A ti que has estado atravesando el
desierto...
Mis gotas de amor están cayendo para
inundar tu corazón y llenarlo de
aliento.
Porque cuando has pensado que ya
no
tendrás fuerzas para continuar y que no
podrás más... Yo soy el Dios que te
escucha
y te infunde nuevos alientos. Mis rayos
de
amor quieren traspasar hasta tu alma
para darte calor porque has sentido
mucho
frío. Mas yo deseo que tú recuerdes que
mi
abrigo siempre te ha cubierto aun cuando
la noche ha sido larga y fría. Yo te he
cuidado y guardado, de muchos peligros
te
he protegido y librado. ¡Ánimo!
Recuerda
mis promesas que son reales.
No existe nada que no conozca de ti. Sé
todo, tus preocupaciones, lo que callas
y lo
que me pides constantemente. Las
respuestas
llegarán a su tiempo, porque en mi
tiempo
todo es perfecto. Porque yo no soy
injusto para
olvidarte. Porque mi amor por ti es
infinito
y mi misericordia no se aparta de ti.
Tus hojas
no se secarán, yo te haré florecer en mi
jardín.
By: Brendaliz Avilés
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