El paraíso aterrizando en tu puerto
De repente uno tiene muchas ideas en la mente
de las cosas que parecen “ideales” y “perfectas” para su vida. Uno construye
castillos fantasiosos en los que cree que esto, aquello o lo otro “encajarían
perfectamente” muy bien con el mundo que mentalmente construye en su cabeza.
Pero la vida siempre se encarga de
sorprendernos y de darnos grandes lecciones.
Respecto al amor podría decir que a veces a tu vida llega la persona que
menos imaginas, de la forma jamás pensada, pero que más necesitas en el momento
en que tu corazón pide a gritos que lo abracen y lo hagan sentir amado. Es entonces cuando nuestro corazón es
confrontado con las emociones que sentimos.
Es entonces cuando nos toca aceptar que el amor tocó a nuestra puerta no
de la manera imaginada o tradicional que esperábamos, sino de forma
sorprendente. Que lo que estamos
experimentando no es algo pasajero, sino algo duradero.
Entonces debes aceptar que ser
invadido, sacudido y arropado por la persona que te hace sentir de esa forma
tan especial y diferente es una de las mejores cosas que te han sucedido en la
vida. Luego descubres que vivir la vida
sin conocer tal sentimiento indescriptible y sin tomar la decisión y responsabilidad
de lo que implica amar y ser amado, no era vida. Era existir y respirar, el corazón latía por
inercia, pero no percibías ni vivías la vida de la manera en que ahora la
puedes absorber y visualizar.
Porque ahora los colores tienen más
brillo y el olor de la fragancia de la vida es más exquisito. Ahora te fijas en detalles que antes no
solían tener la más mínima importancia para ti.
Ahora le das importancia a lo que realmente es más valioso e
importante. Porque poder contar con una
persona que complemente tu vida es una de las bendiciones más grandes. Porque sentir que alguien sujeta tus manos en
tiempos buenos y malos hace que el corazón arda.
Quizás antes andabas por la vida,
haciendo todo lo que tenías que hacer de manera rutinaria, pero ahora alguien
se convirtió en la estrella que ilumina tu cielo y aún cuando muchas veces
duela amar es un privilegio.
¡No señores, el amor para nada es
tradicional! Siempre encuentra maneras
de sorprendernos, de hacernos un eco que retumbe y penetre hasta el alma. El amor nos invita a surcar el firmamento de
la aventura, a lanzarnos de un precipicio con el corazón en la mano y sin
paracaídas. Y cuando logras verte en los
ojos de ese ser amado, sientes que el paraíso ha aterrizado en tu puerto.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito para: www.brendalizaviles.com
Escrito el 23 de octubre de 2014.
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