“Aparta de mí
el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley”. (Salmos 119:27)
La mentira es
como un laberinto al que puedes entrar con facilidad, pero del que luego
difícilmente puedes salir. Porque para
sostener una mentira hay que inventar muchas más. ¡Qué triste la vida de aquellos que andan
hundidos en el abismo de la falsedad!
Ese pozo oscuro y solitario que solo provoca ansiedad y que no te
permite tener la paz y la libertad ansiadas por tu corazón. Pero la ley de Jehová, es decir su palabra
nos muestra la verdad clara, limpia y transparente. La palabra de Dios trae una verdad y una
sabiduría que nos libera de todo yugo, mentira y opresión. Su verdad nos ilumina y nos lleva a una luz
donde todo puede ser visto y reflejado con la claridad que Dios nos ofrece. La verdad permite que nuestras conciencias
estén tranquilas, que podamos dormir en paz, que podamos permanecer serenos
ante los problemas que la vida nos presenta.
La verdad de Dios traspasa y renueva nuestros corazones. Seamos personas
veraces, vivamos apartados de la mentira y de la hipocresía.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
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