Amén.
Autora: Brendaliz Avilés
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Señor:
Tú naciste un día en un pesebre, pero también un día naciste en mi corazón. Por eso cada día y cada cosa que pasa tiene sentido para mí, porque aunque a veces no logro entender tanto amor que no merecía, puede mi alma comprender lo mucho que te necesitaba.
Tú eres mi mayor regalo, mi mejor bendición. Y día a día, aún en medio de las dificultades que pueda tener, intento ser un regalo para ti. Una ofrenda de olor grato que recibas con agrado. Un obsequio que te sorprenda y te complazca. Aún cuando mi vasija en ocasiones se agrieta y mi alma fatigada, cansada y cargada, gime desesperada por tu presencia. Aún cuando mi vida hambrienta de tus palabras se turba por instantes, ¡YO TE AMO TANTO!
Mientras otros buscan otros caminos, diferentes cosas, mi velero en medio de la mar se dirige hacia tu puerto. Tú eres la ola que me inunda, que me acaricia con su perfecta gracia, que me envuelve en tu sublime amor. Por eso es que en medio del silencio mis pensamientos se elevan a ti y en medio del bullicio busco refugiarme en tu grandiosa paz. Tú eres el lucero que me cautiva. Quiero por siempre sumergirme en las profundidades de tu corazón. Quiero por siempre vivir llena de ti. Transpirar tu aire, recibir tus palabras. Tú lo llenas todo, cada espacio y célula de mi ser te añoran. Haz que yo pueda por siempre vivir apegada a tu voluntad y rodeada de tu presencia. Quiero ser el motivo por el que siempre sonrías. Amén.
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lunes, 1 de marzo de 2010
CON EL CORAZÓN A PUNTO DE EXPLOTAR 2
Con el Corazón a Punto de Explotar (Segunda Parte)
En la primera parte de este tema, les comenté acerca de la posición que debemos asumir como hijos de Dios. Les hablé de la importancia de asumir nuestro rol y así como Eliú hablar palabras con sabiduría y unción de Dios a aquellos que se encuentran atravesando pruebas, dificultades y grandes depresiones. De cómo no podemos callarnos cuando esa pasión y fuego de Dios arde en nuestras vidas y pronunciamos palabras de vida, luz y que cambian no solo en panorama en el mundo espiritual sino también en el físico a través de aquello que confesamos con la autoridad que Dios nos ha dado.
Hoy quiero hablarles a todas esas personas que por alguna razón han dejado su lugar o su posición en el reino de Dios. A aquellas personas que se sienten abrumadas por el peso de las responsabilidades o afanes de esta vida. Que sienten un dolor y una carga tan pesada en su pecho, que le han pedido a Dios que intervenga, porque si no, no podrán dar un paso más hacia delante.
Es probable que tú perdida haya sido grande y te sientas flaquear. Es posible también que tu fe esté siendo expuesta a temperaturas de fuego y calor muy altas. Más no desmayes, no dejes que tu corazón sea contaminado por la desesperanza. Porque aunque podemos sentirnos “atribulados en todo, mas no angustiados, en apuros, mas no desesperados; derivados, pero no destruidos” (2 Corintios 4:8 y 9). Porque aún en medio de la batalla vamos adquiriendo la excelencia del poder de Dios aún cuando muchas veces no nos percatamos. Porque como dice Pablo, Dios se glorifica en medio de nuestras debilidades.
Todo pudo Satanás tocar, intentar, quitar y tratar de hacer para que Job tambaleara y cayera en los profundos abismos de la depresión. Porque cuando estás en depresión, estás en un estado de confusión que no te permite ver claramente la mano de Dios que está cerca de ti para ayudarte a levantar y a salir del lugar en el que te encuentras. El enemigo pudo robar, quitar seres queridos, provocar enfermedad en la vida de Job y aún muchas cosas más, pero lo que no pudo fue tocar su alma que estaba protegida por Dios. Porque pese a todo lo que estaba viviendo y experimentando, siguió siendo fiel y creyendo que su Redentor vivía y que aunque se sintiera en el hoyo o abismo más profundo, ese Redentor lo levantaría aún del polvo.
Porque hay convicciones en nuestras vidas que aún en medio de los más duros embates y tormentas de nuestras vidas nos mantienen aferrados al amor y la esperanza en Dios. Quizás en medio de esta prueba que estás enfrentando, en medio de ese túnel completamente oscuro, te han abandonado o juzgado hasta las personas y los seres que menos imaginabas. Tal vez queriendo encontrar consuelo y en medio del suelo en vez de ayudarte a levantar, te han echado más tierra, se han burlado y están observando a ver si te quedarás en el suelo o te levantarás.
Pero aunque tú sientas tu corazón adolorido, casi sin vida, sin movimiento, en un estado inerte, no te detengas. Aunque creas que vas a morir de un infarto y que ya no aguantas más noticias malas, Dios está contigo para ganar esta batalla. El enemigo te ha declarado la guerra, ha intentado robar aquello que te pertenece y tiene tu nombre, pero hoy tú te levantas y no se los vas a permitir. Aún sintiendo tu corazón hecho pedazos, la victoria puede ser tuya. No te quedes con los brazos cruzados, no dejes de hacer lo que Dios te ha encomendado a hacer, porque si eres fiel, tú vas a ver la provisión y la bendición de Dios sobre tu vida cual nunca antes. Y así como Job serás recompensado de una manera que no habías imaginado, porque la bendición que esta para ti no hay poder humano ni del infierno que pueda arrebatártelo.
No dejes tu lugar porque vas a ver Su gloria cual nunca antes en tu vida.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdodelsilencio.blogspot.com/
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