DIOS DICE: “TE INVITO A MI CASA”
Te ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar donde posemos? (Génesis 24:23)
Hoy quiero aplicar este versículo, esta pregunta para recordarte que si andas buscando un lugar donde refugiarte porque has probado todo y todo te ha fallado, puedes posar en la casa de tu Padre Celestial. Ahí hay un lugar maravilloso donde puedes encontrar el refrigerio que necesita tu alma. Puedes encontrar descanso para tu corazón afligido y angustiado.
Hoy el Señor dice que ha preparado todo para que seas su invitado especial, su huésped de honor. Él desea que le conozcas más íntimamente. No por lo que digan los demás, sino porque él quiere hacerse real en tu vida. Porque aunque las experiencias de otros son especiales y nos gusta leerlas o escucharlas, Dios desea darte una experiencia nueva y personal a ti. Él desea que puedas comprender de una manera más certera y profunda cuán grande es el amor que él tiene para contigo. Para que así puedas exclamar como un día exclamo Job: “de oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven”.
El salmista, en una ocasión expresó: “Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo Jehová me recogerá”. En este mundo acelerado en que nos encontramos, hay muchas personas que en este momento se sienten desorientados e indefensos. Le han dado la espalda sus seres queridos, sus amigos y familiares. Tal vez se han quedado sin nada, pero cuando todo falta, queda Cristo. Y si queda Cristo, queda lo más importante. Porque él es quien te va a dar la fuerza para seguir adelante, para que te levantes del piso y puedas luchar por lograr aquello que deseas.
Puede que te sientas indigno de acercarte a su presencia. Tal vez, reconozcas que te alejaste tanto, que aunque quieres regresar a él, sientes que no puedes porque el pecado te avergüenza. Sin embargo, Dios te ofrece una nueva oportunidad. Él quiere susurrarte al oído: “bienvenido a tu hogar”. ¿Puedes imaginarte sus brazos amorosos confortándote? El quiere sepultar ese pasado triste que no te ha dejado vivir el presente y mirar hacia tu futuro. Hoy la respuesta que te ofrece es sencilla, pero muy precisa, afirmativa y acertada para ti. Él dice: “Sí querido hijo e hija, hoy te ofrezco un lugar en mi casa para que puedas posar. ¿Quieres pasar? Si es así, ¿Qué estás esperando? Pasa y disfruta de lo que tengo para ti. Ven, te invito a mi casa”.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
www.devocionaldiario.com
www.destellodesugloria.org
Te ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar donde posemos? (Génesis 24:23)
Hoy quiero aplicar este versículo, esta pregunta para recordarte que si andas buscando un lugar donde refugiarte porque has probado todo y todo te ha fallado, puedes posar en la casa de tu Padre Celestial. Ahí hay un lugar maravilloso donde puedes encontrar el refrigerio que necesita tu alma. Puedes encontrar descanso para tu corazón afligido y angustiado.
Hoy el Señor dice que ha preparado todo para que seas su invitado especial, su huésped de honor. Él desea que le conozcas más íntimamente. No por lo que digan los demás, sino porque él quiere hacerse real en tu vida. Porque aunque las experiencias de otros son especiales y nos gusta leerlas o escucharlas, Dios desea darte una experiencia nueva y personal a ti. Él desea que puedas comprender de una manera más certera y profunda cuán grande es el amor que él tiene para contigo. Para que así puedas exclamar como un día exclamo Job: “de oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven”.
El salmista, en una ocasión expresó: “Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo Jehová me recogerá”. En este mundo acelerado en que nos encontramos, hay muchas personas que en este momento se sienten desorientados e indefensos. Le han dado la espalda sus seres queridos, sus amigos y familiares. Tal vez se han quedado sin nada, pero cuando todo falta, queda Cristo. Y si queda Cristo, queda lo más importante. Porque él es quien te va a dar la fuerza para seguir adelante, para que te levantes del piso y puedas luchar por lograr aquello que deseas.
Puede que te sientas indigno de acercarte a su presencia. Tal vez, reconozcas que te alejaste tanto, que aunque quieres regresar a él, sientes que no puedes porque el pecado te avergüenza. Sin embargo, Dios te ofrece una nueva oportunidad. Él quiere susurrarte al oído: “bienvenido a tu hogar”. ¿Puedes imaginarte sus brazos amorosos confortándote? El quiere sepultar ese pasado triste que no te ha dejado vivir el presente y mirar hacia tu futuro. Hoy la respuesta que te ofrece es sencilla, pero muy precisa, afirmativa y acertada para ti. Él dice: “Sí querido hijo e hija, hoy te ofrezco un lugar en mi casa para que puedas posar. ¿Quieres pasar? Si es así, ¿Qué estás esperando? Pasa y disfruta de lo que tengo para ti. Ven, te invito a mi casa”.
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