lunes, 24 de julio de 2017

Él conoce...



Él conoce tus suspiros y tus pensamientos no le son ocultos. Examina tu corazón, lo escudriña minuciosamente con ternura. Él sabe bien de tus luchas y frustraciones. Del cansancio que en ocasiones sientes. Cuando el desaliento llega, su gracia se eleva y te sostiene para que puedas continuar. Él sabe de tus fallos, de aquellas cosas que te duelen. ¡Quién mejor que Dios para comprender tus sentimientos! Tu silencio es interpretado por el corazón de Dios. Cuando la senda que atraviesas es estrecha. Cuando la montaña a subir es alta y parece inalcanzable. Cuando el desierto es árido y sientes que careces de fuerzas y motivación para atravesarlo. Cuando la sed que tienes clama por ser mitigada y parece que las fuentes y los manantiales se secaron... Ansioso te preguntas de dónde podrá botar el agua. Dios es el manantial de agua viva que se hace presente para saciar tu sed. Cuando todos desaparecen o parecen ausentarse, Dios sigue al cuidado y al pendiente de ti para que entiendas que no estás solo. Tus necesidades son cubiertas por Jehová Jireh. Tu proveedor satisface aquello que necesites. Tu sanador camina contigo cuando el valle parece tenebroso, angustioso y de muerte. Él te vivifica, renueva y restaura. Cuando la tormenta es fuerte y braman los mares Dios sigue siendo tu perfecta paz. Y esa paz te sostiene al tener la certeza y confianza de saber que estás a salvo y en las mejores manos. 
Autora: Brendaliz Avilés

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