¡Soy una arrebatadora de Sueños!
La palabra arrebatar puede tener varios
significados. El diccionario define la
palabra arrebatar como: “quitar y tomar algo con violencia”. Pero también define arrebatar como: “Conmover poderosamente, excitando
alguna pasión o afecto. Atraer o llevar consigo con fuerza irresistible Conmover enormemente”. Conmover a su vez es provocar que una persona
se emocione hasta el punto de despertarle deseos de llorar, impresionar o
causar conmoción en alguien.
Pero, ¿te has puesto a
pensar que tus sueños pueden ser capaces de conmocionar a las personas que te
rodean? ¿Qué influyen en tus familiares,
seres queridos, conocidos y en aquellos que te rodean? Que con ellos puedes tener el poder de
conmover, emocionar y causar un impactó que mueva a otras a querer ser
soñadoras también.
Tus sueños pueden desatar
una cadena de bendiciones a otras vidas.
Pueden darte fuerzas no solo a ti, sino que también a la vida de otras
personas. Pero más importante que eso es
que cada sueño que arrebatas conmueve el corazón de Dios quien fue el que te
los dio. Él te dio cada sueño porque
sabía que en ti existía el potencial de poder hacerlos realidad.
¿Tienes alguna idea del
orgullo o de las sonrisas que le provocas a Dios cada vez que concretas uno de
esos sueños? Como tu Padre que te
observa da saltos de alegría cuando no te rindes y eres perseverante en
alcanzar tu propia estrella. Cómo cada
vez que realizas una meta que él colocó en tu corazón en el reino espiritual se
desata algo que conmueve y estremece los cielos y la tierra porque eres una
hija del Gran Yo Soy.
Es que tienes que
apropiarte de una vez y por todas de esos sueños que tienen tu nombre. De esos que solo te toca realizar a ti porque
fuiste tú quien los soñó. Es que tienes
que revolucionarte a ti misma creyendo que si la presencia de Dios va contigo
donde quiera que camines, él será fiel en respaldarte y apoyarte.
No digo que el camino
será fácil, tú bien sabes que esto envuelve sacrificios. Pero cuando piensas en cómo puedes conmover
hasta el cielo con tan solo ser fiel y obediente, sabes que merece la pena, porque
después del llanto viene la alegría. Porque
después de la siembra, viene la cosecha.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
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