sábado, 25 de febrero de 2017





PAZ...

Cuánto te anhelo en estos momentos
tormentosos en los que la mar embravecida de
circunstancias, amenaza con no quererme 
abandonar. Cuando la montaña de problemas
parece enloquecerme y solo quisiera llorar y
llorar...
Dios yo necesito de esa paz que me hace 
descansar aun en medio del huracán más
temible. ¡Refréscame en las cascadas de tu 
presencia, oh Dios, porque tú me 
infundes nuevos alientos!  
Dios...
Solo tú eres quien hace la diferencia en mi vida
con tus matices de amor.  Solo tú con tu pincel
divino puedes hacerme sonreír con tus 
cosquillas de gozo. Envuélveme en las alas de 
tu amor y ayúdame a ser fuerte y resistir
mientras la tormenta pasa.
By: Brendaliz Avilés

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