borraría. La llama seguía ardiendo dentro de su corazón. Ahora utilizaría cada episodio vivido con él como fuente de inspiración para seguir adelante. Layla utilizaría su dolor como puente para atravesar las aguas profundas del dolor hasta que cruzara y llegará a la orilla. Una vez en la orilla sabría que todavía le faltaba mucho por vivir y que no se rendiría en su lucha por alcanzar ser justamente aquello que ella quería ser.
Autora: Brendaliz Avilés
Corazones extremos, corazones que laten apasionadamente,
que luchan por entregarse y no rendirse.
Corazones cautivados por buscar la presencia de Dios,
que tienen cada día más hambre y sed por querer hacer la voluntad de Dios.
Corazones que no ponen límites y dan todo por amor a la obra de su Creador.
Corazones sinceros que aunque imperfectos, combaten cada día por ser mejores.
Corazones llenos de integridad y talento que diariamente hacen la diferencia.
By: Brendaliz Avilés
que luchan por entregarse y no rendirse.
Corazones cautivados por buscar la presencia de Dios,
que tienen cada día más hambre y sed por querer hacer la voluntad de Dios.
Corazones que no ponen límites y dan todo por amor a la obra de su Creador.
Corazones sinceros que aunque imperfectos, combaten cada día por ser mejores.
Corazones llenos de integridad y talento que diariamente hacen la diferencia.
By: Brendaliz Avilés
Caricia lo seguía intentando, no importa cuántas veces cayera al suelo, se levantaba y volvía a continuar. Es que ella amaba lo que hacía, le ponía pasión, dedicación y entrega. Nada ni nadie harían que ella perdiera su sueño. Si era necesario moriría en el intento, pero no le dejaría el camino fácil al fracaso. No se resignaría fácilmente aunque le dolieran sus huesos y también su alma. Ahora
se encontraba cerca del suelo, pero algún día no muy lejano, ella estaría en la cima. Desde ahí observaría todo el panorama de forma diferente. Desde allí extendería sus alas y volaría hacia nuevos horizontes. Es que cuando se ama lo que se hace, aunque lleguen pensamientos de querer rendirse, sencillamente no se puede. Porque hay un motor que impulsa al interior para que uno no desista de sus objetivos. Caricia lo sabía claramente que tras muchos intentos fallidos, se iba haciendo fuerte y perfeccionando su técnica. Había muchas cosas por conquistar, se levantó del suelo aún adolorida por la caída. Secó sus lágrimas con su mano derecha y esa noche se fue a descansar. Respiro profundo, estaba tan cansada que inmediatamente se quedó dormida. Y tras quedarse dormida comenzó a soñar que lo que parecía imposible se haría posible con esfuerzo, entrega y tenacidad.
(By: Brendaliz Avilés)
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