¡Dios les Bendiga!
A todas esas bellas personas que me siguen a través de este blog quiero enviarle mis felicitaciones. También quiero excusarme por no haber escrito mucho durante estos días. He estado ocupada organizando actividades de la Iglesia.
Este fin de semana me di una caída tremenda y me siento adolorida. Aunque en la caída me lastimé completa, mi tobillo izquierdo y mi muñeca izquierda fueron los más perjudicados. Estoy mejor gracias a mi Dios, pero no del todo bien. Es por eso que les notifico que estaré unos días ausentes. Les pido que me presenten en sus oraciones porque todos ustedes están en las mías.
En cuanto me sienta mejor seguiré escribiendo y contestando emails a los que me han escrito.
Con todo mi cariño,
Brendaliz Avilés
¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!
¡Bienvenidos! Este lugar ha sido diseñado con el propósito de bendecir, dar una palabra que estimule, restaure y aliente tu corazón. Que encuentres un mensaje de ánimo o una palabra de amor para compartir con otros. ¡Dios los Bendiga! Pido al Señor que de alguna manera toque tu corazón a través de esta página.
lunes, 21 de diciembre de 2009
martes, 15 de diciembre de 2009
Oración Confesando Mi Dependencia de Dios
ORACIÓN CONFESANDO MI DEPENDENCIA DE DIOS
Querido Señor:
Debo confesar, aunque sé que tú lo sabes muy bien que a veces he querido abandonar, dejarlo todo, salir corriendo y no pensar en nada.
Sin embargo cuando me detengo a meditar y dejando a un lado ese impulso absurdo de precipitarme a tomar decisiones que pueden repercutir en mi vida de manera negativa, llego siempre a la misma conclusión. ¡No sé vivir sin ti! Porque tú estás adherido a mí mucho más que mi respiración, que mis células y que cada parte de mi cuerpo.
No logro imaginar ni cinco minutos lejos de ti, sin tu presencia en mi vida. Tú lo eres todo para mí, tú llenas todo y completas mi ser. Creo que mi existir no valdría la pena si tú no estuvieras aquí, junto a mí. Sería esa ave aprisionada que enjaulada clama por su libertad o ese siervo sediento que brama con desesperación para que tu sacies la sed que mi corazón puede llegar a sentir.
Porque siempre ando planeando qué hacer con los talentos que has depositado en mis manos. Porque mi estilo de vida solo te conoce a ti y más que por costumbre, sé y estoy convencida que si tú no fueras esa parte tan esencial, que si mi alma no te hubiera conocido, yo andaría triste y errabunda por ahí. Sin ton ni son, a la deriva, porque todo lo bueno que hay en mi vida es porque proviene de ti.
Sea cual fuere la situación hay algo que tengo por cierto, es mi convicción, por tanto estoy segura de que tú me vivificarás y me sostendrás. Me llevarás más lejos de lo que puedo imaginar, me mostrarás las grandezas en la morada secreta de mi comunión e intimidad contigo. No debo temer porque tú estás cerca de mí, vas caminando paso a paso conmigo. Tu gracia por siempre me ha sostenido.
Señor, es que no hay nada fuera de ti. El mundo pierde sentido y color, las flores su gracia y elegancia, el sol y la luna dejarían de engalanar el firmamento, porque si puedo apreciar tanta belleza, es porque lo más bello que tengo en este mundo se puede resumir mencionando tu nombre. Tú eres superior a todo. En ti aferro mi fe y confianza porque si hay alguien que no falla, ese precisamente lo eres tú. Solo quiero pedirte desde lo más profundo de mi alma, que nunca tu espíritu se aparte de mí. Yo vivo ligada no por imposición si no por voluntad a ese amor que solo tú sabes dar. Mi ser en ti tiene contentamiento, eres descanso y mi paz.
Y desde el rincón más hondo y oculto de mi vida, quiero pregonar una vez más que tú eres el dueño de todo mi corazón y la verdad más real y transparente que en mí pueda haber. Yo tengo necesidad tan solo de ti. Tus palabras me reconfortan, se hacen real en cada respiración y latido de mi corazón. ¡Oh mi Dios en ti me refugio y estoy segura! Por el amor que declaras a esta tu sierva nunca jamás me desampares.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org
Querido Señor:
Debo confesar, aunque sé que tú lo sabes muy bien que a veces he querido abandonar, dejarlo todo, salir corriendo y no pensar en nada.
Sin embargo cuando me detengo a meditar y dejando a un lado ese impulso absurdo de precipitarme a tomar decisiones que pueden repercutir en mi vida de manera negativa, llego siempre a la misma conclusión. ¡No sé vivir sin ti! Porque tú estás adherido a mí mucho más que mi respiración, que mis células y que cada parte de mi cuerpo.
No logro imaginar ni cinco minutos lejos de ti, sin tu presencia en mi vida. Tú lo eres todo para mí, tú llenas todo y completas mi ser. Creo que mi existir no valdría la pena si tú no estuvieras aquí, junto a mí. Sería esa ave aprisionada que enjaulada clama por su libertad o ese siervo sediento que brama con desesperación para que tu sacies la sed que mi corazón puede llegar a sentir.
Porque siempre ando planeando qué hacer con los talentos que has depositado en mis manos. Porque mi estilo de vida solo te conoce a ti y más que por costumbre, sé y estoy convencida que si tú no fueras esa parte tan esencial, que si mi alma no te hubiera conocido, yo andaría triste y errabunda por ahí. Sin ton ni son, a la deriva, porque todo lo bueno que hay en mi vida es porque proviene de ti.
Sea cual fuere la situación hay algo que tengo por cierto, es mi convicción, por tanto estoy segura de que tú me vivificarás y me sostendrás. Me llevarás más lejos de lo que puedo imaginar, me mostrarás las grandezas en la morada secreta de mi comunión e intimidad contigo. No debo temer porque tú estás cerca de mí, vas caminando paso a paso conmigo. Tu gracia por siempre me ha sostenido.
Señor, es que no hay nada fuera de ti. El mundo pierde sentido y color, las flores su gracia y elegancia, el sol y la luna dejarían de engalanar el firmamento, porque si puedo apreciar tanta belleza, es porque lo más bello que tengo en este mundo se puede resumir mencionando tu nombre. Tú eres superior a todo. En ti aferro mi fe y confianza porque si hay alguien que no falla, ese precisamente lo eres tú. Solo quiero pedirte desde lo más profundo de mi alma, que nunca tu espíritu se aparte de mí. Yo vivo ligada no por imposición si no por voluntad a ese amor que solo tú sabes dar. Mi ser en ti tiene contentamiento, eres descanso y mi paz.
Y desde el rincón más hondo y oculto de mi vida, quiero pregonar una vez más que tú eres el dueño de todo mi corazón y la verdad más real y transparente que en mí pueda haber. Yo tengo necesidad tan solo de ti. Tus palabras me reconfortan, se hacen real en cada respiración y latido de mi corazón. ¡Oh mi Dios en ti me refugio y estoy segura! Por el amor que declaras a esta tu sierva nunca jamás me desampares.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org
lunes, 14 de diciembre de 2009
ESTA HISTORIA ME GUSTA MUCHO
Apariencias
Moses Mendelssohn, abuelo del conocido compositor alemán, distaba de ser guapo. Además de una estatura algo baja, tenia una grotesca joroba.
Un día visitó a un mercader de Hamburgo que tenía una hermosa hija llamada Frumtje. Moses se enamoró perdidamente de ella, pero a ella le repelía su apariencia deforme. Cuando llegó el momento de despedirse, Moses hizo acopio de su valor y subió las escaleras hasta donde estaba el cuarto de aquella hermosa joven, para tener la última oportunidad de hablar con ella. Era tan hermosa, pero a Moses le entristecía profundamente su negativa a mirarlo.. Después de varios intentos de conversar con ella, le preguntó tímidamente:
-¿Crees que los matrimonios se crean en el cielo? - Si- respondió ella, todavía mirando al suelo - Y tú ?... - Si, lo creo - contestó -. Verás. En el cielo, cada vez que un niño nace, el Señor anuncia con qué niña se va a casar. Cuando yo nací, me fue señalada mi futura esposa. Entonces el Señor añadió: "Pero tu esposa será jorobada". Justo en ese momento exclamé: "Oh, Señor, una mujer jorobada sería una tragedia, dame a mi la joroba y permite que ella sea hermosa"..
Entonces Frumtje levantó la mirada para contemplar los ojos de Moses y un hondo recuerdo la conmovió. Alargó su mano y se la dió a Moses, tiempo después, ella se convirtió en su esposa.
Qué prejuicios tenemos ante quienes no son como nosotros, ante los desvalidos, los discapacitados, los que no opinan como nosotros, los que no viven de acuerdo a nuestras costumbres, los pobres, los inmigrantes, los otros...
Así que, disfrutemos, compartamos, integremos. Sumemos en vez de restar. Nosotros también somos los "diferentes" para las otras personas. Vamos...hagamos un lugarcito, que en el banquete de la vida hay lugar para todos...
Autor Desconocido
Moses Mendelssohn, abuelo del conocido compositor alemán, distaba de ser guapo. Además de una estatura algo baja, tenia una grotesca joroba.
Un día visitó a un mercader de Hamburgo que tenía una hermosa hija llamada Frumtje. Moses se enamoró perdidamente de ella, pero a ella le repelía su apariencia deforme. Cuando llegó el momento de despedirse, Moses hizo acopio de su valor y subió las escaleras hasta donde estaba el cuarto de aquella hermosa joven, para tener la última oportunidad de hablar con ella. Era tan hermosa, pero a Moses le entristecía profundamente su negativa a mirarlo.. Después de varios intentos de conversar con ella, le preguntó tímidamente:
-¿Crees que los matrimonios se crean en el cielo? - Si- respondió ella, todavía mirando al suelo - Y tú ?... - Si, lo creo - contestó -. Verás. En el cielo, cada vez que un niño nace, el Señor anuncia con qué niña se va a casar. Cuando yo nací, me fue señalada mi futura esposa. Entonces el Señor añadió: "Pero tu esposa será jorobada". Justo en ese momento exclamé: "Oh, Señor, una mujer jorobada sería una tragedia, dame a mi la joroba y permite que ella sea hermosa"..
Entonces Frumtje levantó la mirada para contemplar los ojos de Moses y un hondo recuerdo la conmovió. Alargó su mano y se la dió a Moses, tiempo después, ella se convirtió en su esposa.
Qué prejuicios tenemos ante quienes no son como nosotros, ante los desvalidos, los discapacitados, los que no opinan como nosotros, los que no viven de acuerdo a nuestras costumbres, los pobres, los inmigrantes, los otros...
Así que, disfrutemos, compartamos, integremos. Sumemos en vez de restar. Nosotros también somos los "diferentes" para las otras personas. Vamos...hagamos un lugarcito, que en el banquete de la vida hay lugar para todos...
Autor Desconocido
jueves, 10 de diciembre de 2009
La Fusión que Hace el Complemento
LA FUSIÓN QUE HACE EL COMPLEMENTO
Muchas veces pensamos que todo sería mejor para nosotros sino existieran los problemas, ni las dificultades en la vida. Si siempre pudiéramos sonreír, si la tristeza y el dolor no estuvieran en el vocabulario de nuestro lenguaje.
Nos sentimos infelices porque invertimos mucho tiempo y energías pensando y añorando aquello que consideramos que carecemos. Sin embargo aún de las cosas que sentimos y percibimos como negativas, podemos aprender, crecer, reinventarnos y salir hacia adelante.
Porque cada paso que caminamos nos puede acercar o alejar de la meta dependiendo de lo que escojamos; o de las buenas o malas decisiones que tomemos.
No se puede vivir la vida tan solo analizándola y pensándola, si no que hay que vivirla actuando. Construyendo presentes que traigan un buen mañana y que despierten los deseos de enfrentar los retos que trae cada nuevo día.
Las cosas no nos pueden cambiar, más bien nosotros debemos cambiar a las cosas que intentan detenernos en nuestra avanzada o que quieren entristecernos para que desistamos de luchar en la realización y el cumplimiento de nuestras aspiraciones más profundas.
Y así como es necesaria la puesta de sol, la culminación de la tarde que da inicio a la noche; así como necesitamos de la lluvia y la neblina… De esa misma forma se entremezclan la risa y el lloro; la angustia y la esperanza; el calor y el frío. La primavera y el otoño, el verano y el invierno. Las cosas buenas y las malas también.
Y al complementarse las nostalgias y las alegrías; el lamento y la dicha, lo hermoso y lo feo; se va integrando nuestra existencia de fortalezas y aprendizaje aunque a veces ni lo notemos. Porque aún en la más cruel tormenta llega un momento en que se desata la calma. Porque a través del fuego de las aflicciones que muchas veces tenemos que enfrentar probamos nuestra resistencia.
Porque quizás si no existieran aquellas cosas que identificamos o vemos como obstáculos y pruebas, tal vez, no podríamos apreciar la gloria y la belleza de los momentos bellos, de las sonrisas y de los recuerdos eternos. Posiblemente no sabríamos diferenciar la diferencia entre estar en el suelo o subir a la cumbre de la montaña y gritar desde lo alto, ¡lo logré, yo pude!
Autora: Brendaliz Avilés
Muchas veces pensamos que todo sería mejor para nosotros sino existieran los problemas, ni las dificultades en la vida. Si siempre pudiéramos sonreír, si la tristeza y el dolor no estuvieran en el vocabulario de nuestro lenguaje.
Nos sentimos infelices porque invertimos mucho tiempo y energías pensando y añorando aquello que consideramos que carecemos. Sin embargo aún de las cosas que sentimos y percibimos como negativas, podemos aprender, crecer, reinventarnos y salir hacia adelante.
Porque cada paso que caminamos nos puede acercar o alejar de la meta dependiendo de lo que escojamos; o de las buenas o malas decisiones que tomemos.
No se puede vivir la vida tan solo analizándola y pensándola, si no que hay que vivirla actuando. Construyendo presentes que traigan un buen mañana y que despierten los deseos de enfrentar los retos que trae cada nuevo día.
Las cosas no nos pueden cambiar, más bien nosotros debemos cambiar a las cosas que intentan detenernos en nuestra avanzada o que quieren entristecernos para que desistamos de luchar en la realización y el cumplimiento de nuestras aspiraciones más profundas.
Y así como es necesaria la puesta de sol, la culminación de la tarde que da inicio a la noche; así como necesitamos de la lluvia y la neblina… De esa misma forma se entremezclan la risa y el lloro; la angustia y la esperanza; el calor y el frío. La primavera y el otoño, el verano y el invierno. Las cosas buenas y las malas también.
Y al complementarse las nostalgias y las alegrías; el lamento y la dicha, lo hermoso y lo feo; se va integrando nuestra existencia de fortalezas y aprendizaje aunque a veces ni lo notemos. Porque aún en la más cruel tormenta llega un momento en que se desata la calma. Porque a través del fuego de las aflicciones que muchas veces tenemos que enfrentar probamos nuestra resistencia.
Porque quizás si no existieran aquellas cosas que identificamos o vemos como obstáculos y pruebas, tal vez, no podríamos apreciar la gloria y la belleza de los momentos bellos, de las sonrisas y de los recuerdos eternos. Posiblemente no sabríamos diferenciar la diferencia entre estar en el suelo o subir a la cumbre de la montaña y gritar desde lo alto, ¡lo logré, yo pude!
Autora: Brendaliz Avilés
miércoles, 9 de diciembre de 2009
"EN ESTA CASA SE RESPETA A DIOS"
“EN ESTÁ CASA SE RESPETA A DIOS”
“Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste”. (Salmos 86:17)
Es tan triste cuando alguien que ha conocido a Dios se aparta de sus caminos. Es como si una tiniebla hubiera cubierto su vida y como si su visión se hubiera perdido. Comienzan las excusas y las posibles explicaciones que justifiquen tal decisión. Pero realmente solo se engañan a sí mismo, porque Dios es quien conoce los corazones y escudriña los pensamientos.
“En esta casa se respeta a Dios” –dicen, pero hablan groseramente y en su vocabulario predominan las palabras soeces. “En esta casa se respeta a Dios”, pero hay discordias, odios, rencillas, habladurías, hipocresías, mentiras. “Dios sabe que lo amo” -exclaman, y sin embargo no le quieren obedecer, viven haciendo su voluntad y no agradan a Dios con sus hechos. Aman a Dios de la boca para afuera, pero en sus acciones muestran que su corazón está lejos de Dios.
¡Y cuánto me duele! Me causa una tristeza profunda ver como Dios quiere rescatarlos, usarlos, darles sentido, propósito a su vida y lo ignoran. Andan tan concentrados en lo que pasa alrededor de ellos, buscan culpables de las cosas que les pasan, pero se les ha olvidado mirar adentro de su interior y escudriñar sus pensamientos y corazones. Porque a veces vemos a los demás como el posible problema, pero no nos percatamos que el problema pudiéramos ser nosotros mismos. Que las faltas que vemos muchas veces en los demás, son las faltas que tenemos nosotros y las vemos reflejadas en los que nos rodean.
Andan viviendo la “vida loca” o a “su manera”. Cantan música que degrada, que habla de violencia, que insulta, que pone la imagen del hombre o la mujer en el piso, que incitan al adulterio, la fornicación y tantas cosas más y proclaman tener a Dios en sus corazones.
Pero cuando una persona tiene a Dios en su corazón, los demás lo pueden percibir sin que siquiera uno lo tenga que decir. Porque las personas que tienen a Dios en el corazón se ven diferentes, tienen un brillo especial, sus palabras son como luz, son pacificadores, el amor y sus obras hablan por ellos solos. Una persona que tiene a Dios en su corazón trata de proceder correctamente aún en medio de sus debilidades e imperfecciones. Porque cuando Dios habita en nuestras vidas hay una fragancia especial en nosotros y los demás la pueden percibir.
Esto no se trata de creernos más santos que nadie, mucho menos los más perfectos. Pero a diario tenemos que hacer una introspección y mirar si nuestras vidas están siendo un reflejo de que Dios habita en nosotros y de que su Espíritu Santo fluye en nuestras vidas. Que nuestra conducta, nuestra manera de actuar y de proceder sea una de integridad. Y que la gente pueda notar una belleza en nosotros y ese toque tan especial que quieran también recibir a Dios dentro de sus corazones.
El salmista decía: “Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste”. Y está es una petición y oración muy hermosa. A través de ella uno puede percibir un corazón sincero que de verdad desea hacer la diferencia en el mundo que habita. De una persona que quiere ser congruente con todos los aspectos de su vida. Estar bien en el plano espiritual, secular, familiar, con los amigos y donde quiera que vaya. Porque tratar de aparentar ser cristianos dentro de una iglesia no es tan difícil. Pero ser cristianos en nuestras casas, con nuestros familiares y vecinos, cuando salimos a la calle, cuando vamos en el auto y cuando nos suceden cosas que nos quieren robar el gozo de la salvación no es tan fácil. Sin embargo tenemos a Dios y todo es posible al que cree en Jesús y sigue sus preceptos.
Que se nos note que en verdad en nuestras casas y en nuestras vidas se respeta a Dios no por miedo, sino por un genuino y profundo amor. Que seamos personas de ejemplo e influencia dentro y fuera de la iglesia. Y que nadie nos tenga que señalar como hipócritas sino como hijos de Dios.
“Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste”. (Salmos 86:17)
Es tan triste cuando alguien que ha conocido a Dios se aparta de sus caminos. Es como si una tiniebla hubiera cubierto su vida y como si su visión se hubiera perdido. Comienzan las excusas y las posibles explicaciones que justifiquen tal decisión. Pero realmente solo se engañan a sí mismo, porque Dios es quien conoce los corazones y escudriña los pensamientos.
“En esta casa se respeta a Dios” –dicen, pero hablan groseramente y en su vocabulario predominan las palabras soeces. “En esta casa se respeta a Dios”, pero hay discordias, odios, rencillas, habladurías, hipocresías, mentiras. “Dios sabe que lo amo” -exclaman, y sin embargo no le quieren obedecer, viven haciendo su voluntad y no agradan a Dios con sus hechos. Aman a Dios de la boca para afuera, pero en sus acciones muestran que su corazón está lejos de Dios.
¡Y cuánto me duele! Me causa una tristeza profunda ver como Dios quiere rescatarlos, usarlos, darles sentido, propósito a su vida y lo ignoran. Andan tan concentrados en lo que pasa alrededor de ellos, buscan culpables de las cosas que les pasan, pero se les ha olvidado mirar adentro de su interior y escudriñar sus pensamientos y corazones. Porque a veces vemos a los demás como el posible problema, pero no nos percatamos que el problema pudiéramos ser nosotros mismos. Que las faltas que vemos muchas veces en los demás, son las faltas que tenemos nosotros y las vemos reflejadas en los que nos rodean.
Andan viviendo la “vida loca” o a “su manera”. Cantan música que degrada, que habla de violencia, que insulta, que pone la imagen del hombre o la mujer en el piso, que incitan al adulterio, la fornicación y tantas cosas más y proclaman tener a Dios en sus corazones.
Pero cuando una persona tiene a Dios en su corazón, los demás lo pueden percibir sin que siquiera uno lo tenga que decir. Porque las personas que tienen a Dios en el corazón se ven diferentes, tienen un brillo especial, sus palabras son como luz, son pacificadores, el amor y sus obras hablan por ellos solos. Una persona que tiene a Dios en su corazón trata de proceder correctamente aún en medio de sus debilidades e imperfecciones. Porque cuando Dios habita en nuestras vidas hay una fragancia especial en nosotros y los demás la pueden percibir.
Esto no se trata de creernos más santos que nadie, mucho menos los más perfectos. Pero a diario tenemos que hacer una introspección y mirar si nuestras vidas están siendo un reflejo de que Dios habita en nosotros y de que su Espíritu Santo fluye en nuestras vidas. Que nuestra conducta, nuestra manera de actuar y de proceder sea una de integridad. Y que la gente pueda notar una belleza en nosotros y ese toque tan especial que quieran también recibir a Dios dentro de sus corazones.
El salmista decía: “Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste”. Y está es una petición y oración muy hermosa. A través de ella uno puede percibir un corazón sincero que de verdad desea hacer la diferencia en el mundo que habita. De una persona que quiere ser congruente con todos los aspectos de su vida. Estar bien en el plano espiritual, secular, familiar, con los amigos y donde quiera que vaya. Porque tratar de aparentar ser cristianos dentro de una iglesia no es tan difícil. Pero ser cristianos en nuestras casas, con nuestros familiares y vecinos, cuando salimos a la calle, cuando vamos en el auto y cuando nos suceden cosas que nos quieren robar el gozo de la salvación no es tan fácil. Sin embargo tenemos a Dios y todo es posible al que cree en Jesús y sigue sus preceptos.
Que se nos note que en verdad en nuestras casas y en nuestras vidas se respeta a Dios no por miedo, sino por un genuino y profundo amor. Que seamos personas de ejemplo e influencia dentro y fuera de la iglesia. Y que nadie nos tenga que señalar como hipócritas sino como hijos de Dios.
Autora: Brendaliz Avilés
martes, 8 de diciembre de 2009
Las Muecas de la Vida
LAS MUECAS DE LA VIDA
“Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba. Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está”. (Génesis 21:14-17)
¡Sí! Por más optimista que trate de ser, tengo que reconocer que hay momentos en donde siento que la vida me hace unas muecas que no quisiera recibir o ver porque no me gustan. En esta vida hay que pasar por momentos y emociones de todo tipo. Pasamos del llanto a la alegría y viceversa. Un día nos sentimos en la cumbre de la montaña y otras en el suelo tocando fondo.
Ciertamente sonreír no arregla muchas veces las cosas, pero por lo menos nos ayuda a mantener la calma en momentos críticos. A veces sentimos que la vida juega con nosotros, otras ocasiones que nos esconde la felicidad. Muchas veces nos sentimos burlados y hasta utilizados y eso nos desagrada. Pero Dios en su sabiduría permite que a través de las experiencias vividas aprendamos. No se puede disfrutar de los buenos momentos sin antes atravesar por momentos en que sentimos que todo va en contra nuestra. La esencia de la vida es una mezcla interesante de sabores agrios, dulces, salados.
Creo que quien tiene todo a veces no sabe valorar la importancia de eso que tiene. Porque es que en muchas ocasiones damos por sentado las cosas que nos olvidamos que son privilegios y bendiciones hermosas que Dios en su misericordia nos ha permitido. El plato de comida, un techo sobre el cual cobijarte, la ropa y los zapatos que visten nuestro cuerpo. El usar nuestros sentidos para ver, oler, sentir, escuchar, tocar y hablar. Disfrutar de la maravillosa puesta de sol o del ocaso. La alegría de tener una familia aún cuando haya sus problemas y situaciones. El hecho de que tengas el privilegio de conocer a Dios como tu padre y poder adorarlo en libertad, mientras que hay tantas vidas que todavía no le conocen o están en lugares donde no les permiten el culto libre y la libertad de expresión.
¡Sí! La vida nos presenta muchas caras y no siempre son las que nos gusta mirar o contemplar, pero sin embargo a través de ellas aprendemos y podemos ser mejores si lo determinamos y trabajos para ello. Porque como dice el refrán “cuando la vida te de limones, haz una limonada”. Esto lo que quiere decir es que en medio de lo negativo que te pueda estar rodeando saques y te trates de enfocar en lo positivo. Porque he aprendido que aquellas cosas que muchas veces nos parecen negativas son los puentes que Dios utiliza discretamente para llevarnos hacia cosas nuevas. Episodios que marcaran nuestras vidas y nos darán madurez y crecimiento. Cuando a aquella mujer se le murió el esposo y quedó pobre, endeudada y con dos hijos a quienes le querían quitar para pagar la deuda que había dejado su esposo, ella pudo tirarse a morir. Sin embargo desesperada acudió al profeta Eliseo y a través de la venta de un aceite que Dios proveyó y unas tinajas que le prestaron sus vecinos, pudo encontrar provisión que le dio para pagar la deuda y sustentarse ella y sus dos hijos. Ella accionó, no se quedó tirada en el suelo ni se dejó sumir en la depresión, porque sabía que tenía que actuar. Que no era el momento de quedarse cruzada de brazos. (Para más detalles ir a 2 Reyes 4).
Cuando Agar fue despedida de casa de Abraham, anduvo errante, me imagino que estaba súper confundida como se hubiera sentido cualquier madre al no saber qué hacer. Pero cuando te detienes a analizar esos versículos claves que he utilizado para el tema de hoy, te das cuenta que se resignó. Falto el agua y ella renunció, no pudo pensar en que tal vez habría un oasis más adelante o en que si clamaba a Dios, Dios le podría responder con un milagro. Digamos que el miedo la paralizo, no la dejo pensar sabiamente. Prácticamente se echó a morir ella con su hijo. Esa si que era una mueca muy grande que la vida le presentaba. Un gran desafío y un momento en que necesitaba saber qué hacer para poder enfrentar cada reto que le esperaba. Dios se movió a misericordia no tanto por Agar, sino porque escuchó al muchacho llorar. Dios escuchó la voz del muchacho.
Y de estas dos historias podemos aprender mucho. La actitud desde el principio siempre ha contado para Dios. Nuestra voluntad, el empeño que le ponemos a las cosas que hacemos. La atención que prestamos, es esfuerzo que hacemos y cómo nos manejamos ante aquellas cosas que nos van surgiendo día con día. Yo te invito a sonreír el día de hoy, no importa que sientas que tú prueba es grande, más grande que tu prueba es el Dios a quien le sirves. Él no te dejará ni te desamparará. Él siempre camina a tu lado. Pero hay momentos en que quieres que actúes en fe y aprendas a dominar las situaciones y no que las situaciones te dominen a ti. No que le digas cuán grande es tu problema sino al problema cuán grande es tu Dios. Y como me he cansado de decir en diversos escritos tu actitud y tu obediencia a Dios es lo que determinará hasta cierto punto cuán corto o largo sea el proceso que estés pasando. A Israel le tomó cuarenta años entender muchas cosas. Quiera Dios que nosotros podamos siempre ser receptivos, mantener una buena actitud y sonreírle a la vida porque mayor es el que está con nosotros. ¡Bendiciones!
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/, www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org
“Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba. Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está”. (Génesis 21:14-17)
¡Sí! Por más optimista que trate de ser, tengo que reconocer que hay momentos en donde siento que la vida me hace unas muecas que no quisiera recibir o ver porque no me gustan. En esta vida hay que pasar por momentos y emociones de todo tipo. Pasamos del llanto a la alegría y viceversa. Un día nos sentimos en la cumbre de la montaña y otras en el suelo tocando fondo.
Ciertamente sonreír no arregla muchas veces las cosas, pero por lo menos nos ayuda a mantener la calma en momentos críticos. A veces sentimos que la vida juega con nosotros, otras ocasiones que nos esconde la felicidad. Muchas veces nos sentimos burlados y hasta utilizados y eso nos desagrada. Pero Dios en su sabiduría permite que a través de las experiencias vividas aprendamos. No se puede disfrutar de los buenos momentos sin antes atravesar por momentos en que sentimos que todo va en contra nuestra. La esencia de la vida es una mezcla interesante de sabores agrios, dulces, salados.
Creo que quien tiene todo a veces no sabe valorar la importancia de eso que tiene. Porque es que en muchas ocasiones damos por sentado las cosas que nos olvidamos que son privilegios y bendiciones hermosas que Dios en su misericordia nos ha permitido. El plato de comida, un techo sobre el cual cobijarte, la ropa y los zapatos que visten nuestro cuerpo. El usar nuestros sentidos para ver, oler, sentir, escuchar, tocar y hablar. Disfrutar de la maravillosa puesta de sol o del ocaso. La alegría de tener una familia aún cuando haya sus problemas y situaciones. El hecho de que tengas el privilegio de conocer a Dios como tu padre y poder adorarlo en libertad, mientras que hay tantas vidas que todavía no le conocen o están en lugares donde no les permiten el culto libre y la libertad de expresión.
¡Sí! La vida nos presenta muchas caras y no siempre son las que nos gusta mirar o contemplar, pero sin embargo a través de ellas aprendemos y podemos ser mejores si lo determinamos y trabajos para ello. Porque como dice el refrán “cuando la vida te de limones, haz una limonada”. Esto lo que quiere decir es que en medio de lo negativo que te pueda estar rodeando saques y te trates de enfocar en lo positivo. Porque he aprendido que aquellas cosas que muchas veces nos parecen negativas son los puentes que Dios utiliza discretamente para llevarnos hacia cosas nuevas. Episodios que marcaran nuestras vidas y nos darán madurez y crecimiento. Cuando a aquella mujer se le murió el esposo y quedó pobre, endeudada y con dos hijos a quienes le querían quitar para pagar la deuda que había dejado su esposo, ella pudo tirarse a morir. Sin embargo desesperada acudió al profeta Eliseo y a través de la venta de un aceite que Dios proveyó y unas tinajas que le prestaron sus vecinos, pudo encontrar provisión que le dio para pagar la deuda y sustentarse ella y sus dos hijos. Ella accionó, no se quedó tirada en el suelo ni se dejó sumir en la depresión, porque sabía que tenía que actuar. Que no era el momento de quedarse cruzada de brazos. (Para más detalles ir a 2 Reyes 4).
Cuando Agar fue despedida de casa de Abraham, anduvo errante, me imagino que estaba súper confundida como se hubiera sentido cualquier madre al no saber qué hacer. Pero cuando te detienes a analizar esos versículos claves que he utilizado para el tema de hoy, te das cuenta que se resignó. Falto el agua y ella renunció, no pudo pensar en que tal vez habría un oasis más adelante o en que si clamaba a Dios, Dios le podría responder con un milagro. Digamos que el miedo la paralizo, no la dejo pensar sabiamente. Prácticamente se echó a morir ella con su hijo. Esa si que era una mueca muy grande que la vida le presentaba. Un gran desafío y un momento en que necesitaba saber qué hacer para poder enfrentar cada reto que le esperaba. Dios se movió a misericordia no tanto por Agar, sino porque escuchó al muchacho llorar. Dios escuchó la voz del muchacho.
Y de estas dos historias podemos aprender mucho. La actitud desde el principio siempre ha contado para Dios. Nuestra voluntad, el empeño que le ponemos a las cosas que hacemos. La atención que prestamos, es esfuerzo que hacemos y cómo nos manejamos ante aquellas cosas que nos van surgiendo día con día. Yo te invito a sonreír el día de hoy, no importa que sientas que tú prueba es grande, más grande que tu prueba es el Dios a quien le sirves. Él no te dejará ni te desamparará. Él siempre camina a tu lado. Pero hay momentos en que quieres que actúes en fe y aprendas a dominar las situaciones y no que las situaciones te dominen a ti. No que le digas cuán grande es tu problema sino al problema cuán grande es tu Dios. Y como me he cansado de decir en diversos escritos tu actitud y tu obediencia a Dios es lo que determinará hasta cierto punto cuán corto o largo sea el proceso que estés pasando. A Israel le tomó cuarenta años entender muchas cosas. Quiera Dios que nosotros podamos siempre ser receptivos, mantener una buena actitud y sonreírle a la vida porque mayor es el que está con nosotros. ¡Bendiciones!
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/, www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org
lunes, 7 de diciembre de 2009
¡TÚ NO ERES UNA PORQUERÍA!
¡Tú No Eres Una Porquería!
“Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?” (2 Samuel 9:8)
Si tú comprendieras cuán especial eres, si no permitieras que el complejo gobernara tu vida. Seguro tendrías una existencia más plena. Porque cuando reconoces quien eres y las cosas que te hacen ser valioso, no se hace fácil que cualquier persona cercana o ajena a tu vida, te haga dudar y desconfiar de la grandiosa obra que eres.
La Biblia relata la historia de Mefi-boset, quien quedó cojo a causa de un accidente en su niñez. Él era un hijo de un príncipe (su padre era Jonatán el mejor amigo de David e hijo de Saúl) y no logro imaginar cuán grave estaba su autoestima. Tampoco sé los pensamientos que pasaban por su mente. Desconozco si pasaba noches en vela analizando que si no hubiera tenido ese accidente, todo hubiera sido diferente para él. A mi me parece que Mefi-boset no esperaba que nadie lo mirara, que nadie tuviera alguna consideración con él. Él se sentía insignificante. Pero independientemente de esos factores que acontecían en su vida, él pese a todo seguía siendo hijo de un príncipe, su linaje era real. Nadie podía borrar su genealogía.
No sé si la gente de aquellos tiempos son como las de hoy día (aunque me parece que sí) que se concentraban tanto en los defectos, imperfecciones y debilidades de la gente que no podían apreciar ni mirar más allá. No podían identificar el potencial que poseía Mefi-boset, porque para ellos su limitación era más grande. Pero aunque el mundo te limite, Dios te invita a luchar por alcanzar tus sueños. Independientemente de lo que dijeran, opinaran o pensaran los que estaban alrededor de él, había alguien allá en los cielos que todos los días lo acompañaba. Que lo amaba de manera única e inimaginable y que lo sostenía aún cuando la noche era larga y difícil. Y ese mismo Dios que estuvo con Mefi-boset es el que está contigo siempre. Al alcance de tu necesidad y al tanto de lo que verdaderamente necesitas.
Lo que la Biblia registra es que llegó un día importante en la vida de Mefi-boset. Fue invitado a comer a la mesa del rey. David quería tener misericordia y concederle favores ya que él era el hijo de su fallecido y más querido amigo Jonatán. Y ante ese favor que David quería concederle, quiero que analices la respuesta que le da Mefi-boset diciéndole lo siguiente: “¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?”. Si esto no es tener la autoestima baja, entonces díganme qué es. Aquel hombre se sentía como un perro y no tan solo como cualquier perro de la calle, sino como un perro muerto. Y pudiera ser que en el día de hoy tú te sientes como un perro, como una cucaracha, como algo feo, obsoleto o sin valor. Y él enemigo (Satanás) ha de estarse riendo de ti, porque precisamente eso es lo que él quiere que tú sientas y pienses. Porque cuando te sientes de esa manera, te sientes incapaz de alcanzar las metas y objetivos que en algún momento te propusiste. Porque cuando piensas de ti de manera despectiva, él sabe que te estás concentrando en cosas que te debilitan y te hacen perder el enfoque real que Dios tiene para ti. Porque cuando te sientes así comienzas a ver las cosas imposibles y dejas de soñar.
Hermano y amigo que me lees, Dios nunca se ha prestado para hacer porquerías. Todo lo ha hecho hermoso en su tiempo y aunque tú te sientas como una oruguita, realmente tú eres una bella mariposa que está pasando por un proceso de metamorfosis no solo en tu mundo físico sino que también en tu mundo espiritual. Por tanto yo te invito a amarte más. Con esto no quiero decirte que tengas más alto concepto de que debes acerca de ti mismo (lo peor del mundo es hablar con una persona creída, soberbia, pedante y que se cree que todo lo merece o que es mejor que los demás). Yo te invito a mirarte con esos ojos que Dios te ve, con esa mirada que dice sin emitir palabra que tú eres la cosa más bella que él ha creado en este mundo. Porque tú eres su milagro de amor más grande. Hay algo en lo que puedes compararte con Mefi-boset, porque así como él, tú también tienes un linaje real. Dios quiere que comas en su mesa todos los días sin importar eso que tú ves como una limitación, impedimento o algo feo de ti. ¡Valórate, amate, cuídate, respétate!
Autora: Brendaliz Avilés
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viernes, 4 de diciembre de 2009
ES TIEMPO DE AMORES
Es Tiempo de Amores
Él
Yo te buscaba como quien busca un tesoro. Miraba por doquier y no te encontraba hasta que en el paraje de la travesía de la vida, mi corazón errante y solitario te halló.
Ella
Yo te esperaba pacientemente, te anhelaba como quien brama en medio del desierto por agua y que al encontrar la fuente o el oasis piensa que todo es espejismo, pero prueba del agua.
Ambos
Y en ese encuentro que Dios nos permitió, sentimos al tiempo detenerse. Nuestras miradas fueron las cómplices del secreto que se anidaba en nuestras almas. Aunque en silencio y cautelosamente tratábamos de disimular el sentimiento que cual si fuere una planta iba de a poco creciendo. Ahora que estamos juntos y nuestro amor ha sido descubierto, podemos gritar a los cuatro vientos de esto que estamos sintiendo.
Él
Tú eres mi princesa, oh amada mía, me has embelezado. Encendiste una hoguera que arde muy fuerte dentro de mi ser. Tus ojos cual luceros han cautivado con su esplendor mi vida. Me has saturado con tu ternura.
Ella
Y tú mi caballero tan gentil y galante, te has introducido en los rincones más escondidos de mí ser, aflorando los más bellos sentimientos y despertando el amor que andaba dormido.
Él
Eres mi alegría, la gota que llena al océano, la ola que cuando se mueve arrastra hasta mi orilla, salpica mi ser y me baña de tanta alegría que casi no lo puedo creer.
Ella
Tú eres mi enamorado eterno, quien me pretendió y se adueñó de mis más grandes afectos. Miro al horizonte y veo tu cara dibujada entre el hermoso panorama.
Él
Tus manos delicadas son como la seda, la sonrisa que brota de tus labios son una de las bellezas que más deleite y luz han traído a mis observadoras pupilas.
Ella
Tu pecho para mí es una guarida, un escondite seguro donde puedo refugiarme en momentos de tormenta o en medio de la noche silenciosa que en ocasiones atemoriza.
Él
Tus manos junto a la mías me indican que no estoy solo. Qué grata es tu compañía en tiempos de desasosiego. Saber que ya no estoy solo que alguien me acompaña y complementa mi vida.
Ella
Me siento como en un sueño porque estar junto a ti es la realidad y el regalo más perfecto que Dios haya podido reservarme, eres encanto, fuerza y sensibilidad.
Él
Amada, tú eres la rosa de mi jardín tan frágil, preciada y perfumada. Cuidada por mí celosamente. Te he rociado con cuidados y detalles porque para mí eres la más bella. Perfumas mi existencia con tu exquisita fragancia, puedo respirar y dormir placidamente, tú te has adueñado de mí.
Ambos
Venid y cantemos, es tiempo de amores. Nacen primaveras en nuestros corazones. Ha despertado el sentimiento que por mucho tiempo dormía. La pasión hace su entrada, se engalana la noche y el día. Se siente en el aire la sutil y agradable fragancia porque el amor se siente en todas partes. Somos el uno del otro, nos pertenecemos por decisión mutua. Esto que sentimos no se compara, es especial e inexplicable.
Todo a nuestro alrededor conspira para que celebremos porque es tiempo de amores.
Autora: Brendaliz Avilés
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lunes, 30 de noviembre de 2009
Carta de Una Joven Enamorada de Dios
Comparto con todos ustedes un lindo escrito de una amiguita de Argentina.
¡LO QUE YO SIENTO!
Bueno en este dia qué más decir…
A pesar de la LLUVIA, los TRUENOS, relámpagos y humedad, siento que este dia es un dia mas de bendicion para mi vida muy llena del espiritu santo. con metas en mi vida a pesar de mi edad, porque aunque no soy precisamente muy adulta que digamos, siento un cambio muy profundo dentro de mi con respecto a mis actitudes con mis familiares y amigos. mis actitudes estan cambiando en grande y para bien, sobre todo mis actitudes hacia mi querido Dios. quien es mi amigo, mi padre, el que me ha cuidado desde muy chiquita, que me elijio cuando yo todavía no habia nacido. que quizo que hoy este escribiendo esto porque me siento con ganas y animos de hacerlo. el que cuando le fallé se puso muy triste y que ahora me perdona por mis pecados. ¡GRACIAS DIOS POR TU MISERICORDIA Y TU AMOR HACIA MI, GRACIAS POR QUE YO NO LO MEREZCO!
Yo verdaderamente deseo que mis sueños se cumplan, deseo que mis metas también se REALICEN, pero lo que más deseo es que mi fe florezca y que cada día este mas cerca de Dios. que él me enseñe cosas que no he visto, que me muestre el camino que tiene preparado para mi futuro. yo sé que eso poco a poco el lo va a ir haciendo, solo tengo que esperar, ser paciente, orar, acercarme cada ves mas a él y él me lo va a ir mostrando de apoco y con paciencia. ¿por qué con PACIENCIA? Porque sé que yo soy una chica muy impaciente, quiero ver respuestas rapidamente, de una manera veloz, no soporto esperar. y a mi una vez me dijeron que “la paciencia es una virtud”. ¡creánme que eso es muy cierto! Sé que Dios está tratando con mi paciencia, porque él quiere que aprenda a esperar, que comprenda que todo llegará en su debido momento. que el tiempo de él (DIOS) no es el mismo que el mio, que cuando el quiera va a darme lo que yo tanto deseo .Ese dia voy a estar tan feliz de la vida, voy a sentirme tan pero tan feliz que no voy a saber cómo explicar lo que voy a sentir . yo supongo que estaré con mucho pero mucho gozo en mi corazón y agradecida a Dios por darme lo que yo tanto esperaba.
A pesar de la LLUVIA, los TRUENOS, relámpagos y humedad, siento que este dia es un dia mas de bendicion para mi vida muy llena del espiritu santo. con metas en mi vida a pesar de mi edad, porque aunque no soy precisamente muy adulta que digamos, siento un cambio muy profundo dentro de mi con respecto a mis actitudes con mis familiares y amigos. mis actitudes estan cambiando en grande y para bien, sobre todo mis actitudes hacia mi querido Dios. quien es mi amigo, mi padre, el que me ha cuidado desde muy chiquita, que me elijio cuando yo todavía no habia nacido. que quizo que hoy este escribiendo esto porque me siento con ganas y animos de hacerlo. el que cuando le fallé se puso muy triste y que ahora me perdona por mis pecados. ¡GRACIAS DIOS POR TU MISERICORDIA Y TU AMOR HACIA MI, GRACIAS POR QUE YO NO LO MEREZCO!
Yo verdaderamente deseo que mis sueños se cumplan, deseo que mis metas también se REALICEN, pero lo que más deseo es que mi fe florezca y que cada día este mas cerca de Dios. que él me enseñe cosas que no he visto, que me muestre el camino que tiene preparado para mi futuro. yo sé que eso poco a poco el lo va a ir haciendo, solo tengo que esperar, ser paciente, orar, acercarme cada ves mas a él y él me lo va a ir mostrando de apoco y con paciencia. ¿por qué con PACIENCIA? Porque sé que yo soy una chica muy impaciente, quiero ver respuestas rapidamente, de una manera veloz, no soporto esperar. y a mi una vez me dijeron que “la paciencia es una virtud”. ¡creánme que eso es muy cierto! Sé que Dios está tratando con mi paciencia, porque él quiere que aprenda a esperar, que comprenda que todo llegará en su debido momento. que el tiempo de él (DIOS) no es el mismo que el mio, que cuando el quiera va a darme lo que yo tanto deseo .Ese dia voy a estar tan feliz de la vida, voy a sentirme tan pero tan feliz que no voy a saber cómo explicar lo que voy a sentir . yo supongo que estaré con mucho pero mucho gozo en mi corazón y agradecida a Dios por darme lo que yo tanto esperaba.
A veces, cuando voy por la calle a buscar a mi hermano de 9 años al colegio, me imagino que voy caminando junto con Jesús y que él me acompaña. me lo imagino de tal manera que voy tan feliz a buscar a mi hermano que no me lo puedo explicar ni yo. La verdad es una felicidad muy grande la que siento. Otras veces me imagino que los angeles están cuidándome en todo momento y también me lleno de asombro al pensar eso, porque estoy segura de ello. A veces me gustaria verlos.
Bueno esa es una de las cosas que Dios está haciendo en mi vida, que cada dia me siento más feliz que él esté a mi lado y que cuando voy a hablar con él mediante mi oración, me haga sentir acompañada y sienta que él me está escuchando. Cierro los ojos y siento su presencia, le canto y siento su amor dentro de mí. Supongo que esto para mí es muy maravilloso por que recién estoy comenzando a vivir una nueva vida en el Señor y sé que me esperan muchas cosas mas que serán asombrosas e imaginables, pero lo mejor es que vendrán de parte de MI SEÑOR.
Le doy gracias a Dios por regalarme este día, ¡porque tengo vida! Me pongo a pensar de que ahora en estos tiempos estan pasando muchas cosas en este mundo y que hay gente que ya no está mas en ÉL (mundo). que hay mucha gente que está falleciendo, sufriendo por motivos o circustancias de la vida que eligió vivir y que no son nada buenas. Ahora las veo así de esta manera, con conciencia de que cada vez debemos estar más aferrados a Dios por todas las cosas que estan pasando, lamentablemente en este mundo. Veo cosas que están pasando y no me gustaría ir hacia ellas porque sé que son malas y no son buenas para mi vida con Dios.
Le doy gracias a Dios por regalarme este día, ¡porque tengo vida! Me pongo a pensar de que ahora en estos tiempos estan pasando muchas cosas en este mundo y que hay gente que ya no está mas en ÉL (mundo). que hay mucha gente que está falleciendo, sufriendo por motivos o circustancias de la vida que eligió vivir y que no son nada buenas. Ahora las veo así de esta manera, con conciencia de que cada vez debemos estar más aferrados a Dios por todas las cosas que estan pasando, lamentablemente en este mundo. Veo cosas que están pasando y no me gustaría ir hacia ellas porque sé que son malas y no son buenas para mi vida con Dios.
Pero hoy me siento inmensamente feliz de saber que mi Señor habita en mi corazón. Eso me da una sensación de satisfacción, seguridad y protección. Porque sé que si Dios está conmigo, aunque pase por momentos difíciles, todo estará bajo control y yo podré salir hacia adelante. Por eso a través de esta carta, quiero que sepas Dios, lo agradecida que estoy de haberte conocido y del cambio que estás haciendo en mí. Por todo eso y mucho más... ¡Gracias!
Autora: Stefy Mejías
LA ROSA DE JEAN CARLOS
La Rosa de Jean Carlos
“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. (San Mateo 25:40)
Ya han pasado alrededor de cuatro años o más, sin embargo tengo tan presente este recuerdo tan grato en mi mente, que deseo compartirlo con todos ustedes. Jean Carlos en aquel tiempo tendría unos 4 ó 5 años. Es un niño que perteneció a nuestra congregación y es muy inteligente, simpático, expresivo, alegre y conversador, entre tantas cualidades que tiene. ¿Puedes imaginarte la hermosa sonrisa de este niño y la mirada tan traviesa de sus ojos? Una mañana de domingo me levanté triste, preocupada, cansada y cargada. En aquel entonces daba clases a un grupo de juveniles de mi congregación y pensaba: “¡Dios mío, cómo voy a hacer, dame las fuerzas y la energía! Llegué a mi congregación y me arrodillé a platicar con Dios. No recuerdo por qué me sentía así, tampoco recuerdo exactamente que le dije a Dios aquel día mientras oraba. Pero si le dije a Dios que sabía que él me amaba y que necesitaba sentir esa mañana su amor por mí. Lo que pasó más adelante lo puedo recordar muy bien.
Nos mandaron a pasar a todos los maestros al frente para cantar nuestro himno tema. Y de repente veo que Jean Carlos y sus padres entraron por una de las puertas de la Iglesia. Jean Carlos tenía en sus manos una hermosa y grande rosa roja en material de felpa o del que hacen los peluches. Con la flor en mano ese niño vino directamente hacia donde mí, mientras todavía los maestros permanecíamos al frente. Él me mostró su gran sonrisa, abrió sus brazos, me miró con sus ojitos traviesos y me dijo: “Brendaliz esto es para ti”. La ternura y el amor que sentí en mi corazón es algo que no puedo describir. El gozo que trajo a mi vida este detalle aún me hace sonreír cuando recuerdo ese episodio. Luego sus padres me contaron que Jean Carlos había ido a una tienda, que había visto la flor y les había dicho que la compraran porque esa rosa era para Brendaliz. Dios es tan exacto y detallista que la rosa que ese niño me regaló fue de mi color favorito: (mis preferidas son las rosas rojas). Aún tengo en mi cuarto esa rosa en material de peluche. Es hermosa, pero más hermoso aún el gesto de ese niño que Dios utilizó para recordarme cuánto me amaba y lo especial que era para él. Cada vez que la miro recuerdo el amor infinito de Dios hacia mí y como el utiliza a sus hijos para hacer sentir su maravilloso e inigualable amor y gracia.
Ahora bien, traigo esta experiencia personal, porque me he quedado pensando que Dios dijo en su palabra que cuando uno hace un bien a cualquiera de sus pequeñitos, es como si se lo estuviera haciendo a Él. La esencia de Dios es puro amor. Dios desea que nosotros amemos a los demás con la intensidad que él nos ama a nosotros. Él desea que tengamos con nuestro prójimo la misma misericordia que él tiene para con nosotros continuamente. Estoy segura de que cuando hacemos sonreír a una persona, Dios también sonríe. Es tanta la importancia que él le da a que mantengamos buenas relaciones interpersonales que desde el principio, cuando muestra sus mandamientos dice que tenemos que amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
En la Biblia hay muchos pasajes que sustentan y reafirman lo importante que es para Dios este punto. Observemos los siguientes pasajes y meditemos en ellos: “El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. (San Mateo 10:40-42). “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar”. (San Marcos 9:42). “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos”. (San Lucas 17:1-2).
Es por esta razón que hoy te invito a hacer un bien a alguien cercano o lejano a ti. Esa persona puede estar necesitando una visitación de Dios y al instrumento que Dios quiere utilizar para mostrarle su amor es precisamente a ti. A veces pensamos que tenemos que hacer grandes cosas, que necesitamos de mucho dinero o de mucha palabra para hacer las cosas, pero en verdad solo lo que necesitamos es disposición, creatividad, tener un corazón receptivo a la voz de Dios y obedecer. Aquella flor que me regaló aquel niño no costó más de $5.00 dólares, pero lo que no tiene precio para mí es el gesto, porque fue sanador e invaluable ese detalle. Por siempre permanecerá en mi mente y en mi corazón ese hermoso recuerdo. Dios desea que traigas alegría a la vida de una personal. No pases por este mundo sin que los demás puedan percibir que eres un recipiente usado por Dios para bendecir y ministrar a las vidas. Concluyo con estos versículos que nunca debemos olvidar: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. (San Mateo 25:34-40).
Autora: Brendaliz Avilés
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“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. (San Mateo 25:40)
Ya han pasado alrededor de cuatro años o más, sin embargo tengo tan presente este recuerdo tan grato en mi mente, que deseo compartirlo con todos ustedes. Jean Carlos en aquel tiempo tendría unos 4 ó 5 años. Es un niño que perteneció a nuestra congregación y es muy inteligente, simpático, expresivo, alegre y conversador, entre tantas cualidades que tiene. ¿Puedes imaginarte la hermosa sonrisa de este niño y la mirada tan traviesa de sus ojos? Una mañana de domingo me levanté triste, preocupada, cansada y cargada. En aquel entonces daba clases a un grupo de juveniles de mi congregación y pensaba: “¡Dios mío, cómo voy a hacer, dame las fuerzas y la energía! Llegué a mi congregación y me arrodillé a platicar con Dios. No recuerdo por qué me sentía así, tampoco recuerdo exactamente que le dije a Dios aquel día mientras oraba. Pero si le dije a Dios que sabía que él me amaba y que necesitaba sentir esa mañana su amor por mí. Lo que pasó más adelante lo puedo recordar muy bien.
Nos mandaron a pasar a todos los maestros al frente para cantar nuestro himno tema. Y de repente veo que Jean Carlos y sus padres entraron por una de las puertas de la Iglesia. Jean Carlos tenía en sus manos una hermosa y grande rosa roja en material de felpa o del que hacen los peluches. Con la flor en mano ese niño vino directamente hacia donde mí, mientras todavía los maestros permanecíamos al frente. Él me mostró su gran sonrisa, abrió sus brazos, me miró con sus ojitos traviesos y me dijo: “Brendaliz esto es para ti”. La ternura y el amor que sentí en mi corazón es algo que no puedo describir. El gozo que trajo a mi vida este detalle aún me hace sonreír cuando recuerdo ese episodio. Luego sus padres me contaron que Jean Carlos había ido a una tienda, que había visto la flor y les había dicho que la compraran porque esa rosa era para Brendaliz. Dios es tan exacto y detallista que la rosa que ese niño me regaló fue de mi color favorito: (mis preferidas son las rosas rojas). Aún tengo en mi cuarto esa rosa en material de peluche. Es hermosa, pero más hermoso aún el gesto de ese niño que Dios utilizó para recordarme cuánto me amaba y lo especial que era para él. Cada vez que la miro recuerdo el amor infinito de Dios hacia mí y como el utiliza a sus hijos para hacer sentir su maravilloso e inigualable amor y gracia.
Ahora bien, traigo esta experiencia personal, porque me he quedado pensando que Dios dijo en su palabra que cuando uno hace un bien a cualquiera de sus pequeñitos, es como si se lo estuviera haciendo a Él. La esencia de Dios es puro amor. Dios desea que nosotros amemos a los demás con la intensidad que él nos ama a nosotros. Él desea que tengamos con nuestro prójimo la misma misericordia que él tiene para con nosotros continuamente. Estoy segura de que cuando hacemos sonreír a una persona, Dios también sonríe. Es tanta la importancia que él le da a que mantengamos buenas relaciones interpersonales que desde el principio, cuando muestra sus mandamientos dice que tenemos que amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
En la Biblia hay muchos pasajes que sustentan y reafirman lo importante que es para Dios este punto. Observemos los siguientes pasajes y meditemos en ellos: “El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa”. (San Mateo 10:40-42). “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar”. (San Marcos 9:42). “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos”. (San Lucas 17:1-2).
Es por esta razón que hoy te invito a hacer un bien a alguien cercano o lejano a ti. Esa persona puede estar necesitando una visitación de Dios y al instrumento que Dios quiere utilizar para mostrarle su amor es precisamente a ti. A veces pensamos que tenemos que hacer grandes cosas, que necesitamos de mucho dinero o de mucha palabra para hacer las cosas, pero en verdad solo lo que necesitamos es disposición, creatividad, tener un corazón receptivo a la voz de Dios y obedecer. Aquella flor que me regaló aquel niño no costó más de $5.00 dólares, pero lo que no tiene precio para mí es el gesto, porque fue sanador e invaluable ese detalle. Por siempre permanecerá en mi mente y en mi corazón ese hermoso recuerdo. Dios desea que traigas alegría a la vida de una personal. No pases por este mundo sin que los demás puedan percibir que eres un recipiente usado por Dios para bendecir y ministrar a las vidas. Concluyo con estos versículos que nunca debemos olvidar: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. (San Mateo 25:34-40).
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/, www.devocionaldiario.com y
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domingo, 29 de noviembre de 2009
¡CUIDADO CON LOS CIBER AMORES!
¡Cuidado con los Ciber Amores!
No sé exactamente a qué persona en específico me estoy dirigiendo. Pero ten cuidado de a quién le entregas tu corazón. Porque tú corazón no es cualquier cosa. Porque en él se anidan pensamientos, emociones y sentimientos. Porque ahí se esconde tú esencia verdadera y todo lo que eres realmente.
A veces por soledad, otras por entretenimiento, las personas se absuelven en el Internet. Y comienzan a charlar y lo que muchas veces comienza como una plática termina en relaciones peligrosas. Porque mucha gente idealiza y construye castillos sobre arenas. Con esto no quiero generalizar y decir que todas las relaciones de amistad o noviazgo por Internet sean malas. Pero cuídate de entregar tu corazón a alguien falso(a) que no conoces.
Yo entiendo que uno puede conocer personalmente a una persona y si se toma el tiempo de compartir viéndose, conversando, saliendo, etc., puede surgir algo hermoso. Pero cuando uno decide formalizar una relación creyendo conocer a una persona que en realidad conoce muy poco, esto más adelante podría traer problemas. Porque solo conoces lo que te ha dicho o querido mostrar esa persona o por lo que tú crees conocer. Entonces tenemos que considerar que el corazón suele ser engañoso en diversas ocasiones. No se puede amar lo que no se conoce, porque en la cotidianidad de esos momentos que compartes con una persona es que se va proliferando y aumentando el amor.
He escuchando tantas historias de matrimonios rotos porque una de las parejas se ha “enamorado” virtualmente. Porque andan buscando por la red lo que muchas veces no encuentran dentro de sus hogares. Porque viven matrimonios de apariencia, pero sus relaciones se han convertido en hielo o nieve. Porque necesitan que una nueva primavera llegue a sus matrimonios que parece que están pasando por el ocaso. Y es triste ver no solo matrimonios rotos, sino hogares completos destruidos. Y yo me pregunto si realmente, ¿vale la pena perder tanto por tan poco? Podría decir tantas cosas, pero me limitaré a decirle a las personas solteras que tengan cuidado con quien comprometen su corazón y a las personas casadas, por favor, no cedan a la tentación ni se metan en líos.
Ustedes mis queridos amigos y amigas no son cualquier cosa. El Creador se ha tomado tiempo en diseñarlos. Cuántas pruebas has tenido que pasar y trabajos para llegar a ser quien eres hoy día. Por tanto mereces a alguien que te ame, te respete, te valore y con quien puedas tener una vida plena. Porque aunque hoy día hay muchos divorcios, se supone que cuando uno toma la decisión de casarse, lo hace pensando en que será para toda la vida. Porque uno anhela compartir y envejecer con ese ser amado. Por eso es necesario que entiendas que escoger a la persona con la que vas a compartir el resto de tu vida es una de las decisiones más importantes que tomarás en la vida. Y si un día tú escogiste a alguien para compartir en tu vida, no la engañes ni la deseches de esa manera. Valora lo que tienes no vaya a ser que cometas un grave error y después sea muy tarde para remediarlo.
Dejo en sus conciencias esta palabra para que la mediten, la analicen, examinen sus vidas y lleguen a sus propias conclusiones.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
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No sé exactamente a qué persona en específico me estoy dirigiendo. Pero ten cuidado de a quién le entregas tu corazón. Porque tú corazón no es cualquier cosa. Porque en él se anidan pensamientos, emociones y sentimientos. Porque ahí se esconde tú esencia verdadera y todo lo que eres realmente.
A veces por soledad, otras por entretenimiento, las personas se absuelven en el Internet. Y comienzan a charlar y lo que muchas veces comienza como una plática termina en relaciones peligrosas. Porque mucha gente idealiza y construye castillos sobre arenas. Con esto no quiero generalizar y decir que todas las relaciones de amistad o noviazgo por Internet sean malas. Pero cuídate de entregar tu corazón a alguien falso(a) que no conoces.
Yo entiendo que uno puede conocer personalmente a una persona y si se toma el tiempo de compartir viéndose, conversando, saliendo, etc., puede surgir algo hermoso. Pero cuando uno decide formalizar una relación creyendo conocer a una persona que en realidad conoce muy poco, esto más adelante podría traer problemas. Porque solo conoces lo que te ha dicho o querido mostrar esa persona o por lo que tú crees conocer. Entonces tenemos que considerar que el corazón suele ser engañoso en diversas ocasiones. No se puede amar lo que no se conoce, porque en la cotidianidad de esos momentos que compartes con una persona es que se va proliferando y aumentando el amor.
He escuchando tantas historias de matrimonios rotos porque una de las parejas se ha “enamorado” virtualmente. Porque andan buscando por la red lo que muchas veces no encuentran dentro de sus hogares. Porque viven matrimonios de apariencia, pero sus relaciones se han convertido en hielo o nieve. Porque necesitan que una nueva primavera llegue a sus matrimonios que parece que están pasando por el ocaso. Y es triste ver no solo matrimonios rotos, sino hogares completos destruidos. Y yo me pregunto si realmente, ¿vale la pena perder tanto por tan poco? Podría decir tantas cosas, pero me limitaré a decirle a las personas solteras que tengan cuidado con quien comprometen su corazón y a las personas casadas, por favor, no cedan a la tentación ni se metan en líos.
Ustedes mis queridos amigos y amigas no son cualquier cosa. El Creador se ha tomado tiempo en diseñarlos. Cuántas pruebas has tenido que pasar y trabajos para llegar a ser quien eres hoy día. Por tanto mereces a alguien que te ame, te respete, te valore y con quien puedas tener una vida plena. Porque aunque hoy día hay muchos divorcios, se supone que cuando uno toma la decisión de casarse, lo hace pensando en que será para toda la vida. Porque uno anhela compartir y envejecer con ese ser amado. Por eso es necesario que entiendas que escoger a la persona con la que vas a compartir el resto de tu vida es una de las decisiones más importantes que tomarás en la vida. Y si un día tú escogiste a alguien para compartir en tu vida, no la engañes ni la deseches de esa manera. Valora lo que tienes no vaya a ser que cometas un grave error y después sea muy tarde para remediarlo.
Dejo en sus conciencias esta palabra para que la mediten, la analicen, examinen sus vidas y lleguen a sus propias conclusiones.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
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sábado, 28 de noviembre de 2009
Samuel: Un Joven Que Estableció la Diferencia
SAMUEL: UN JOVEN QUE ESTABLECIÓ LA DIFERENCIA
“Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino.
… y el joven Samuel crecía delante de Jehová”. (1 Samuel 2:18 y 21)
“El niño Samuel, por su parte, vestido con un efod de lino, seguía sirviendo en la presencia del Señor. …Durante este tiempo, Samuel crecía en la presencia del Señor”. (1 Samuel 2:18 y 21 Biblia Nueva Versión Internacional).
Dando un recorrido por las Sagradas Escrituras, volví a releer la historia de Samuel. Su vida fue un milagro desde sus inicios, ya que Ana clamó fervientemente porque era estéril y Dios le concedió tener a Samuel quien fue dedicado al Señor y quien siempre estuvo al servicio en la casa de Dios. Me es interesante detenerme en estos versículos, porque el capítulo 2 comienza detallando la oración de gratitud que Ana ofrece a Dios y el regocijo que siente porque Dios le concedió la petición tan ansiada de ser madre. Luego del versículo 12 en delante de ese capítulo, se comienza a relatar la perversidad de los hijos de Elí y una profecía contra la familia de Elí.
Cuando comenzamos a leer los episodios que nos narra la historia a través de estos capítulos del libro de Samuel, puede uno observar que desde el principio de los tiempos siempre ha habido personas sin ningún tipo de temor hacia Dios. Este era el caso de los hijos de Elí. Hijos de un sacerdote que hacían lo que les daba la gana y que vivían como mejor les parecía. ¿Qué pasó con Elí qué como padre y sacerdote permitió que esto pasara y no los corrigió? Eso es tema para otro escrito, pero lo que sí es cierto, es que había una nube grande de testigos que estaban observando la maldad y la irreverencia de los hijos de Elí. Y más aún lo que más peso tiene es saber que Dios desde los cielos estaba observando cada cosa que ellos hacían, porque al ser humano se puede lograr engañar, pero a Dios jamás. Él no puede ser burlado.
En aquellos tiempos donde escaseaban las personas con visión espiritual, llama mi atención y aquí es donde quiero concentrarme, un joven llamado Samuel. Estos versículos nos resaltan que pese a que los hijos de Elí actuaban de una manera tan contradictoria y con un proceder tan diferente a lo que debe ser una persona que tiene a Dios en el corazón y que le teme, Samuel seguía sirviendo a Dios y ministrando. Había un crecimiento continuo en su vida. Lo que acontecía a su alrededor no lo detenía de hacer aquella misión para la que había sido llamado aún sin él saberlo todavía. Aunque tal vez hubieran dudas, confusión y preguntas en la vida de Samuel por lo que pasaba a su alrededor, eso no fue pretexto ni excusa para que él dejará de hacer lo bueno ante los ojos de Dios. Porque cuando concentramos nuestra mirada en las cosas que pasan alrededor nuestro podremos encontrar muchas veces desánimo, motivos para querer desistir o renunciar y comenzamos a mirar las faltas de los demás. Y el tiempo y las experiencias me han enseñado que cuando esto pasa, estamos a un paso de detenernos en el camino o de estancarnos. Porque tenemos que tener presente que no podemos permitir que nada ni nadie nos aparten del Señor y del propósito que él tiene en nuestras vidas.
Es tan maravilloso notar que cuando Dios da la inspiración al hombre para que escriba muchas de las cosas que sucedieron en la Biblia, hace que resalten algunos detalles sutiles. El autor se toma el tiempo bajo la inspiración divina de relatar lo que estaba aconteciendo y en medio de ello tomarse una pausa para decir que pese a todo lo que pasaba alrededor de Samuel, él seguía viviendo en la presencia del Señor. Y este es un ejemplo que todos debemos imitar. Que todo aquel cristiano que de verdad quiere hacer la diferencia tiene que meditar. Porque yo creo que Dios ve nuestros esfuerzos cuando tratamos de no contaminarnos, cuando nos esforzamos por ser seres integrales, cuando caminamos la milla extra, cuando luchamos por querer dar testimonio aún cuando muchas veces estamos sujetos a pasiones carnales. Aún cuando experimentamos sentimientos como la ira y cuando pasamos por malos ratos en los que quisiéramos actuar de manera precipitada y tratamos de apaciguarnos porque sabemos que tenemos que actuar como hijos de Dios.
Es hermoso cuando podemos percatarnos de que por más oscura que sea la noche, hay parezca que la luz es poquita, se notará. Que la luz se sobrepone a las tinieblas. Que actuamos con sabiduría y no permitimos que las circunstancias nos saquen de carrera y estorben el crecimiento que el Señor quiere darnos en su presencia y en su servicio. Tal vez hoy tú te sientas como tal vez se pudo haber sentido Samuel en medio de aquellos hijos de Elí. Posiblemente te encuentres dolido o indignado al ver como gente que dicen ser de Dios, actúan contrariamente, pero no puedes permitir que eso te saque de carrera. Porque si te vas a estudiar el libro de 1 Samuel y sigues leyendo verás en el capítulo más adelante, la visitación y la revelación tan tremenda que Dios le da a Samuel porque aún en tiempos en que parece que todo es oscuro, Dios envía gente que son como faros en medio de la tormenta, como estrellas en medio del cielo a través de la noche. Dios trató de manera especial con la vida de este joven, Dios depositó de su unción y sabiduría sobre él. Y también tomó justicia contra los hijos de Elí por toda la maldad que cometieron y aún Elí falleció a causa de la noticia de la muerte de sus hijos.
Tomo prestadas las palabras que Pablo dijo en Filipenses 3:13-14 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. ¿Qué te quiero decir con esto? Que te olvides de lo que esté pasando (no me malinterpretes porque con esto no quiero decir que ignores o le pases la mano al pecado), quiero decir que no permitas que esas cosas tronchen lo bonito que Dios tiene para ti. Extiéndete hacia adelante, deja que Dios ensanche tu territorio a causa de tu buen proceder. Como dice Hebreos 12:1-3 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”. Camina con paciencia esta carrera, no apartes tu mirada de Dios y que nada ni nadie te impidan ser diferente. Sé tú en medio de este mundo que tanto lo necesita, el que ponga la paz, el que lleve la palabra, el que actúe con amor, a quien acudan para encontrar una palabra de consuelo o sabiduría. Sé el instrumento que toque la música conforme a la voluntad de tu buen Director. No te detengas en esta jornada porque como Samuel tú puedes establecer la diferencia donde quiera que vayas.
¿TE GUSTARÍA SER UN SAMUEL EN MEDIO DE ESTOS TIEMPOS?
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/, www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org
“Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino.
… y el joven Samuel crecía delante de Jehová”. (1 Samuel 2:18 y 21)
“El niño Samuel, por su parte, vestido con un efod de lino, seguía sirviendo en la presencia del Señor. …Durante este tiempo, Samuel crecía en la presencia del Señor”. (1 Samuel 2:18 y 21 Biblia Nueva Versión Internacional).
Dando un recorrido por las Sagradas Escrituras, volví a releer la historia de Samuel. Su vida fue un milagro desde sus inicios, ya que Ana clamó fervientemente porque era estéril y Dios le concedió tener a Samuel quien fue dedicado al Señor y quien siempre estuvo al servicio en la casa de Dios. Me es interesante detenerme en estos versículos, porque el capítulo 2 comienza detallando la oración de gratitud que Ana ofrece a Dios y el regocijo que siente porque Dios le concedió la petición tan ansiada de ser madre. Luego del versículo 12 en delante de ese capítulo, se comienza a relatar la perversidad de los hijos de Elí y una profecía contra la familia de Elí.
Cuando comenzamos a leer los episodios que nos narra la historia a través de estos capítulos del libro de Samuel, puede uno observar que desde el principio de los tiempos siempre ha habido personas sin ningún tipo de temor hacia Dios. Este era el caso de los hijos de Elí. Hijos de un sacerdote que hacían lo que les daba la gana y que vivían como mejor les parecía. ¿Qué pasó con Elí qué como padre y sacerdote permitió que esto pasara y no los corrigió? Eso es tema para otro escrito, pero lo que sí es cierto, es que había una nube grande de testigos que estaban observando la maldad y la irreverencia de los hijos de Elí. Y más aún lo que más peso tiene es saber que Dios desde los cielos estaba observando cada cosa que ellos hacían, porque al ser humano se puede lograr engañar, pero a Dios jamás. Él no puede ser burlado.
En aquellos tiempos donde escaseaban las personas con visión espiritual, llama mi atención y aquí es donde quiero concentrarme, un joven llamado Samuel. Estos versículos nos resaltan que pese a que los hijos de Elí actuaban de una manera tan contradictoria y con un proceder tan diferente a lo que debe ser una persona que tiene a Dios en el corazón y que le teme, Samuel seguía sirviendo a Dios y ministrando. Había un crecimiento continuo en su vida. Lo que acontecía a su alrededor no lo detenía de hacer aquella misión para la que había sido llamado aún sin él saberlo todavía. Aunque tal vez hubieran dudas, confusión y preguntas en la vida de Samuel por lo que pasaba a su alrededor, eso no fue pretexto ni excusa para que él dejará de hacer lo bueno ante los ojos de Dios. Porque cuando concentramos nuestra mirada en las cosas que pasan alrededor nuestro podremos encontrar muchas veces desánimo, motivos para querer desistir o renunciar y comenzamos a mirar las faltas de los demás. Y el tiempo y las experiencias me han enseñado que cuando esto pasa, estamos a un paso de detenernos en el camino o de estancarnos. Porque tenemos que tener presente que no podemos permitir que nada ni nadie nos aparten del Señor y del propósito que él tiene en nuestras vidas.
Es tan maravilloso notar que cuando Dios da la inspiración al hombre para que escriba muchas de las cosas que sucedieron en la Biblia, hace que resalten algunos detalles sutiles. El autor se toma el tiempo bajo la inspiración divina de relatar lo que estaba aconteciendo y en medio de ello tomarse una pausa para decir que pese a todo lo que pasaba alrededor de Samuel, él seguía viviendo en la presencia del Señor. Y este es un ejemplo que todos debemos imitar. Que todo aquel cristiano que de verdad quiere hacer la diferencia tiene que meditar. Porque yo creo que Dios ve nuestros esfuerzos cuando tratamos de no contaminarnos, cuando nos esforzamos por ser seres integrales, cuando caminamos la milla extra, cuando luchamos por querer dar testimonio aún cuando muchas veces estamos sujetos a pasiones carnales. Aún cuando experimentamos sentimientos como la ira y cuando pasamos por malos ratos en los que quisiéramos actuar de manera precipitada y tratamos de apaciguarnos porque sabemos que tenemos que actuar como hijos de Dios.
Es hermoso cuando podemos percatarnos de que por más oscura que sea la noche, hay parezca que la luz es poquita, se notará. Que la luz se sobrepone a las tinieblas. Que actuamos con sabiduría y no permitimos que las circunstancias nos saquen de carrera y estorben el crecimiento que el Señor quiere darnos en su presencia y en su servicio. Tal vez hoy tú te sientas como tal vez se pudo haber sentido Samuel en medio de aquellos hijos de Elí. Posiblemente te encuentres dolido o indignado al ver como gente que dicen ser de Dios, actúan contrariamente, pero no puedes permitir que eso te saque de carrera. Porque si te vas a estudiar el libro de 1 Samuel y sigues leyendo verás en el capítulo más adelante, la visitación y la revelación tan tremenda que Dios le da a Samuel porque aún en tiempos en que parece que todo es oscuro, Dios envía gente que son como faros en medio de la tormenta, como estrellas en medio del cielo a través de la noche. Dios trató de manera especial con la vida de este joven, Dios depositó de su unción y sabiduría sobre él. Y también tomó justicia contra los hijos de Elí por toda la maldad que cometieron y aún Elí falleció a causa de la noticia de la muerte de sus hijos.
Tomo prestadas las palabras que Pablo dijo en Filipenses 3:13-14 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. ¿Qué te quiero decir con esto? Que te olvides de lo que esté pasando (no me malinterpretes porque con esto no quiero decir que ignores o le pases la mano al pecado), quiero decir que no permitas que esas cosas tronchen lo bonito que Dios tiene para ti. Extiéndete hacia adelante, deja que Dios ensanche tu territorio a causa de tu buen proceder. Como dice Hebreos 12:1-3 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”. Camina con paciencia esta carrera, no apartes tu mirada de Dios y que nada ni nadie te impidan ser diferente. Sé tú en medio de este mundo que tanto lo necesita, el que ponga la paz, el que lleve la palabra, el que actúe con amor, a quien acudan para encontrar una palabra de consuelo o sabiduría. Sé el instrumento que toque la música conforme a la voluntad de tu buen Director. No te detengas en esta jornada porque como Samuel tú puedes establecer la diferencia donde quiera que vayas.
¿TE GUSTARÍA SER UN SAMUEL EN MEDIO DE ESTOS TIEMPOS?
Autora: Brendaliz Avilés
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miércoles, 25 de noviembre de 2009
Preparate para el Encuentro
PREPÁRATE PARA EL ENCUENTRO
Tú naciste para el amor por eso Dios te dio un corazón,
para que un día lo compartieras sin reservas y fueras feliz.
Cuando Él al hombre creó una compañera le regaló.
No es bueno que el hombre esté solo, eso lo dijo el Creador.
¿Qué te hace pensar que fuiste diseñado para andar solitario?
¿Tus ideas, los demás o las circunstancias del presente?
La espera nunca ha significado ausencia.
El que aún esa persona no haya llegado,
no implica que haya algo malo en ti, es solo que la
persona correcta vera en ti lo que es invisible para las demás.
Hay una persona idónea para ti que te complementará.
Lo que pasa es que te inquietas y eso te desespera
haciendo la espera más larga pierdes el enfoque y llega la desesperanza.
No te martirices pensando que a tu puerta no llegará el amor.
En su momento perfecto traspasará tu alma la mujer o el hombre adecuado.
No te concentres ni pierdas energías entristeciéndote,
eso solo logrará opacar tu luz interior y tu belleza.
Debes estar siempre listo y preparada para cuando llegue ese momento.
Disfruta tu soltería y trata de disfrutar al máximo
todo aquello que puedas aprovechar.
Un día abrirás tus ojos y te darás cuenta de una realidad,
que el día que menos lo imaginabas ese alguien especial,
llegó a tu vida y se instaló.
Porque Dios conoce tu necesidad, pero más que nada tu corazón.
Él tiene cuidado de ti porque eres su obra preciada.
No llores por lo que piensas que no llegará,
porque él y ella están en Sus planes de vida para ti.
No te rindas, sigue luchando, cuida tu corazón,
y prepárate para cuando llegue el encuentro.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
Tú naciste para el amor por eso Dios te dio un corazón,
para que un día lo compartieras sin reservas y fueras feliz.
Cuando Él al hombre creó una compañera le regaló.
No es bueno que el hombre esté solo, eso lo dijo el Creador.
¿Qué te hace pensar que fuiste diseñado para andar solitario?
¿Tus ideas, los demás o las circunstancias del presente?
La espera nunca ha significado ausencia.
El que aún esa persona no haya llegado,
no implica que haya algo malo en ti, es solo que la
persona correcta vera en ti lo que es invisible para las demás.
Hay una persona idónea para ti que te complementará.
Lo que pasa es que te inquietas y eso te desespera
haciendo la espera más larga pierdes el enfoque y llega la desesperanza.
No te martirices pensando que a tu puerta no llegará el amor.
En su momento perfecto traspasará tu alma la mujer o el hombre adecuado.
No te concentres ni pierdas energías entristeciéndote,
eso solo logrará opacar tu luz interior y tu belleza.
Debes estar siempre listo y preparada para cuando llegue ese momento.
Disfruta tu soltería y trata de disfrutar al máximo
todo aquello que puedas aprovechar.
Un día abrirás tus ojos y te darás cuenta de una realidad,
que el día que menos lo imaginabas ese alguien especial,
llegó a tu vida y se instaló.
Porque Dios conoce tu necesidad, pero más que nada tu corazón.
Él tiene cuidado de ti porque eres su obra preciada.
No llores por lo que piensas que no llegará,
porque él y ella están en Sus planes de vida para ti.
No te rindas, sigue luchando, cuida tu corazón,
y prepárate para cuando llegue el encuentro.
Autora: Brendaliz Avilés
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lunes, 23 de noviembre de 2009
Aún No Te Conozco
AÚN NO TE CONOZCO
Aún no he visto tú rostro, por tanto no logro imaginar cómo serás por más que lo intento. Pero eso no me impide saber que estás en algún lugar y que fuiste diseñado para que mi alma se conectara con la tuya. Este es un sentimiento indescriptible porque mi corazón te siente y te presiente pese a que no te conozco. Y aunque a veces intento alejar las esperanzas, más fuerte es esta convicción de tu existencia. ¡Sé que estás cerca! Cómo explicar esto es lo que realmente no logro descifrar. Sin embargo eso no impide que pueda pensar y preguntar, qué estarás haciendo en este preciso momento en que escribo. ¿Estarás mirando el cielo desde la ventana así como yo? ¿Serás consciente de que aquí hay un corazón que aguarda por ti con serenidad y paciencia? Porque hay una sonrisa reservada únicamente para dar la bienvenida al encuentro. Hay unas manos que esperan sujetar las tuyas. Existe una senda que tiene nuestros nombres escritos al final de la meta. El sonido musicaliza todo el ambiente. Dulce armonía que me lleva a cuestionar cuán acorde serás para mí. Cae la tarde, inicia una noche de invierno, quieta, callada y cautelosa. Me inspira imaginarme la luna plateada y llena que un día será testigo silente de nuestro encuentro. ¡Sí mi anhelado bien! Tú llegarás y yo seré para ti. El reloj camina apresurado, pero para los que aman y saben aguardar, el tiempo solo les recuerda cuán cerca esta ese momento. Por eso mientras esperan, suspiran, sueñan, escriben y piensan.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
Aún no he visto tú rostro, por tanto no logro imaginar cómo serás por más que lo intento. Pero eso no me impide saber que estás en algún lugar y que fuiste diseñado para que mi alma se conectara con la tuya. Este es un sentimiento indescriptible porque mi corazón te siente y te presiente pese a que no te conozco. Y aunque a veces intento alejar las esperanzas, más fuerte es esta convicción de tu existencia. ¡Sé que estás cerca! Cómo explicar esto es lo que realmente no logro descifrar. Sin embargo eso no impide que pueda pensar y preguntar, qué estarás haciendo en este preciso momento en que escribo. ¿Estarás mirando el cielo desde la ventana así como yo? ¿Serás consciente de que aquí hay un corazón que aguarda por ti con serenidad y paciencia? Porque hay una sonrisa reservada únicamente para dar la bienvenida al encuentro. Hay unas manos que esperan sujetar las tuyas. Existe una senda que tiene nuestros nombres escritos al final de la meta. El sonido musicaliza todo el ambiente. Dulce armonía que me lleva a cuestionar cuán acorde serás para mí. Cae la tarde, inicia una noche de invierno, quieta, callada y cautelosa. Me inspira imaginarme la luna plateada y llena que un día será testigo silente de nuestro encuentro. ¡Sí mi anhelado bien! Tú llegarás y yo seré para ti. El reloj camina apresurado, pero para los que aman y saben aguardar, el tiempo solo les recuerda cuán cerca esta ese momento. Por eso mientras esperan, suspiran, sueñan, escriben y piensan.
Autora: Brendaliz Avilés
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viernes, 20 de noviembre de 2009
DIECINUEVE AÑOS DE CELEBRACIÓN EN LOS QUE HEMOS VISTO TÚ GLORIA
Diecinueve Años de Celebración en los que Hemos Visto Tú Gloria
Como son las doce de la noche en el momento en que escribo esta reflexión, puedo decirles que hoy es un día muy especial para mi familia y para mí. No es nuestro cumpleaños, tampoco es el aniversario de bodas de mis padres. Pero es especial porque un 20 de noviembre de 1990, Dios llamó a mis padres al ministerio pastoral. Y hay un gozo grande en nuestros corazones porque Dios nos ha dado el privilegio de poder llegar a las vidas a través del poder y de la Palabra de Dios. Hemos sido testigos de su grandeza y de su gloria. Hemos visto que aunque los gigantes se han levantado, Jehová ha ido adelante peleando la batalla y dándonos la victoria. Ha sido un aprendizaje y una vivencia tan profunda que no hay palabras que puedan describir el sentimiento que hay dentro del corazón.
Porque es que uno aprende a amar de manera especial a cada una de las personas que Dios te permite conocer, pastorear y ministrar. Ver sus progresos, compartir sus alegrías y tristezas. Llorar e interceder cuando las pruebas quieren hacerlos sucumbir. Dios es tan real y tan maravilloso. Puso su mirada sobre nosotros como familia. Entre tanta gente que pudo haberlo hecho aún mucho mejor que nosotros, él se plació en escogernos, marcarnos y señalarnos. Y es un privilegio y una responsabilidad muy grande. Y sólo le pedimos a Dios que nos dirija, que nos ayude a mostrar su amor. Que así como él nos hizo a su imagen, podamos ser conforme a su semejanza para que las vidas puedan ser tocadas, restauradas e impactadas.
Recuerdo que yo tenía unos 9 años, cuando papi y mami fueron instalados en la primera Iglesia. Recuerdo que me dieron una parte y canté: “Todo a Cristo yo me rindo con el fin de serle fiel para siempre quiero amarle y agradarle solo a él. Yo me rindo a él, yo me rindo a él. Yo le entrego alma y cuerpo quiero serle fiel…”. Y es mi clamor continuo al Señor vivir una vida rendida ante su presencia y a sus pies. Que cada éxito siempre nos acerque más a él. Que nuestra dependencia a él crezca con cada cosa buena que pase.
A veces los feligreses no tienen idea de la forma en que pueden ser tan queridas y protegidas. Se aman tanto las ovejas, dan tantas sorpresas y satisfacciones. En lo personal y no soy la pastora (así que imagínese mi papá), me gozo cada vez que salgo y me encuentro con niños que ahora son jóvenes. Chicos y chicas que ahora están casados y ocupando lugares de liderato. Ahora algunos son maestros, presidentes de jóvenes, profesionales, padres, madres, cantantes, evangelizan, etc. Entonces pienso y le digo a Dios: “Ha valido la pena cada cosa que hayamos tenido que pasar si tú poder ha sido perfeccionado en nuestras vidas y hemos podido ser siervos a tú servicio.
Por eso hoy mis queridos lectores es un día especial para mi familia y para mí. ¿Qué más puedo decirles? A los pastores y líderes que amen a sus ovejas y las cuiden con el mismo amor que Dios lo hace cada día por ustedes y por nosotros. Que no descuiden el don que hay en ustedes. Que Dios es fiel en cumplir sus promesas y que aunque las cosas parezcan difíciles los llevará a la victoria si son fieles. Que aunque hay lágrimas y muchos momentos difíciles, viene también el gozo y la fortaleza de Dios. No desmayen y mucho menos abandonen. A los que tienen llamado para en algún momento ejercer este bello ministerio, que lo valoren y atesoren. Que no duden y que pidan al Señor siempre sabiduría, unción y más que nada amor. Porque si tienen estás cosas, si aprender a sentir con el corazón de Dios podrán ver muchas cosas que a simple vista no se ven.
A Dios solo le puedo dar infinitas gracias. Estoy tan conmovida de ver como ha sido su trato con nuestras vidas. No deja de maravillarme nunca, su gracia insondable. Él es lo mejor que ha pasado en mi vida y en la de los míos. "Señor aquí esta tú hija con un corazón humillado, agradecido y sin reservas ante ti para que sigas utilizándola. ¡Haznos, oh Señor un reflejo de tu amor! Gracias por todo los que has hecho durante estos 19 años y aún antes donde nos estabas preparando y guardando para lo que venía. Gracias por lo que haces cada día porque es increíble e inexplicable. Gracias por lo que seguirás haciendo porque ha de ser glorioso y hermoso. Danos sabiduría para hacer lo mejor y lo agradabe delante de ti. Hermanos queridos hacia adelante siempre, para atrás ni para coger impulso.
En el amor del Señor,
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
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Como son las doce de la noche en el momento en que escribo esta reflexión, puedo decirles que hoy es un día muy especial para mi familia y para mí. No es nuestro cumpleaños, tampoco es el aniversario de bodas de mis padres. Pero es especial porque un 20 de noviembre de 1990, Dios llamó a mis padres al ministerio pastoral. Y hay un gozo grande en nuestros corazones porque Dios nos ha dado el privilegio de poder llegar a las vidas a través del poder y de la Palabra de Dios. Hemos sido testigos de su grandeza y de su gloria. Hemos visto que aunque los gigantes se han levantado, Jehová ha ido adelante peleando la batalla y dándonos la victoria. Ha sido un aprendizaje y una vivencia tan profunda que no hay palabras que puedan describir el sentimiento que hay dentro del corazón.
Porque es que uno aprende a amar de manera especial a cada una de las personas que Dios te permite conocer, pastorear y ministrar. Ver sus progresos, compartir sus alegrías y tristezas. Llorar e interceder cuando las pruebas quieren hacerlos sucumbir. Dios es tan real y tan maravilloso. Puso su mirada sobre nosotros como familia. Entre tanta gente que pudo haberlo hecho aún mucho mejor que nosotros, él se plació en escogernos, marcarnos y señalarnos. Y es un privilegio y una responsabilidad muy grande. Y sólo le pedimos a Dios que nos dirija, que nos ayude a mostrar su amor. Que así como él nos hizo a su imagen, podamos ser conforme a su semejanza para que las vidas puedan ser tocadas, restauradas e impactadas.
Recuerdo que yo tenía unos 9 años, cuando papi y mami fueron instalados en la primera Iglesia. Recuerdo que me dieron una parte y canté: “Todo a Cristo yo me rindo con el fin de serle fiel para siempre quiero amarle y agradarle solo a él. Yo me rindo a él, yo me rindo a él. Yo le entrego alma y cuerpo quiero serle fiel…”. Y es mi clamor continuo al Señor vivir una vida rendida ante su presencia y a sus pies. Que cada éxito siempre nos acerque más a él. Que nuestra dependencia a él crezca con cada cosa buena que pase.
A veces los feligreses no tienen idea de la forma en que pueden ser tan queridas y protegidas. Se aman tanto las ovejas, dan tantas sorpresas y satisfacciones. En lo personal y no soy la pastora (así que imagínese mi papá), me gozo cada vez que salgo y me encuentro con niños que ahora son jóvenes. Chicos y chicas que ahora están casados y ocupando lugares de liderato. Ahora algunos son maestros, presidentes de jóvenes, profesionales, padres, madres, cantantes, evangelizan, etc. Entonces pienso y le digo a Dios: “Ha valido la pena cada cosa que hayamos tenido que pasar si tú poder ha sido perfeccionado en nuestras vidas y hemos podido ser siervos a tú servicio.
Por eso hoy mis queridos lectores es un día especial para mi familia y para mí. ¿Qué más puedo decirles? A los pastores y líderes que amen a sus ovejas y las cuiden con el mismo amor que Dios lo hace cada día por ustedes y por nosotros. Que no descuiden el don que hay en ustedes. Que Dios es fiel en cumplir sus promesas y que aunque las cosas parezcan difíciles los llevará a la victoria si son fieles. Que aunque hay lágrimas y muchos momentos difíciles, viene también el gozo y la fortaleza de Dios. No desmayen y mucho menos abandonen. A los que tienen llamado para en algún momento ejercer este bello ministerio, que lo valoren y atesoren. Que no duden y que pidan al Señor siempre sabiduría, unción y más que nada amor. Porque si tienen estás cosas, si aprender a sentir con el corazón de Dios podrán ver muchas cosas que a simple vista no se ven.
A Dios solo le puedo dar infinitas gracias. Estoy tan conmovida de ver como ha sido su trato con nuestras vidas. No deja de maravillarme nunca, su gracia insondable. Él es lo mejor que ha pasado en mi vida y en la de los míos. "Señor aquí esta tú hija con un corazón humillado, agradecido y sin reservas ante ti para que sigas utilizándola. ¡Haznos, oh Señor un reflejo de tu amor! Gracias por todo los que has hecho durante estos 19 años y aún antes donde nos estabas preparando y guardando para lo que venía. Gracias por lo que haces cada día porque es increíble e inexplicable. Gracias por lo que seguirás haciendo porque ha de ser glorioso y hermoso. Danos sabiduría para hacer lo mejor y lo agradabe delante de ti. Hermanos queridos hacia adelante siempre, para atrás ni para coger impulso.
En el amor del Señor,
Autora: Brendaliz Avilés
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miércoles, 18 de noviembre de 2009
¡No Dejes de Insistir!
¡NO DEJES DE INSISTIR!
"Les proponía una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desfallecer, diciendo: En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. También había en aquella ciudad una viuda, que acudía a él diciendo: Hazme justicia ante mi adversario. Y durante mucho tiempo no quería. Sin embargo al final se dijo a sí mismo: aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, ya que esta viuda está molestándome, le haré justicia, para que no siga viniendo a importunarme. Concluyó el Señor: Prestad atención a lo que dice el juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos que claman a El día y noche, y les hará esperar? Os aseguro que les hará justicia sin tardanza. ¿Pero cuando venga el Hijo del Hombre, acaso encontrará fe sobre la tierra?"
(San Lucas 18:1-8).
Insistir es igual a “instar reiteradamente. Persistir o mantenerse firme en una cosa. Repetir o hacer hincapié en algo” (WordReference.com). Muchas personas que han logrado el éxito lo deben en gran parte a la tenacidad que tuvieron para mantenerse en pie de lucha cuando era más fácil rendirse o dejarse llevar por la corriente. En lo personal me gusta mucho esta parábola que hace Jesucristo cuando estuvo aquí en la tierra. Me admira Jesús porque tenía un estilo único, con gracia, sutilidad, elegancia y veracidad entre muchas otras cosas. Con toda su sabiduría y sencillez, siempre fue profundo utilizando ejemplos prácticos que la gente pudiera asimilar y aplicar a su vida diaria sin muchas complicaciones. Él sabía muy bien que la gente recuerda con más exactitud lo que puede asimilar con ejemplos concretos que con muchas palabrerías.
Hoy deseo concentrarme en la necesidad de no desfallecer. Muchas veces nos debilitamos, decaemos y suceden cosas que agravan nuestro interior haciendo o produciendo en nosotros el deseo de flaquear. Pero lo que marca la diferencia, hace el cambio y divide a algunos del “montón”, es precisamente ese margen de insistir o escoger la decisión de abandonar. Creo que así como la viuda que ilustra esta parábola, habemos muchas personas. La clave es no dejarse llevar por las circunstancias, no permitir que ellas nos cambien, sino que nosotros las cambiemos a ellas. Aquella viuda solo pedía algo, ella quería justicia. ¡Cuántas veces hemos sentido que la justicia no nos llega! Es entonces cuando nos desesperanzamos, pero aquella mujer era determinada, por ende seguía insistiendo. Porque lo que Jesús quería mostrar era que ella tenía la convicción de que si persistía, lograría resultados.
Hay personas que al primer o segundo intento, desisten, abandonan, fracasan. Pero quien aspira al éxito y a la excelencia; quien busca resultados óptimos, sabe que hay que seguir intentando. Procederé a relatarles brevemente una experiencia que tuve hace algún tiempo. Por dos ocasiones en situaciones diferentes le pedí a una persona que consideré un siervo de Dios que me ayudará a orar por una petición que tengo delante de Dios. Una petición que es importante, una petición de la cual el Señor en sinnúmero de ocasiones me ha dicho que confíe y espere porque en su tiempo será contestada. Yo no digo que aquel hombre no haya sido un siervo de Dios, tampoco digo que sus intenciones no eran buenas. Pero hay momentos en que si nos desenfocamos de nuestra mirada en el Señor, las personas nos pueden confundir seriamente. Porque en esos momentos en que nos desesperamos, podemos actuar con una ligereza de la cual, si no estamos pendientes nos puede servir de piedra de tropiezo.
La segunda vez que le pedí a esta persona que orará con ese propósito por mí, me dijo, que tal vez, yo debía dejar que esa petición muriera. Dijo otras cosas más, pero en resumidas cuentas el punto era ese. Fue entonces cuando me sentí en una confusión profunda, en verdad mi corazón se entristeció porque dije: “Señor si tú sabes que esto ha sido y es importante para mí. Si tú me has hablado de que esa petición está en tú presencia. Este hombre me está pidiendo algo que es como decirme que deje de respirar. Esto no puede ser así, algo muy dentro de mí me dice que siga insistiendo”. Recuerdo que se lo comenté a un amigo y el me dijo que así fuera el predicador o la persona más prominente uno nunca debía dejar de insistir si dentro de tú corazón tú sabes que Dios tiene propósito con esa petición. Ayer en la tarde platicaba con Dios mientras estaba buscando algo en un centro comercial. Y le decía Dios, (porque a veces la duda quiere sutilmente introducirse para causar estragos cuando no vemos resultados), “Señor, será que quieres que deje de orar por esa petición. Entonces me acerqué a la sección de libros de la tienda y me llamó mucho la atención un libro que se titulaba algo así como: No Deje de Insistir. Entonces dije: ¡Sí mi Dios ya entendí lo que me quieres decir, está tan claro como el agua! He de seguir insistiendo y confiando”.
Jesús dijo que aquella viuda encontró justicia, pero más aún, quiso dejar ver con esta parábola la fidelidad de nuestro Padre Celestial. Es desafiante e interesante cuando ante aquella multitud pregunta: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Y con esas preguntas contundentes dejó a su audiencia pensativa. Estoy segura que toda aquella gente entendió lo que él quiso decirles. Y esta es la misma pregunta que continuamente Dios nos hace. ¿Estamos confiando en él? ¿Estaremos esperando su respuesta en su tiempo perfecto? Porque lo que sucede es que su cronómetro y su reloj no son iguales al nuestro, pero de ninguna manera eso significa que se ha olvidado de nuestras oraciones y deseos.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
"Les proponía una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desfallecer, diciendo: En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. También había en aquella ciudad una viuda, que acudía a él diciendo: Hazme justicia ante mi adversario. Y durante mucho tiempo no quería. Sin embargo al final se dijo a sí mismo: aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, ya que esta viuda está molestándome, le haré justicia, para que no siga viniendo a importunarme. Concluyó el Señor: Prestad atención a lo que dice el juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos que claman a El día y noche, y les hará esperar? Os aseguro que les hará justicia sin tardanza. ¿Pero cuando venga el Hijo del Hombre, acaso encontrará fe sobre la tierra?"
(San Lucas 18:1-8).
Insistir es igual a “instar reiteradamente. Persistir o mantenerse firme en una cosa. Repetir o hacer hincapié en algo” (WordReference.com). Muchas personas que han logrado el éxito lo deben en gran parte a la tenacidad que tuvieron para mantenerse en pie de lucha cuando era más fácil rendirse o dejarse llevar por la corriente. En lo personal me gusta mucho esta parábola que hace Jesucristo cuando estuvo aquí en la tierra. Me admira Jesús porque tenía un estilo único, con gracia, sutilidad, elegancia y veracidad entre muchas otras cosas. Con toda su sabiduría y sencillez, siempre fue profundo utilizando ejemplos prácticos que la gente pudiera asimilar y aplicar a su vida diaria sin muchas complicaciones. Él sabía muy bien que la gente recuerda con más exactitud lo que puede asimilar con ejemplos concretos que con muchas palabrerías.
Hoy deseo concentrarme en la necesidad de no desfallecer. Muchas veces nos debilitamos, decaemos y suceden cosas que agravan nuestro interior haciendo o produciendo en nosotros el deseo de flaquear. Pero lo que marca la diferencia, hace el cambio y divide a algunos del “montón”, es precisamente ese margen de insistir o escoger la decisión de abandonar. Creo que así como la viuda que ilustra esta parábola, habemos muchas personas. La clave es no dejarse llevar por las circunstancias, no permitir que ellas nos cambien, sino que nosotros las cambiemos a ellas. Aquella viuda solo pedía algo, ella quería justicia. ¡Cuántas veces hemos sentido que la justicia no nos llega! Es entonces cuando nos desesperanzamos, pero aquella mujer era determinada, por ende seguía insistiendo. Porque lo que Jesús quería mostrar era que ella tenía la convicción de que si persistía, lograría resultados.
Hay personas que al primer o segundo intento, desisten, abandonan, fracasan. Pero quien aspira al éxito y a la excelencia; quien busca resultados óptimos, sabe que hay que seguir intentando. Procederé a relatarles brevemente una experiencia que tuve hace algún tiempo. Por dos ocasiones en situaciones diferentes le pedí a una persona que consideré un siervo de Dios que me ayudará a orar por una petición que tengo delante de Dios. Una petición que es importante, una petición de la cual el Señor en sinnúmero de ocasiones me ha dicho que confíe y espere porque en su tiempo será contestada. Yo no digo que aquel hombre no haya sido un siervo de Dios, tampoco digo que sus intenciones no eran buenas. Pero hay momentos en que si nos desenfocamos de nuestra mirada en el Señor, las personas nos pueden confundir seriamente. Porque en esos momentos en que nos desesperamos, podemos actuar con una ligereza de la cual, si no estamos pendientes nos puede servir de piedra de tropiezo.
La segunda vez que le pedí a esta persona que orará con ese propósito por mí, me dijo, que tal vez, yo debía dejar que esa petición muriera. Dijo otras cosas más, pero en resumidas cuentas el punto era ese. Fue entonces cuando me sentí en una confusión profunda, en verdad mi corazón se entristeció porque dije: “Señor si tú sabes que esto ha sido y es importante para mí. Si tú me has hablado de que esa petición está en tú presencia. Este hombre me está pidiendo algo que es como decirme que deje de respirar. Esto no puede ser así, algo muy dentro de mí me dice que siga insistiendo”. Recuerdo que se lo comenté a un amigo y el me dijo que así fuera el predicador o la persona más prominente uno nunca debía dejar de insistir si dentro de tú corazón tú sabes que Dios tiene propósito con esa petición. Ayer en la tarde platicaba con Dios mientras estaba buscando algo en un centro comercial. Y le decía Dios, (porque a veces la duda quiere sutilmente introducirse para causar estragos cuando no vemos resultados), “Señor, será que quieres que deje de orar por esa petición. Entonces me acerqué a la sección de libros de la tienda y me llamó mucho la atención un libro que se titulaba algo así como: No Deje de Insistir. Entonces dije: ¡Sí mi Dios ya entendí lo que me quieres decir, está tan claro como el agua! He de seguir insistiendo y confiando”.
Jesús dijo que aquella viuda encontró justicia, pero más aún, quiso dejar ver con esta parábola la fidelidad de nuestro Padre Celestial. Es desafiante e interesante cuando ante aquella multitud pregunta: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Y con esas preguntas contundentes dejó a su audiencia pensativa. Estoy segura que toda aquella gente entendió lo que él quiso decirles. Y esta es la misma pregunta que continuamente Dios nos hace. ¿Estamos confiando en él? ¿Estaremos esperando su respuesta en su tiempo perfecto? Porque lo que sucede es que su cronómetro y su reloj no son iguales al nuestro, pero de ninguna manera eso significa que se ha olvidado de nuestras oraciones y deseos.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
lunes, 16 de noviembre de 2009
La Familia
La Familia
La familia es un tesoro muy valioso.
Un regalo de amor que Dios nos dio.
Es un vínculo estrecho, un lazo que se ata en cada uno de los miembros que forman parte de ese núcleo especial.
Unida por la línea de la sangre o la línea del corazón.
La familia es una puerta abierta por donde puedas pasar a refugiarte en momentos donde sientes que no puedes más. Es un corazón que se abre receptivo para consolarte y que siempre está dispuesto a mediar y perdonar.
Cuando tienes una familia, tienes identidad y sabes que no estás solitario por el mundo y que siempre habrá alguien con el que te puedas identificar. Cuídala, valórala, ámala, respétala. Aliméntala con detalles y cuidados. No permitas que cual planta se seque. Abónala con cariño. Toma tiempo para compartir con ella. Cultiva el diálogo y deja que se alimente de la confianza.
La familia es importante, Dios la instituyó y viven siempre cerca de su corazón. Por tanto, no menosprecies el valor y la importancia que cada miembro de tu familia debe ocupar en tus pensamientos y en tu alma.
Autora: Brendaliz Avilés
La familia es un tesoro muy valioso.
Un regalo de amor que Dios nos dio.
Es un vínculo estrecho, un lazo que se ata en cada uno de los miembros que forman parte de ese núcleo especial.
Unida por la línea de la sangre o la línea del corazón.
La familia es una puerta abierta por donde puedas pasar a refugiarte en momentos donde sientes que no puedes más. Es un corazón que se abre receptivo para consolarte y que siempre está dispuesto a mediar y perdonar.
Cuando tienes una familia, tienes identidad y sabes que no estás solitario por el mundo y que siempre habrá alguien con el que te puedas identificar. Cuídala, valórala, ámala, respétala. Aliméntala con detalles y cuidados. No permitas que cual planta se seque. Abónala con cariño. Toma tiempo para compartir con ella. Cultiva el diálogo y deja que se alimente de la confianza.
La familia es importante, Dios la instituyó y viven siempre cerca de su corazón. Por tanto, no menosprecies el valor y la importancia que cada miembro de tu familia debe ocupar en tus pensamientos y en tu alma.
Autora: Brendaliz Avilés
viernes, 13 de noviembre de 2009
Feliz Cumpleaños Patty
Querida Patty:
Lo primero que tengo que decir es Feliz Cumpleaños Amiga mía. Que aunque nos separa una distancia nos une el corazón y el amor que sentimos hacia Dios. Hoy cumples un año más de vida y doy a Dios tantas gracias por ti. Solo Dios sabe cuánto me hubiera estado estar cerca de ti en este día tan especial para ti. Seguramente hubiéramos platicado mucho y te hubiera llevado a comer a algún lugar, porque cada vez que cumplimos un año, estamos celebrando la oportunidad de vivir y de respirar.
Quiero aprovechar esta ocasión para darte las gracias por tu hermosa y valiosa amistad. Aunque a veces lo dudes, eres muy importante para mí. Ocupas un lugar en mi corazón. Gracias por siempre estar dispuesta a ayudarme cuando he solicitado tú ayuda. Por escucharme y por confiar en mí. Yo pido a papito Dios que siempre te acompañe, te bendiga, te ayude y te fortalezca. Que nunca desmayes aún cuando muchas veces sientas el corazón destrozado y veas tus metas y sueños como algo lejano. Yo sé que Dios te ha dado un talento hermoso de escribir y sé que muchas vidas están siendo bendecidas a través de esos escritos que Dios te inspira a redactar.
Deseo que este día te puedas ver bajo es espejo de Dios para que puedas descubrir cuán hermosa y estimada eres a sus ojos. Porque él no te ve como te ves tú misma o los demás. El ve más allá de lo que te imaginas y también sabe lo qué puedes dar. Quiero que recibas un regalo especial de él. Independientemente de lo que pase en tu día, quiero que recibas su visitación. Que recibas más de su presencia y nuevas fuerzas para continuar adelante. Tú no estás sola porque el siempre te ha acompañado. Cuando has visto un solo par de huellas en tu caminar, es porque Cristo te ha llevado en sus brazos. Sigue siempre adelante, nunca te rindas. Camina con seguridad y creele siempre a Dios. Jehova cumplirá su propósito en ti. Deseo que así como a Jabes, Jehová ensanche tu territorio, te haga crecer, te de sabiduría y gracia, y que te guarde de toda contaminación.
Te quiero un montón. Cuentas con mi apoyo. Y una vez más Happy Birthday my Friend!
Con todo mi cariño,
Brendaliz
Lo primero que tengo que decir es Feliz Cumpleaños Amiga mía. Que aunque nos separa una distancia nos une el corazón y el amor que sentimos hacia Dios. Hoy cumples un año más de vida y doy a Dios tantas gracias por ti. Solo Dios sabe cuánto me hubiera estado estar cerca de ti en este día tan especial para ti. Seguramente hubiéramos platicado mucho y te hubiera llevado a comer a algún lugar, porque cada vez que cumplimos un año, estamos celebrando la oportunidad de vivir y de respirar.
Quiero aprovechar esta ocasión para darte las gracias por tu hermosa y valiosa amistad. Aunque a veces lo dudes, eres muy importante para mí. Ocupas un lugar en mi corazón. Gracias por siempre estar dispuesta a ayudarme cuando he solicitado tú ayuda. Por escucharme y por confiar en mí. Yo pido a papito Dios que siempre te acompañe, te bendiga, te ayude y te fortalezca. Que nunca desmayes aún cuando muchas veces sientas el corazón destrozado y veas tus metas y sueños como algo lejano. Yo sé que Dios te ha dado un talento hermoso de escribir y sé que muchas vidas están siendo bendecidas a través de esos escritos que Dios te inspira a redactar.
Deseo que este día te puedas ver bajo es espejo de Dios para que puedas descubrir cuán hermosa y estimada eres a sus ojos. Porque él no te ve como te ves tú misma o los demás. El ve más allá de lo que te imaginas y también sabe lo qué puedes dar. Quiero que recibas un regalo especial de él. Independientemente de lo que pase en tu día, quiero que recibas su visitación. Que recibas más de su presencia y nuevas fuerzas para continuar adelante. Tú no estás sola porque el siempre te ha acompañado. Cuando has visto un solo par de huellas en tu caminar, es porque Cristo te ha llevado en sus brazos. Sigue siempre adelante, nunca te rindas. Camina con seguridad y creele siempre a Dios. Jehova cumplirá su propósito en ti. Deseo que así como a Jabes, Jehová ensanche tu territorio, te haga crecer, te de sabiduría y gracia, y que te guarde de toda contaminación.
Te quiero un montón. Cuentas con mi apoyo. Y una vez más Happy Birthday my Friend!
Con todo mi cariño,
Brendaliz
jueves, 12 de noviembre de 2009
Perfeccionándome en Tú Debilidad
PERFECCIONÁNDOME EN TÚ DEBILIDAD
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.
(1 Corintios 12:9 Versión Reina Valera 1960)
Hoy escribo para todos ustedes con lágrimas en mis ojos, pero con la fortaleza y serenidad que solo Dios puede dar. Aunque planifiqué que este fuera un día súper maravilloso y hermoso, no siempre las cosas salen como quisiéramos. Y aunque muchas veces eso nos entristece, no nos debe desanimar. Porque la vida está llena de momentos de todo tipo y tenemos que experimentarlos y tratar de aprender aunque en ocasiones no le encontremos sentido.
Siempre me he caracterizado por ser una persona muy sincera. Trato de ser lo más transparente posible en todo. Es por eso que mis escritos tienen parte de mi corazón. En ellos siempre encontrarás plasmados vivencias, cosas que siento y pienso, creo, etc. Hay muchas personas que temen abrir su corazón y relatar sus tristezas, experiencias o temores más profundos, sin embargo, yo quiero compartir con ustedes desde mis alegrías más inmensas hasta mis momentos de abatimiento. Desde mi fe y convicciones más fervientes hasta los momentos en que parece que no hay salida. ¿Por qué lo hago? Porque sería hipócrita de mi parte mostrarles un “mundo ideal” que no existe. Y porque estoy convenida de que así como el salmista David escribió muchos de sus mejores salmos en momentos de angustia y hoy día esos salmos nos alientan y fortalecen; de la misma manera estos escritos pueden traer bendición y bálsamo a muchas de las vidas que los leen.
Ciertamente la vida es dura, no siempre parece justa. Pero Dios sigue estando presente. La vida te da golpes bajos y a veces en el suelo tratas de seguir luchando, pero aunque sientas que estás luchando en el suelo, puedes dar golpes desde el piso y ganar la batalla. De eso se compone la vida, de subidas y bajadas. De momentos gloriosos, pero también de momentos en que exclamamos: “Señor si es posible pasa de mí esta copa”. Pero cuando decimos estás palabras, recordamos lo que el mismo Jesucristo dijo: “pero no se haga conforme a mi voluntad, sino a la tuya”. Y como dice Romanos 8:28-39, sabemos que nada nos podrá apartar del amor de nuestro Señor.
Hace unos días mi tía Rossie me escribió un email diciendo algo que me gusto tanto que hoy quiero compartirlo con ustedes haciendo mis propias reflexiones y conclusiones porque compete a lo que le he dicho anteriormente. Son tantas las veces que hemos escuchado hablar y que hemos repetido este texto: “Bástate de mi gracia porque mi poder se perfecciona en tu debilidad”. Estás fueron las palabras que Dios le contestó a Pablo después de haber pedido tres veces que fuera quitado de su vida un aguijón que le afligía en la carne. Pero pocas veces nos detenemos a pensar (decía mi tía) en cómo se sentía el apóstol Pablo y por qué razón tuvo Dios que decirle que se bastara de su gracia y que en medio de su debilidad sería perfeccionado.
Si damos una reversa a la historia, observaremos que cuando Pablo aceptó a Jesucristo, cuando tuvo ese encuentro maravilloso con Dios en Damasco, Dios le hizo advertencia de que sufriría a causa de su nombre. De hecho Pablo mismo había hecho sufrir en su vida religiosa pero sin Cristo, a muchos cristianos. A él le tocaría experimentar mucho más aún. Cuando observamos a Pablo a través de las escrituras vemos a un hombre independiente, con la autoestima alta, muy seguro de sí mismo y de a quién le servía. Sus convicciones eran profundas y su fe (una vez conoció a Jesús) inquebrantable. Pero en este momento vemos una escena en la que Pablo escribe o diserta sobre un tema profundo y con sinceridad expresa de una lucha que está teniendo con su carne. Pudo haber sido una enfermedad, la Biblia no específica. Lo cierto es que me parece que Pablo se sentía tan agobiado como muchas veces nos sentimos tú y yo. Porque a veces nos sentimos tan cargados por las cosas que nos acontecen en la vida que perdemos por un momento el centro. Nuestro centro que es Jesucristo.
Yo te pregunto, ¿con qué aguijón estás lidiando el día de hoy? ¿Cuál es ese problema que parece consumir tus fuerzas? ¿Qué es lo que te roba la paz y quiere hacer que pierdas la esperanza? ¿Qué es eso que te molesta tanto que te hace pensar que Dios no te escucha y que tampoco está cerca de ti? ¿Qué es lo que te desestabiliza a tal manera que sientes que vas a perder la calma o la cordura? ¡Sí! Te lo pregunto porque sé que aunque amas al Señor no estás exento de en ocasiones sentirte así, desesperado y sin salida. Porque aunque hay muchas personas que quieren idealizarlo todo y aparentar que para ser espiritual no puedes expresar nada, tú sabes muy dentro de tú corazón que lo que te digo es cierto. ¿Cuántas veces te has preguntado, Dios será verdad que existes? ¿Por qué me pasa esto a mí? Sin embargo y a pesar de ese dolor tan grande que sentía Pablo, recibió una respuesta maravillosa de Dios. Una respuesta con la que nos podemos identificar y encontrar paz y seguridad. “Bástate de mi gracia”. Y la gracia es ese favor inmerecido que nos concede Dios todos los días. Es esa ayuda y regalo que Dios nos confiere continuamente, es ese soporte del gran Yo Soy. “Porque mi poder se perfecciona en tú debilidad”. Podemos ver el poder de Dios actuando en nuestras vidas día tras día. Podemos sentir cómo nos da fuerzas cuando muchas veces creemos que ya no podremos más.
Pero si hay un versículo que me guste es el que le sigue al texto que he utilizado el día de hoy. Es que me fascina la forma en que Pablo dice en el siguiente versículo: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (1 Corintios 12:10). Es tan contundente, valiente, sabia y segura la respuesta que da Pablo. Ya me parece imaginar a Pablo diciendo para sus adentros: “Sí, estoy sufriendo, me duele este momento que estoy pasando. Sí, a veces siento que no podré más, pero aún con todo y eso puedo gozarme en medio de cualquier situación que esté pasando. Esto porque el amor que siento hacia Dios es más grande que toda tribulación momentánea y no lo hacen cambiar las congojas ni aflicciones de mi vida. Porque estoy seguro que no existe ninguna situación que amerite que me enoje o que dude de la fidelidad que Dios ha tenido para conmigo. Y pese a todo, puedo gloriarme de una cosa que sé porque Dios me ama y yo lo amo a él. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. Porque mayor es él que está en mí. Porque a medida que va menguando mi yo, va acrecentándose más en mi vida el poder y la imagen de mi Señor.
Hoy te invito a que declares al igual que yo las palabras de Pablo. A que dejes que ese Santo Espíritu de Dios obre en tú corazón y a que confieses dos cosas: que el poder de Dios se perfecciona en ti y que cuando más débil te sientes y eres fuerte en él.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
www.DevocionalDiario.com
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.
(1 Corintios 12:9 Versión Reina Valera 1960)
Hoy escribo para todos ustedes con lágrimas en mis ojos, pero con la fortaleza y serenidad que solo Dios puede dar. Aunque planifiqué que este fuera un día súper maravilloso y hermoso, no siempre las cosas salen como quisiéramos. Y aunque muchas veces eso nos entristece, no nos debe desanimar. Porque la vida está llena de momentos de todo tipo y tenemos que experimentarlos y tratar de aprender aunque en ocasiones no le encontremos sentido.
Siempre me he caracterizado por ser una persona muy sincera. Trato de ser lo más transparente posible en todo. Es por eso que mis escritos tienen parte de mi corazón. En ellos siempre encontrarás plasmados vivencias, cosas que siento y pienso, creo, etc. Hay muchas personas que temen abrir su corazón y relatar sus tristezas, experiencias o temores más profundos, sin embargo, yo quiero compartir con ustedes desde mis alegrías más inmensas hasta mis momentos de abatimiento. Desde mi fe y convicciones más fervientes hasta los momentos en que parece que no hay salida. ¿Por qué lo hago? Porque sería hipócrita de mi parte mostrarles un “mundo ideal” que no existe. Y porque estoy convenida de que así como el salmista David escribió muchos de sus mejores salmos en momentos de angustia y hoy día esos salmos nos alientan y fortalecen; de la misma manera estos escritos pueden traer bendición y bálsamo a muchas de las vidas que los leen.
Ciertamente la vida es dura, no siempre parece justa. Pero Dios sigue estando presente. La vida te da golpes bajos y a veces en el suelo tratas de seguir luchando, pero aunque sientas que estás luchando en el suelo, puedes dar golpes desde el piso y ganar la batalla. De eso se compone la vida, de subidas y bajadas. De momentos gloriosos, pero también de momentos en que exclamamos: “Señor si es posible pasa de mí esta copa”. Pero cuando decimos estás palabras, recordamos lo que el mismo Jesucristo dijo: “pero no se haga conforme a mi voluntad, sino a la tuya”. Y como dice Romanos 8:28-39, sabemos que nada nos podrá apartar del amor de nuestro Señor.
Hace unos días mi tía Rossie me escribió un email diciendo algo que me gusto tanto que hoy quiero compartirlo con ustedes haciendo mis propias reflexiones y conclusiones porque compete a lo que le he dicho anteriormente. Son tantas las veces que hemos escuchado hablar y que hemos repetido este texto: “Bástate de mi gracia porque mi poder se perfecciona en tu debilidad”. Estás fueron las palabras que Dios le contestó a Pablo después de haber pedido tres veces que fuera quitado de su vida un aguijón que le afligía en la carne. Pero pocas veces nos detenemos a pensar (decía mi tía) en cómo se sentía el apóstol Pablo y por qué razón tuvo Dios que decirle que se bastara de su gracia y que en medio de su debilidad sería perfeccionado.
Si damos una reversa a la historia, observaremos que cuando Pablo aceptó a Jesucristo, cuando tuvo ese encuentro maravilloso con Dios en Damasco, Dios le hizo advertencia de que sufriría a causa de su nombre. De hecho Pablo mismo había hecho sufrir en su vida religiosa pero sin Cristo, a muchos cristianos. A él le tocaría experimentar mucho más aún. Cuando observamos a Pablo a través de las escrituras vemos a un hombre independiente, con la autoestima alta, muy seguro de sí mismo y de a quién le servía. Sus convicciones eran profundas y su fe (una vez conoció a Jesús) inquebrantable. Pero en este momento vemos una escena en la que Pablo escribe o diserta sobre un tema profundo y con sinceridad expresa de una lucha que está teniendo con su carne. Pudo haber sido una enfermedad, la Biblia no específica. Lo cierto es que me parece que Pablo se sentía tan agobiado como muchas veces nos sentimos tú y yo. Porque a veces nos sentimos tan cargados por las cosas que nos acontecen en la vida que perdemos por un momento el centro. Nuestro centro que es Jesucristo.
Yo te pregunto, ¿con qué aguijón estás lidiando el día de hoy? ¿Cuál es ese problema que parece consumir tus fuerzas? ¿Qué es lo que te roba la paz y quiere hacer que pierdas la esperanza? ¿Qué es eso que te molesta tanto que te hace pensar que Dios no te escucha y que tampoco está cerca de ti? ¿Qué es lo que te desestabiliza a tal manera que sientes que vas a perder la calma o la cordura? ¡Sí! Te lo pregunto porque sé que aunque amas al Señor no estás exento de en ocasiones sentirte así, desesperado y sin salida. Porque aunque hay muchas personas que quieren idealizarlo todo y aparentar que para ser espiritual no puedes expresar nada, tú sabes muy dentro de tú corazón que lo que te digo es cierto. ¿Cuántas veces te has preguntado, Dios será verdad que existes? ¿Por qué me pasa esto a mí? Sin embargo y a pesar de ese dolor tan grande que sentía Pablo, recibió una respuesta maravillosa de Dios. Una respuesta con la que nos podemos identificar y encontrar paz y seguridad. “Bástate de mi gracia”. Y la gracia es ese favor inmerecido que nos concede Dios todos los días. Es esa ayuda y regalo que Dios nos confiere continuamente, es ese soporte del gran Yo Soy. “Porque mi poder se perfecciona en tú debilidad”. Podemos ver el poder de Dios actuando en nuestras vidas día tras día. Podemos sentir cómo nos da fuerzas cuando muchas veces creemos que ya no podremos más.
Pero si hay un versículo que me guste es el que le sigue al texto que he utilizado el día de hoy. Es que me fascina la forma en que Pablo dice en el siguiente versículo: “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (1 Corintios 12:10). Es tan contundente, valiente, sabia y segura la respuesta que da Pablo. Ya me parece imaginar a Pablo diciendo para sus adentros: “Sí, estoy sufriendo, me duele este momento que estoy pasando. Sí, a veces siento que no podré más, pero aún con todo y eso puedo gozarme en medio de cualquier situación que esté pasando. Esto porque el amor que siento hacia Dios es más grande que toda tribulación momentánea y no lo hacen cambiar las congojas ni aflicciones de mi vida. Porque estoy seguro que no existe ninguna situación que amerite que me enoje o que dude de la fidelidad que Dios ha tenido para conmigo. Y pese a todo, puedo gloriarme de una cosa que sé porque Dios me ama y yo lo amo a él. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. Porque mayor es él que está en mí. Porque a medida que va menguando mi yo, va acrecentándose más en mi vida el poder y la imagen de mi Señor.
Hoy te invito a que declares al igual que yo las palabras de Pablo. A que dejes que ese Santo Espíritu de Dios obre en tú corazón y a que confieses dos cosas: que el poder de Dios se perfecciona en ti y que cuando más débil te sientes y eres fuerte en él.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
www.DevocionalDiario.com
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Tú Amor
Tú Amor
Tú amor es inconfundible,
imposible de imitar,
difícil de comparar.
Trasciende los corazones y
los llena de completa paz.
Tú amor es el más bello regalo
que en este mundo se pueda recibir.
Es eterno e imperecedero,
arde muy dentro de mi pecho.
Más grade que el océano e
infinito como el cielo.
Tan cercano y accesible
que sorprende y envuelve.
Tú amor tan tierno y sublime
que un día me alcanzó.
Esa gracia acogedora me recogió,
me restauró y me abrazo.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
Tú amor es inconfundible,
imposible de imitar,
difícil de comparar.
Trasciende los corazones y
los llena de completa paz.
Tú amor es el más bello regalo
que en este mundo se pueda recibir.
Es eterno e imperecedero,
arde muy dentro de mi pecho.
Más grade que el océano e
infinito como el cielo.
Tan cercano y accesible
que sorprende y envuelve.
Tú amor tan tierno y sublime
que un día me alcanzó.
Esa gracia acogedora me recogió,
me restauró y me abrazo.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
viernes, 6 de noviembre de 2009
LENGUAJE DE FE
Lenguaje de Fe
Con el transcurrir del tiempo, todos, unos más que otros, atravesamos diferentes tipos de situaciones. Muchas de las pruebas que tenemos que atravesar en ocasiones hacen que nuestra fe quiera tambalearse. Pero una parte importante que cada cristiano debe fomentar, ejercitar y estar consciente es que cada día que pasa nuestra fe debe ir en crecimiento. La Biblia dice que la fe es parecida a una semilla de mostaza. Comienza pequeñita, pero a medida que nos acercamos a Dios y comenzamos a tener experiencias con él, se supone que esa fe vaya en aumento.
Anoche cuando me acosté, meditaba en tantas cosas, de tal manera que tuve que volver a levantarme y tomar notas que quiero compartir con ustedes y que espero sea de bendición a sus vidas, tanto como han sido de bendición a la mía. Nuestro lenguaje normal y humano puede ser transformado por uno divino, cuando tomamos la autoridad de Dios. Cuando renovamos la forma en que hablamos y pensamos. Cuando confesamos cosas contrarias aún cuando todo parezca adverso y en nuestra contra. De hecho eso es la fe, llamar las cosas que no son como si fuesen. Creer aunque no veas nada. Pero ojo, no estoy hablando de una “súper fe”, donde las personas pretenden manejar a Dios a su antojo, ni mucho menos, algo que pasa a convertirse en una utopía, saliéndose de la realidad. Yo estoy hablando de ejemplos concretos que vemos a través de las Escrituras en las que hombres y mujeres de Dios, lograron sobreponerse a las circunstancias adversas y experimentaron la gloria de Dios en sus vidas.
He aquí algunos ejemplos:
Ante un cojo que pedía limosna y no teniendo nada de dinero, Pedro dijo: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”. (Hechos 3:1-11).
Pablo hablándole a los corintios decía… “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. (2 Corintios 12:5-11).
El padre de un muchacho que estaba mudo y atado exclamó en medio de su situación lo siguiente cuando… “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad”. (Marcos 9:13-27).
Job un caballero y héroe de la fe, le pasaron un sinnúmero de cosas que parecían increíbles. Tuvo perdidas materiales y de seres queridos, no obstante la Biblia relata que cuando vinieron a darle esas noticias devastadoras, aún así actuó y pronunció lo que aquí les muestro: “Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”. (Job 1:20-21).
Un profeta llamado Habacuc manifestó su confianza en Dios emitiendo la siguiente declaración: “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”. (Habacuc 3:17-19).
Rahab siendo una ramera encontró la salvación para ella y su familia atreviéndose a ayudar a unos siervos del Señor, testificando y confesando lo siguiente: “…porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra”. (Josué 2:11).
En el libro de Daniel, capítulo 3 se relata la historia de tres jóvenes hebreos que no se intimidaron ante la persecución ni el peligro de muerte, dándonos cátedra de lo que es tener fidelidad ante Dios. Sus palabras fueron las siguientes: “Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”. (Daniel 3:16-18).
Hubo un momento en que Daniel no habló, pero sus acciones dijeron mucho. Observemos y meditemos en esto: “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. Hasta el rey Nabucodonosor conocía que Daniel servía a un Dios que era real por lo que miren lo que sucedió… “El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios. (Para más detalles leer Daniel 6 completo).
Pablo dijo: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos”. (2 Corintios 4:7-10). Y también pudo con certeza exclamar estas palabras: “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. (Filipenses 1:6).
Fe en acción y confianza en quien servía, fue la que tuvo David cuando se enfrentó al gigante Goliat. Con aproximadamente unos 17 años, cinco piedras, pero con todo el poder, la unción y fortaleza de Dios pronunció: “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”. (1 Samuel 17:45-47).
Son tantos y tantos los que en el momento difícil no se amedrentaron, que si comienzo a mencionarlos, no termino. Estos hombres y mujeres tenían algo que los asemejaba y los distinguía aún en medio de multitudes. No era su fortaleza, ni inteligencia, tampoco eran sus influencias, mucho menos que fueran mejores que tú y que yo. Pero ellos habían tenido un encuentro tan personal con el Señor, ellos tenían una convicción tan profunda en el Dios a quien le servían y en quien creían, que sabían que él no los desampararía en ningún momento. Sabían que aunque tuvieran que enfrentarse a la noche más larga y oscura Su Redentor vivía. Esperaban ver Su gloria manifestarse en sus vidas. Sabían que no era con espada ni con ejércitos que se peleaban sus batallas, sino con el Santo Espíritu de Dios. Ellos persistieron en lo que habían aprendido, sabían que quienes confían en el Señor, no serán confundidos ni avergonzados. Conocían que su roca sólida y fuerte era el Rey de reyes y Señor de señores. Ellos usaron un lenguaje espiritual, tal vez ni siquiera se dieron cuenta, de lo que estaban haciendo. Pero como su dependencia provenía de Dios, hablaron y actuaron como hijos de Dios que eran.
¿Y tú te atreves a pronunciar el lenguaje de fe?
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
Con el transcurrir del tiempo, todos, unos más que otros, atravesamos diferentes tipos de situaciones. Muchas de las pruebas que tenemos que atravesar en ocasiones hacen que nuestra fe quiera tambalearse. Pero una parte importante que cada cristiano debe fomentar, ejercitar y estar consciente es que cada día que pasa nuestra fe debe ir en crecimiento. La Biblia dice que la fe es parecida a una semilla de mostaza. Comienza pequeñita, pero a medida que nos acercamos a Dios y comenzamos a tener experiencias con él, se supone que esa fe vaya en aumento.
Anoche cuando me acosté, meditaba en tantas cosas, de tal manera que tuve que volver a levantarme y tomar notas que quiero compartir con ustedes y que espero sea de bendición a sus vidas, tanto como han sido de bendición a la mía. Nuestro lenguaje normal y humano puede ser transformado por uno divino, cuando tomamos la autoridad de Dios. Cuando renovamos la forma en que hablamos y pensamos. Cuando confesamos cosas contrarias aún cuando todo parezca adverso y en nuestra contra. De hecho eso es la fe, llamar las cosas que no son como si fuesen. Creer aunque no veas nada. Pero ojo, no estoy hablando de una “súper fe”, donde las personas pretenden manejar a Dios a su antojo, ni mucho menos, algo que pasa a convertirse en una utopía, saliéndose de la realidad. Yo estoy hablando de ejemplos concretos que vemos a través de las Escrituras en las que hombres y mujeres de Dios, lograron sobreponerse a las circunstancias adversas y experimentaron la gloria de Dios en sus vidas.
He aquí algunos ejemplos:
Ante un cojo que pedía limosna y no teniendo nada de dinero, Pedro dijo: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”. (Hechos 3:1-11).
Pablo hablándole a los corintios decía… “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. (2 Corintios 12:5-11).
El padre de un muchacho que estaba mudo y atado exclamó en medio de su situación lo siguiente cuando… “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad”. (Marcos 9:13-27).
Job un caballero y héroe de la fe, le pasaron un sinnúmero de cosas que parecían increíbles. Tuvo perdidas materiales y de seres queridos, no obstante la Biblia relata que cuando vinieron a darle esas noticias devastadoras, aún así actuó y pronunció lo que aquí les muestro: “Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”. (Job 1:20-21).
Un profeta llamado Habacuc manifestó su confianza en Dios emitiendo la siguiente declaración: “Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”. (Habacuc 3:17-19).
Rahab siendo una ramera encontró la salvación para ella y su familia atreviéndose a ayudar a unos siervos del Señor, testificando y confesando lo siguiente: “…porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra”. (Josué 2:11).
En el libro de Daniel, capítulo 3 se relata la historia de tres jóvenes hebreos que no se intimidaron ante la persecución ni el peligro de muerte, dándonos cátedra de lo que es tener fidelidad ante Dios. Sus palabras fueron las siguientes: “Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”. (Daniel 3:16-18).
Hubo un momento en que Daniel no habló, pero sus acciones dijeron mucho. Observemos y meditemos en esto: “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su Dios. Hasta el rey Nabucodonosor conocía que Daniel servía a un Dios que era real por lo que miren lo que sucedió… “El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios. (Para más detalles leer Daniel 6 completo).
Pablo dijo: “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos”. (2 Corintios 4:7-10). Y también pudo con certeza exclamar estas palabras: “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. (Filipenses 1:6).
Fe en acción y confianza en quien servía, fue la que tuvo David cuando se enfrentó al gigante Goliat. Con aproximadamente unos 17 años, cinco piedras, pero con todo el poder, la unción y fortaleza de Dios pronunció: “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”. (1 Samuel 17:45-47).
Son tantos y tantos los que en el momento difícil no se amedrentaron, que si comienzo a mencionarlos, no termino. Estos hombres y mujeres tenían algo que los asemejaba y los distinguía aún en medio de multitudes. No era su fortaleza, ni inteligencia, tampoco eran sus influencias, mucho menos que fueran mejores que tú y que yo. Pero ellos habían tenido un encuentro tan personal con el Señor, ellos tenían una convicción tan profunda en el Dios a quien le servían y en quien creían, que sabían que él no los desampararía en ningún momento. Sabían que aunque tuvieran que enfrentarse a la noche más larga y oscura Su Redentor vivía. Esperaban ver Su gloria manifestarse en sus vidas. Sabían que no era con espada ni con ejércitos que se peleaban sus batallas, sino con el Santo Espíritu de Dios. Ellos persistieron en lo que habían aprendido, sabían que quienes confían en el Señor, no serán confundidos ni avergonzados. Conocían que su roca sólida y fuerte era el Rey de reyes y Señor de señores. Ellos usaron un lenguaje espiritual, tal vez ni siquiera se dieron cuenta, de lo que estaban haciendo. Pero como su dependencia provenía de Dios, hablaron y actuaron como hijos de Dios que eran.
¿Y tú te atreves a pronunciar el lenguaje de fe?
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