PAZ...
Cuánto te
anhelo en estos momentos
tormentosos
en los que la mar embravecida de
circunstancias,
amenaza con no quererme
abandonar.
Cuando la montaña de problemas
parece
enloquecerme y solo quisiera llorar y
llorar...
Dios yo necesito
de esa paz que me hace
descansar aun
en medio del huracán más
temible.
¡Refréscame en las cascadas de tu
presencia, oh
Dios, porque tú me
infundes nuevos
alientos!
Dios...
Solo tú eres
quien hace la diferencia en mi vida
con tus
matices de amor. Solo tú con tu pincel
divino puedes
hacerme sonreír con tus
cosquillas de
gozo. Envuélveme en las alas de
tu amor y
ayúdame a ser fuerte y resistir
mientras la
tormenta pasa.
By: Brendaliz
Avilés
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